Permítanme lectores del sitio web de Radio Cooperativa invitarlos a conversar de todo (casi) con Joseph Ratzinger, filósofo, teólogo, pensador agudo de la realidad de hoy, antes Cardenal, y actualmente Papa, Benedicto XVI. (*)
Tal invitación tiene su fundamente en el pluralismo y la tolerancia. Esto es, pienso que todos quienes participamos como columnista, comentaristas y lectores de este sitio, debiéramos estar abiertos a conocer y tolerar –aunque no necesariamente compartir- el pensamiento de los otros.
La conversación a que me refiero es aquella de largo aliento y temática que sostuvo el citado Papa con Peter Seewald, periodista alemán, una persona culta que le pregunta, con seriedad y fundamentos, de casi todo y recibe respuestas a mi juicio de gran profundidad, inteligencia, transparencia y franqueza, en ocasiones muy dura.
Los temas de que trata la conversación son planteados no solamente con profundidad sino también con sencillez, propia de un coloquio, lo que los hace asequibles a quienes, como en mi caso, no son, profesionalmente, filósofos ni teólogos.
Mi intención no es resumir ese coloquio, lo que creo sería inútil y pretencioso. Lo que pretendo es presentarles una especie de mera introducción, para invitarlos a participar de una interesante conversación, porque vale la pena hacerlo.
Un listado de algunos de los principales temas sobre los cuales conversa el Papa puede inducir a los lectores a aceptar la invitación, los que van desde aquellos más anecdóticos como las reacciones personales a su designación como Papa o la cuenta corriente bancaria del Papa (no tiene), a los más serios, delicados y complejos tales como la infalibilidad del Papa (no siempre ni todo lo que el Papa expresa lo hace bajo la autoridad de la infabilidad); los abusos sexuales cometidos por sacerdotes y religiosos en diversos países del mundo; la globalización, el secularismo y el progreso; la verdad, el relativismo y la ética; la fe y la razón; la felicidad y el sentido de la vida; la indisolubilidad del matrimonio en nuestro tiempo y cultura; el celibato sacerdotal; entre otros temas, porque el listado es bastante largo.
En realidad el periodista casi no deja tema relevante sin tocar y el Papa no trepida en abordarlos todos, directa, clara y firmemente. El Papa a su vez va aclarando las preguntas, precisando su sentido, respondiéndolas en su integridad, introduciendo las necesarias distinciones, con inteligencia, y empatía.
Sin intentar resumir la conversación, puedo señalar a modo de ejemplo, que sobre la pedofilia y abusos sexuales que han ocurrido, el Papa expresa, duramente, que se trata de un escándalo, una inmundicia, de crímenes tremendos, estremecedores, oprimentes, que han enlodado el sacerdocio y con él a la misma Iglesia Católica.
Respecto de la crisis del celibato sacerdotal, el Papa señala que ello es cierto pero, agrega, también es cierto que el matrimonio monógamo se encuentra en una crisis de tal envergadura, al punto que algunos están concluyendo que casi ya no existe más en el mundo occidental.
Sobre el tema de la verdad, en que buena parte de los filósofos modernos han puesto su esfuerzo en demostrar que no es posible para el hombre alcanzarla, el Papa argumenta que si ello es así tampoco seríamos capaces de alcanzar la ética y nos quedaríamos sin parámetros de conductas respetuosas de la dignidad humana. Por eso, expresa, es necesario insistir en que el hombre es capaz de buscar y alcanzar la verdad.
En la conversación el Papa reacciona a tales temas, y muchos más, pero el periodista no le formula preguntas acerca de asuntos económicos y socio-políticos tales como la concentración de la riqueza, la organización política de la sociedad, el rol del Estado, la pobreza en que se encuentran algunas personas y grupos de personas de la población en muchos países.
Sin embargo hay que señalar que no es que el Papa no tenga interés en esos temas. Por el contrario, ha demostrado que ellos son materias que estima relevantes y las ha abordado en diversos documentos. (**)
Por último, enfatizo que este artículo es una mera invitación, que puede ser aceptada o no, pero, de serlo, puede ayudarnos a todos a entender el nuevo salvaje mundo y cultura que está emergiendo y las posiciones adoptadas por alguien que, nos guste o no, compartamos o no su pensamiento, es una persona relevante para millones de otras personas, entre ellas éste columnista de Cooperativa.
(*) Benedicto XVI, Luz del Mundo, El Papa, la Iglesia y los Signos de los Tiempos. Una conversación con Peter Seewald, Editorial Herder, 2010, 227 páginas.
(**) Carta Encíclica sobre el Desarrollo Humano Integral “Caritas in Veritate” (La Caridad en la Verdad), de 29 de junio del año 2009, publicada en Chile por la Editorial San Pablo en julio de 2009 y cuya versión informática está en el sitio:
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/encyclicals/documents/hf_ben_XVI_enc_20090629_caritas-in-veritate_sp.html .