28 sep 2014

Celular ¿peligrosa enfermedad?

De ser un instrumento comunicacional excelente ha pasado a convertirse en una enfermedad silenciosa, que corroe los cimientos de la salud mental y física.

La discusión sobre este tema no puede estar suscrita a la aversión tecnológica pues se acepta su importante aplicación; es similar al cuestionamiento a las bebidas gaseosas por su efecto en la obesidad y no por su sabor o utilidad.

En este sentido, el uso del celular ha provocado siete efectos que afectan ostensiblemente la salud mental del usuario.

Primero, se ha convertido en un objeto que se encuentra como prolongación del cuerpo y su olvido convierte al poseedor en alguien sin sentido, desprovisto de un miembro, causando angustia, desesperación, bloqueos, con los consiguientes efectos.

Segundo, ha modificado la cultura del respeto al otro convirtiéndolo en un secundario pues la llamada, por intrascendente que sea, obliga a contestarla sin tomar en cuenta a quien está delante, afectando la conversación.

Tercero, ha limitado en grado extremo la capacidad cerebral en tanto escenario completo al parcializar la realidad a pequeños cuadros que disminuyen la posibilidad de ver el mundo de modo integral, logrando ser un incapacitador intelectual.

Cuarto, su uso no ha sido relacionado con la educación, cultura y el crecimiento social pues los niveles de conocimiento se han cerrado a límites impensables donde ni siquiera las calles de una ciudad están en la memoria del usuario.

Quinto, ha provocado un cambio drástico en la comunicación afectiva, presencial, quebrando la tertulia como espacio de ternuras y compartimiento de experiencias vividas.

Sexto, se ha perdido la potencialidad de la comunicación presencial para creer que se está ante otro, aunque virtualmente, de tal modo que la sensación es de estar acompañado cuando no lo es realmente.Como búsqueda de compañía demuestra el problema de la soledad efectiva.

Séptimo, al conocerse que existe una energía que se transmite en el espacio radioeléctrico, se sabe que esta puede dañar las conexiones cerebrales e incluso órganos del cuerpo al mantenerse junto a ellos, especialmente los sexuales o reproductivos.

Lo anterior genera el individualismo extremo, la posición encorvada, la tensión permanente, el quiebre mental, entre otros elementos, que provocan serios quebrantos de salud emocional, intelectual, física, comprobado en la forma de actuar del individuo “moderno”.

Sin desconocer su importancia, especialmente en casos de necesidad urgente o como herramienta intelectual, es posible dar un diagnóstico global que no toma todo el espectro de la insalud: daños evidentes en la visión y la piel, aislamiento, individualismo, baja en la productividad, pérdida de tiempo constante, desconcentración, ortografía inclemente y conocimiento disminuido, pérdida de la fluidez comunicativa, problemas auditivos, lo que se traducen en un nuevo tipo de niñez, sedentaria, con pérdida de interés en la realidad, espectadora y no participativa (deporte, por ejemplo), con escasa interacción, afectando gravemente la sociabilidad, base de la convivencia humana.

Es dable afirmar que más del 90% de lo “comunicado”, si no se hubiera dado, tampoco habría cambiado la realidad, es decir, es superficial e innecesario.

Sin embargo, ante este panorama preocupante es factible esbozar diversas alternativas prácticas en la medida que no exista una política de salud mental estructurada.

Las recientes medidas en algunos restaurantes de alto nivel sugiriendo no usar el celular durante la comida son bienvenidos; la prohibición para docentes y estudiantes de emplear el aparato en clases es decisivo, exceptuando su uso académico obviamente; recuperar el hábito de la cena o desayuno como momento de recreación; limitación en las empresas como riesgo de seguridad o bienestar; práctica deportiva sin celular; apagar el celular en la noche para que no interrumpa horas de sueño; conducir sin relación directa con el aparato debido al riesgo en seguridad y la de los demás, incluso los peatones también pueden poner en riesgo su vida.

Utilizar el celular como utensilio de imprescindible contacto humano es el principio fundamental para la humanidad. Convertirlo en una herramienta cultural es su propósito inmediato. Emplearlo como vínculo de afectividad es su esencia vital. El tiempo es irrecuperable.

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  • Esteban

    Este texto dice muy poco acerca de los teléfonos celulares, y mucho acerca de las dificultades que algunos tienen para asimilar los rápidos y profundos cambios que ha traido la tecnología de comunicación y computación.

    Cabe mencionar que el punto de inflexión ocurrió a mitad del siglo pasado, con la invención del computador digital. Desde ahí, nada volvería a ser lo mismo, pero han hecho falta décadas para que la transformación se masificara y calara profundo en nuestra forma de vida. No caigamos en la ingenuidad de pensar que este es un cambio de esta década y que lo podemos detener. La semilla se plantó hace siglos y germinó hace pocas décadas. Es una evolución natural e inevitable de la cultura humana. ¿Buena o mala? Creo que no importa. Cuando las cosas son inevitables, las preguntas éticas sobran, excepto pra quienes quieren pretender tener el control para sentirse más seguros.

    Podemos seguir con las mismas viejas normas de etiqueta que existían hace años, haciendo como si los celulares no existieran. Pero es poco razonable pensar que algo que cambia fundamentalmente nuestra manera de comunicarnos va a manener las mismas dinámicas sociales del pasado.

    Propongo aceptar la realidad. El celular está aquí para quedarse. Hoy permite acceder en diversos modos a personas distantes en el mundo y a información sobrecogedoramente abundante. Y vienen más cambios sorprendentes e igualmente inevitables. El el destino de los primates parlantes, animales lingüísticos, que es lo que somos.

    Nuestras normas de etiqueta deben cambiar para adaptarse a la situación actual. Cuando sólo podíamos conversar con quien teníamos al frente esa persona era prioridad para nuestros oídos. Pero ahora que podemos recibir comunicaciones en diferentes modalidades en cualquier momento, algunas que podrían ser legítimamente urgentes, las prioridades han cambiado.

    Sí, la gente ha cambiado mucho su comportamiento por causa del celular. ¿Por qué? Porque la gente se adapta a la nueva situación y busca acomodos. Eso es adaptación y es bueno. Ante eso, dos caminos. O analizamos los hechos bajo la óptica de una etiqueta obsoleta, o generamos inteligentemente una nueva etiqueta que acepte la realidad actual y preserve el espíritu original: un respeto que no nace de normas rígidas, sino de una respetuosa, flexible, y bondadosa reflexión.

    • José

      Con todo respeto Esteban…, espero que el celular, su tecnología, o la hegemonía oculta en éste aparato; le entregue herramientas de comprensión de lectura a los que vienen….

  • Angelica Venegas

    El ser humano ha intentado de cualquier forma facilitar su vida, es decir crear, forma y producir objetos para su bien.

    Durantes, muchos años desde que se inventó el primer celular con fines, de ayudar y poder establecer comunicaciones mas rapida, mayormente vemos que ya un celular que solo “servía” para llamar y enviar mensajes de texto, ahora tiene practicamente partes de un computador, esto ha sido la clara evolución de la tecnología misma,

    Debemos entender que “TODO” en exceso hace mal, por ejemplo: ver televisión mucho rato, te cansa o daña la vista así mismo, en el computador, otro ejemplo: es cuando escuchas el volumen alto de la música te causa hipoacusia (enfermedad causante de la pérdida de la audición), y otra el celular ( vuelve al ser humano más pasivo y causando problemas neuronales), también este puede producir obsesión.

    Nadie esta encontra de las tecnologías pero, tenemos que saber ocuparlos.

    Un ejemplo claro: Fue cuando tenia clases, mi profesor explicaba, que habia un grupo de jóvenes todas con el celular, pero ninguna hablaba entre otra, ¿Es eso una comunicación?, o es ¿Perder el diálogo?, ¿Qué es?.

    Recalcando lo que dijo ese día mi profesor, un científico llamado Albert Einstein nos dijo:”…Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad”.- El mundo sólo tendrá una generación de idiotas…”, ¿Tendrá razón este pronóstico?.

    Esperemos que en un momento veamos lo bello que nos trae la vida y nuestro mundo.

    • RuizMnica

      Bien cuando eso ocurre ya se habrá perdido una gran parte de la belleza de la vida , pasa sin darnos cuenta . Se han acoplado otros para que no vea ni se entienda nada, de escuchar menos. Ya será tarde y se habrá perdido gran parte de nuestros delicados sentidos.

  • RuizMnica

    Lo importante es no perder el control de la vida , no entregarse así de simple a lo nuevo y moderno hay que conservar con sigilo lo propio . Los espacios de la mente son de propiedad privada y necesitan su espacio para actuar a conciencia . Perder eso es anular una buena parte de lo propio de lo que se tiene , de lo que se ha adquirido . Debilita el intelecto .

  • Carolina Yañez

    Para acceder a un celular de alta tecnología en Chile es más fácil que intentar subir al metro a las 8 de la mañana.
    Las compañías de telefónicas nos ayudan bastante en eso. Si no tienes un plan con internet ilimitado o con full velocidad de descargas, ¡ No te preocupes! La red Wi-Fi te ayudara para que no pases rabia con tu lento internet.
    Es a partir de esto último que se han realizado importantes investigaciones con respecto a los efectos que esta red podría provocar en nuestra salud. La clínica de infertibilidad ha señalado que el número de espermatozoides ha disminuido en un 2% anual. Sus causas, mala alimentación, estrés y uso permanente de aparatos móviles y portátiles, que son acompañados por la gran amenaza del Wi-Fi.
    La naturaleza no está ajena a los efectos de la red, los árboles se han visto dañados… Sus hojas y troncos se marchitan de forma temprana por la contaminación electromagnética.
    Nuestra familia se va perdiendo, por falta de lazos afectivos y comunicativos. No hay que dejar que la tecnología nos domine, hay que saber tener un equilibro en las cosas. No perder lo hermoso de nuestro entorno, disfrutar de las cosas sencillas que tienen mayor significado a la hora de recordar lo que hemos realizado en nuestra vida.