El 9 de diciembre de 2014 fuentes responsables de los propios EEUU informaron de graves atropellos a los derechos humanos cometidos por instituciones estatales (la CIA y quienes ellas contrata) en los propios EEUU y fuera de el.
Una Comisión de Inteligencia del Senado de los EEUU entregó un informe de alrededor de 500 páginas al respecto. El informe tiene cerca de 6000 páginas, y unas 5500 permanecerán “clasificadas”, es decir, ocultas hasta muchos años más, unos 40 años.
El ex Vicepresidente Dick Cheney señaló en la cadena de TV Fox News que el ex Presidente Bush conocía de las torturas (“sabía lo que tenía que saber”) y atacó a los demócratas diciendo: “Qué debíamos hacer con Jaled Sheij Mohamed ¿besarlo en ambas mejillas y decirle por favor…¿nos dices lo que sabes?”. “El informe está lleno de mierda” concluyó Cheney. Jaled Sheid Mohamed está acusado de ser el cerebro de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York.
Por su parte, el Presidente Obama habría dicho, según La República de Uruguay, “ninguna nación es perfecta”.
La CIA habría contratado y pagado 81 millones de dólares (alrededor de 50 mil millones de pesos chilenos) a un número reducido de sicólogos para diseñar las torturas.
Las principales torturas del Informe del Senado descritas en alrededor de las 500 páginas conocidas son, según el Informe.
-Aislamiento absoluto del sospechoso detenido (en alguna parte del mundo), extraído de su entorno, su ambiente, su cultura, su país, su familia, sus posibles testigos y defensores judiciales, sus posibles médicos para constatar lesiones, sus actuales compañeros de prisión, los actuales seres humanos que lo rodean.
-Interrogatorios de 20 horas diarias por 50 días seguidos. Unas mil horas de suplicio.
-Ahogamiento. Ser víctima de “waterboarding”. Recibir, sin su control y para su daño, líquido vertido en sus vías respiratorias. Algunos murieron.
-Privación de sueño, hasta por alrededor de 150 horas seguidas, algo como seis días y noches seguidos.
-Aplicación de calores y fríos extremos.
-Carencia de alimentos, que puede producir, entre otras, impotencia.
-Enfermedades inducidas.
-Violación y “lap dance”, humillación sexual.
-Dolor extremo. Golpes contra muros (“walling”) y posturas corporales anormales que producen desgarros.
-Golpes sorpresivos al estómago y la cabeza.
-Submarinos, hasta la asfixia. Algunos murieron.
- Alimentación rectal o rehidratación rectal, con espantosos enemas.
-Encierro con insectos. Se encierra a los presos en cajones con huecos para la cabeza y las extremidades y se unta el cuerpo con dulces que atraigan insectos.
Todo bien calculado para buscar que entregaran la información necesaria, aún al riesgo de que murieran y no considerando para nada los límites humanistas pactados por los Estados.
El estudio que sirvió de base al informe se realizó en la última década y cubrió el gobierno de George Bush hijo.
Los principales centros de tortura han sido Guantánamo, territorio dominado por EEUU en Cuba, Abu Ghraib en Irak y Salt Pit en Afganistán.
Habría otros centros de tortura secretos de los EEUU en países europeos como Polonia y Lituania.
Cuando el Jefe de Estado de los EEUU era George Bush y el Vicepresidente Dick Cheney, el Jefe de la CIA era Michael Hayden y el Jefe de Contraterrorismo era José Rodríguez, los cuatro con domicilio conocido en los EEUU.
Esta confirmación (las torturas ya habían sido denunciadas por diversas agrupaciones defensoras de los derechos humanos) se suma a otras denuncias sobre torturas realizadas por soldados norteamericanos.
Chile debería reaccionar condenando los atropellos a los derechos humanos en ese país.¿Lo hará? Han pasado varios días desde el Informe del Senado y aquí nada ha pasado.
¿Lo hará el mundo? ¿Los que han condenado a los nazis por sus campos de concentración, lo harán ahora? ¿Los que han condenado a Stalin por sus gulags, lo harán ahora?
¿Los que han condenado a ISIS por torturas y ejecuciones brutales, lo harán ahora, con el argumento de que hay que defender los derechos humanos en cualquier parte del mundo?
¿Los que han criticado a Corea del Norte, China, Cuba, Vietnam, Venezuela, lo harán ahora?
¿Pasará la CIA, ahora, a ser considerada como la KGB, la Stasi, la DINA y la CNI chilenas?
¿Se pedirá su disolución y el juzgamiento de los responsables? ¿Se creará en los EEUU una Comisión de Verdad? ¿La Corte Suprema de ese país decidirá investigar y sancionar?
En el mundo han reaccionado Amnistía Internacional y Human Rights Watch, pidiendo juicio criminal contra los culpables. También han sido duramente críticos la Unión Europea y el gobierno de Alemania.
¿Acá se seguirá callando? Hay silencio en la derecha, el centro y la izquierda chilena después de conocido el informe del Senado norteamericano.
¿O se dirá que estos juicios sin juicio y estos apremios y muertes por tortura se realizaron en “tiempos de guerra”, contra posibles “terroristas”, sin conocimiento de las autoridades, por subalternos desquiciados que se arrancaron por su cuenta?
¿No le suenan a Ud. conocidos y huecos esos posibles tardíos argumentos?
Acuérdese que Piñera llamó a los que callaron en Chile “cómplices pasivos”.
A pesar de todas las declaraciones internacionales, las constituciones, las convenciones contra la tortura, los convenios de tratamiento de prisioneros en tiempos de guerra, la OEA, el Papa Francisco y el Vaticano, y las instituciones democráticas chilenas que dicen estar por el respeto a los derechos humanos ¿EEUU será eximido de ser tratado como los otros Estados y permanecerá en el ámbito de no aplicación del derecho y de las prácticas civilizadas de la humanidad?
Apuesto que sí.
A EEUU no le pasará nada.
Parece ser que así como por encima de la democracia está el poder financiero (lo hemos visto en el caso de Grecia y España), por encima de los derechos humanos está el poder de quien tiene más poder.
¡A Estados Unidos no, cómo se le ocurre!