Además de los altos niveles de desigualdad social que caracterizan a Chile, el país también se define por una inequidad territorial muy pronunciada. De hecho, como una espiral viciosa, es esa misma concentración excesiva de poder político y económico en la capital del país (y en las principales capitales regionales) la que ha reforzado nuestras desigualdades sociales. A eso se refería el académico y politólogo Joan Prats-Catalá cuando declaraba con fuerza: “Chile será descentralizado, o no será desarrollado”.
Devolver la mirada a las regiones y poner atención a las zonas más aisladas, rezagadas y vulnerables de Chile a través de políticas públicas pertinentes, es lo que nos permitirá generar un verdadero desarrollo en el país. Si comenzamos a considerar las potencialidades productivas de nuestros territorios y el talento de las personas que lo habitan, lograremos crear las condiciones necesarias para que todos los chilenos y chilenas podamos desarrollarnos en plenitud.
Eso es lo que significa, en esencia, la descentralización: el traspaso real de poder, de competencias y de recursos. Por eso es urgente que la sociedad civil, las autoridades políticas y la ciudadanía en general (principalmente la de regiones), se convenzan de que sin un mayor avance de los procesos de descentralización, el país no será capaz de reducir las importantes brechas sociales y territoriales que nos separan y bloquean nuestro desarrollo. Se trata, en definitiva, de entregar más poder a las comunidades para tomar las decisiones que afectan sus propias vidas.
En la Fundación Superación de la Pobreza somos conscientes de esta desigualdad territorial y estamos decididos a contribuir a la mejora de oportunidades en las comunas más vulnerables de Chile. Con esa intención se crea el Programa Servicio País hace 20 años. Dos décadas en las que, gracias a miles de profesionales jóvenes comprometidos, seguimos trabajando cada año por un Chile sin pobreza.
Estos profesionales que deciden entrar a trabajar al Programa Servicio País son jóvenes que están dispuestos a vivir durante un año en comunas alejadas y vulnerables de Chile para compartir conocimientos técnicos y compromiso humano con las comunidades mediante el diseño y ejecución de proyectos de desarrollo.
Hasta ahora, ya son cerca de 5.000 jóvenes los que han contribuido a esta labor. Cerca del 40% de ellos al terminar el Programa, decidieron quedarse en regiones.
Nuestro país necesita de ellos; de jóvenes comprometidos con la construcción de una sociedad más justa y solidaria, capaces de cambiar la mirada sobre la pobreza y construir puentes entre las oportunidades y las comunidades.
Por eso, un año más, volvemos a lanzar un llamado a todos aquellos jóvenes profesionales que deseen contribuir a esta importante labor que realizamos desde Servicio País.
A todos ellos les pedimos que se donen a sí mismos. No necesitamos su plata, pero sí su trabajo, su compromiso, su insolencia, su creatividad, su alegría.
Las postulaciones están abiertas en www.serviciopais.cl