10 oct 2014

La UDI y sus soldados

Estos últimos días, el tema ha sido el  “Penta-gate”. Yo creo que no hay nada nuevo, aunque sí deja en evidencia cosas mucho más graves.

Siempre ha habido sospechas sobre grupos de interés económico financiando a políticos para obtener protección y defensa de sus intereses. En todos los niveles y colores políticos. Y en todos los sistemas.

Siempre ha habido sospechas de corrupción en los aparatos del Estado, especialmente en áreas vinculadas a la recepción y administración de dineros. Y creo que también podríamos sospechar que es una práctica común a nivel global.

Todos sabemos que las grandes empresas, tienen enormes estructuras jurídicas y contables, para eludir en la mayor medida posible el pago de impuestos. Y creo que todos podríamos convenir, que eso también es una práctica global.

En todo caso, el hecho de que todos lo sepamos y que sean prácticas ampliamente compartidas a nivel mundial, no lo mejora, ni lo exime de culpa. Más bien lo agrava, pues los efectos se multiplican geométricamente y la infección de las redes de corrupción llega a niveles que sólo los guionistas de Hollywood logran advertir.

Se trata de eventuales ilícitos en los que esperamos, la Justicia va a hacer su trabajo. Y se harán efectivas las responsabilidades (criminales o civiles) que establece la Ley.

Pero no hay ahí, al menos desde mi punto de vista, nada nuevo ni interesante. En lo legal, operan los Tribunales y complejísimos sistemas de derechos que muchas veces (lo sé por mi experiencia profesional como abogado), no conducen a nada.

El tema para mí está en el ámbito de lo político, de la moral. En aquello que escapa a los plazos de prescripción o de la facultad de los fiscales para elegir no perseverar o archivar una investigación, en la dificultad de las pruebas.

El tema, está en una manoseada expresión: la responsabilidad política.

Y acá la cosa es distinta, se aplica otro estándar de exigencia, el estándar moral, la ética de la política, no la norma legal de la prueba ni la presunción de inocencia.

No me voy a referir a los otros múltiples casos de corrupción conocidos el último tiempo,  probablemente ya se ha dicho mucho  y las partes ya han tenido sus abogados, defensores y acusadores.

Quiero hablar sobre este caso, pues me sorprende mucho la forma en que se ha enfocado. La manera en que se ha trivializado el valor de la conducta y la ética en la política, la forma en que el concepto de responsabilidad política ha sido eliminado de nuestro léxico y el escaso valor que se da  a la historia en la construcción del futuro.

Veamos.

Los principales involucrados en este caso, son un grupo de importantes políticos de la extrema derecha chilena, los principales rostros de la UDI, desde sus líderes históricos hasta sus rostros más nuevos. Además de algunos que se presentan como gente libertaria.

Podría plantearse la pregunta de por qué un grupo de interés económico como el grupo Penta, ha decidido financiar a estos políticos. Creo que las respuestas son evidentes y ni siquiera vale la pena formularlas.

Me preocupa la forma en que el país analiza  y juzga estas conductas.

Creo firmemente que en los casos de la gran mayoría de los involucrados, se trata de conductas menores y sencillas, si las comparamos con las conductas políticas de estas mismas personas en los últimos años de nuestra historia.

Si, estos ilícitos son realmente menores y sin valor, si se les compara con el enorme daño que estos políticos le han hecho a Chile. Y sin duda, la responsabilidad política de estos señores y señoras, está llena hasta los bordes de podredumbre moral.

Claro, porque aunque haya gente que crea que el Golpe de Estado y la Dictadura Militar ocurrieron hace mucho tiempo y más vale olvidarlo, es preciso no olvidarlo jamás. Es indispensable no olvidar nuestra historia, para que nunca más en Chile se pueda volver a repetir la enorme herencia de violaciones a los derechos de las personas, robos y apropiaciones de los recursos del Estado, abusos y agresiones, muerte y destrucción.

Abusos que el partido político acusado hoy defendió y sustentó a raja tabla.

Sí, porque ahí está la gran deuda de la UDI y sus políticos. Ahí está el gran ilícito de la Derecha chilena. Haber sido el sostén de la Dictadura Militar y sus más diversos crímenes, al menos hasta el año 2006 cuando murió el tirano. Sin arrepentimiento, sin pedir perdón.

Estamos hablando de gente que apoyó la Dictadura Militar completamente, con todos sus vicios.Que negaba la existencia de centros de tortura y detención secretos, los asesinatos, secuestros, violaciones, detenciones ilegales. Además del robo al Estado de todos sus recursos y grandes empresas.

Estos políticos, apoyaron por diversas vías a esa Dictadura durante 17 años. Negaron la defensa y persiguieron a los opositores, algunos incluso lo hicieron materialmente.

Y terminada la dictadura siguieron defendiendo a Pinochet hasta su muerte. Incluso algunos de ellos hasta el día de hoy y sólo reconocen algunos “excesos”.

Y esos políticos, jamás han pedido perdón al país. No han mostrado ningún arrepentimiento. Ni han asumido la responsabilidad política, que en este caso les deja como única salida, salir de la vida política.

Conozco gente de Derecha muy decente, que han manifestado arrepentimiento y vergüenza, son los menos. Lamentablemente, sus líderes políticos no creen ni piensan lo mismo.

Ahí está la fractura moral de este país.

Porque mientras la gente de la UDI se defiende alegando la gravedad de las filtraciones de la investigación penal, sigue sin mostrar ningún arrepentimiento de todas las barbaridades y brutalidades que le han hecho a este país. Y queda entonces la sospecha clara y evidente…..sino hay arrepentimiento ni vergüenza, ¿existe alguna razón para creer que no están dispuestos a volver a hacer lo mismo?

La lógica es clara. No hay ninguna razón para creer algo así. Es absurdo.

Por eso, quedarse con el vuelto o hacer trampas en los impuestos, no tiene comparación.

Entregarán al chofer y al contador, como antes entregaron a los soldados.

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  • RuizMnica

    Los que perdieron la razón , defendiendo , provocando tanta ofensa y humillación a todo un pueblo desde luego no debieran hoy tener semblante . Han manchado de por vida su imagen , no existe manera de esconderse entre la multitud actual.. Mejor sería alejarse de la actividad que por tantos años quedo destrozada por acciones brutales hacia sus semejantes. El que tiene cara de continuar en esa postura … Es que ya ha perdido totalmente la razón de ser.

  • artepozo

    Comparto absolutamente la visión de Pablo Hales…aunque pesimista y deplorablemente brutal, la historia no ha develado (ni lo hará) esbozos de dignidad, ni política ni humana, principalmente en la UDI. Y en lo que concierne a calidad ética y moral para ejercer cargos de carácter político, si bien los “señores” del gremialismo llevan la “batuta”, el “estandarte” y la hasta la “guaripola”, no es menos cierto que en la Nueva Mayoría, un amplio sector, desde hace un largo tiempo, usa sus mismos “trajes” y marcha al son del dinero, la inescrupulosidad, la traición y el olvido conveniente…