El 70% de nuestro cuerpo es agua, elemento imprescindible para la vida y el desarrollo de los pueblos. Por lo mismo los problemas de acceso y calidad de agua ha sido un tema permanente en la agenda internacional y ciertamente será uno de los futuros objetivos de Desarrollo Sostenible del proceso de agenda pos 2015 que está concretando Naciones Unidas con los Estados miembros.
En Chile, donde tenemos coberturas de servicios básicos altos, superiores al 90% se nos olvida que aún hay cientos de localidades del país -incluso de la Región Metropolitana- donde el agua es escasa o donde no es apta para consumo humano por lo que la población debe obtener este recurso a partir de fuentes alternativas como camiones aljibes, vertientes, pozos y norias.
A nivel global la situación es dramática, 1.100 millones de personas carecen de acceso al agua potable y otros 2.400 millones no tienen acceso a un saneamiento adecuado. Dentro del diagnóstico la distribución y la gestión del recurso forma parte importante del problema a resolver. Entonces lograr y asegurar agua potabilizada es un desafío para los gobiernos y las políticas sociales inclusivas.
Hace unos días la Presidenta Michelle Bachelet presentó en Peñaflor el proyecto “Agua potable para todas y todos”, iniciativa que pone la innovación tecnológica al servicio de la superación de la pobreza y que permite brindar acceso a agua de calidad para el consumo humano, especialmente en zonas vulnerables, de difícil acceso, pero que también podría admitir usos alternos como catástrofes naturales, campamentos u otros donde exista población que no tiene garantizada la salud a consecuencia de esta carencia vital.
Esta iniciativa es implementada por el ministerio de Desarrollo Social a través de su Fondo “Línea de Superación de la Pobreza” de la División de Cooperación Público-Privada con Advanced Innnovation Center — que lidera el investigador Chileno Alfredo Zolezzi— y la Fundación AVINA.
El método, simple y complejo a la vez, permite un tratamiento capaz de eliminar totalmente virus y bacterias presentes en el agua y hacerlo sustentable para las comunidades en el tiempo. El proyecto beneficiará a cinco localidades en dos regiones del país y prontamente cruzará las fronteras para instalarse en países de distintos continentes.
Esta iniciativa muestra a un Chile distinto, donde tecnología e innovación junto a la política pública se constituyen en una vía eficaz de solución a uno de problemas centrales del siglo XXI.
Para erradicar pobreza y vulnerabilidad ya no basta hacer más de lo mismo, por bueno que sea.Hay que aplicar soluciones nuevas, diversas, sustentables y sostenibles. Esta cartera y sus servicios relacionados están impulsando alianzas con innovadores para desarrollar ideas con sentido social, otorgando solución a problemáticas que muchas veces se ocultan detrás de cifras globales y promedios exitosos.
Si al país le ha ido bien en el combate a la pobreza, como ha sido el caso de Chile, procuremos que eso sea cierto para todos y todas en algo tan esencial como el acceso al agua potable.