Rusia está a más de 11 mil kilómetros de distancia de Chile, lo que significa al menos 23 horas de viaje, con suerte y conexiones oportunas. Con 143 millones de habitantes y un Producto Interno Per Cápita (PIB) de US$ 17.884, se trata de una zona que tiene un gran potencial para expandir nuestro comercio e inversiones.Pese a ser la sexta economía del mundo, ellos solo compran el 0,8% de nuestras exportaciones.
Con el objetivo de explorar una amplia agenda de futuro, recientemente realizamos una misión integrada por alrededor de 50 representantes del sector público y privado chileno a Moscú, la capital rusa. Entre ellos, la delegación chilena asistente a la VII comisión Intergubernamental Chile-Rusia.
Hoy por hoy, Rusia es uno de los pocos mercados relevantes con los que Chile aún no cuenta con un acuerdo comercial.Sin duda, profundizar las relaciones económico-comerciales con este mercado, permitiría a Chile potenciar el intercambio de bienes, servicios e inversiones, y favorecería el desarrollo de procesos de innovación y conocimiento de nuevas tecnologías, muy especialmente en materias aeroespaciales, minería, y la prospección de gas, petróleo, recursos hídricos y agricultura; todos ámbitos de gran interés para el país.
Además, acercarnos a Rusia es una oportunidad de acceder al mismo tiempo a la naciente Unión Económica Euroasiática (UEE), una alianza aduanera conformada por este país, más Bielorrusia, Kazajstán y prontamente Armenia, lo cual ampliará a 173 millones el mercado potencial para Chile, es decir, 10 veces nuestra población.
Aunque las relaciones comerciales aún son reducidas, la composición de los envíos de Chile a ese mercado es diferente a la canasta tradicional que va a Europa, muy marcada por los productos mineros.
En efecto, nuestro país viene exportando de forma creciente productos agroalimentarios al mercado ruso, el más grande de la UEE. Solo por dar un ejemplo del dinamismo de algunos bienes: entre el 2012 y 2013, los envíos de salmón chileno a Rusia crecieron más de seis veces. Pero también hay espacio para ampliar la participación de frutas como la uva y para productos industriales como el vino, este último de interés creciente de los consumidores de ese país, que lo ven como una bebida refinada asociada a sofisticación, donde Chile tiene potencial.
La Sociedad Nacional de Agricultura ya está operando una plataforma de negocios, para atender exclusivamente ese mercado.
Además, en los últimos años nuestra representación agrícola en Rusia y la oficina de ProChile en Moscú, han tenido un importante rol para el acceso de productos y la promoción de exportaciones. Misiones comerciales, seminarios y eventos como Sabores de Chile, han sido parte de las actividades desarrolladas.
De esta forma, sigue vivo el interés en profundizar nuestra relación con Rusia a través de la UEE. Ello es especialmente relevante cuando se trata de un grupo de economías no sólo poderosas desde el punto de vista económico-comercial, sino de primera línea en el desarrollo científico y tecnológico, lo cual puede significar un gran aporte para Chile.