08 may 2014

Marcha por los enfermos ¿y los doctores cuándo?

El alumno promedio de primero o segundo de medicina es un idealista empedernido: quiere dedicar su vida a la atención de los pacientes pobres, irse a trabajar a la India con la Madre Teresa o partir en una misión médica al Congo con “Médicos sin Fronteras”. Siete años de educación de pregrado, parecen sin embargo, ser una cura infalible para el idealismo.

Así, en séptimo año las conversaciones no son a que país de África me voy o a que consultorio en la Araucanía, si no más bien que especialidad puedo hacer, en la que no haga turnos de noche, me paguen más por hora, pueda hacer procedimientos que dejen buena rentabilidad y me contraten rápido en una clínica cuando me titule.Es decir, la transición del idealismo, pasando por el realismo para llegar al cinismo, transando la vocación inicial por un mero empleo.

De este modo, cuando hace uno días, asistí a una charla titulada ¨profesionalismo médico”, no me llamó la atención que se hiciera el diagnóstico de cómo la gente nos percibía: esencialmente interesados en hacer utilidades, poco preocupados por los pacientes y distantes.

Sí me llamó la atención, escuchar a un cardiólogo con catorce años de estudio y cincuenta años de edad, manifestarse indignado y señalando que era impensable hablar de profesionalismo si en el servicio hospitalario donde trabaja, hay 2 baños para 25 pacientes debiendo ducharse a las seis de la mañana con agua fría, antes de ir a operarse.

Mi asombro, no vino del ya conocido contenido de la denuncia, sino de escucharla de un médico que a sus años, aún trabaja en el sistema público. Es decir, había logrado mantener la vocación para persistir en lo público, sin perder el sentido crítico y la fuerza para al menos, denunciar los males que nos aquejan.

Y es que en salud, en Chile, se aplica el mismo concepto del que alguna vez hablase Hannah Argent:Die Banalität des Bösen (La banalidad del mal ). Sostenía ella, a raíz del juicio de Eichman, un jerarca nazi condenado por genocidio, que existen individuos capaces de convertirse en verdaderos burócratas: ejecutan órdenes, sin cuestionarse mayormente respecto a la maldad de éstas.

Es decir, el problema no sería el acto de asesinar, sino de seguir una orden superior, en cuyo caso está justificado hacer lo que se solicita, dado que se adapta a las reglas del sistema.

En Chile, si bien es cierto que los médicos no ejecutan órdenes para matar personas (excepto, con vergüenza, durante la dictadura de Pinochet), sí es cierto que muchas veces burocratizamos nuestro trabajo y pasamos del idealismo del pregrado, al cinismo expresando que “este es mi trabajo, operar o dejarle indicaciones a algunos pacientes. Si el sistema se cae a pedazos, no es mi problema”.

De este modo, mientras ha habido decenas de marchas a favor de la educación, hubo sólo dos marchas por los enfermos, la primera convocada por un enfermo terminal y la segunda por su viuda. Nunca por un médico.

Y es que al parecer nos hemos acomodado al mal, y lejos de percibirlo como tal, lo entendemos como algo no modificable, y salvo contadas excepciones, no sacamos la voz con fuerza suficiente para denunciar el hacinamiento de los pacientes, las muertes por pobreza, la falta de medicamentos y los abusos de las ISAPRES.

El problema es que si callamos nosotros y banalizamos el mal, los pobres y ancianos, que constituyen mayoritariamente la población que se atiende en el sistema público de salud, difícilmente tendrán la fuerza para hacerse oír, y los cambios de fondo en financiamiento y gestión, o no llegarán o lo harán en forma muy tardía. Nuestra responsabilidad es ineludible.

Confiemos entonces, que en el futuro, más marchas y manifestaciones por los enfermos, más proyectos de ley y reformas, sean convocadas y motivadas por los mismos médicos, en nombre de aquellos que no pudimos ayudar, de aquellos que necesitan nuestra ayuda y por los que vendrán.

Ricarte Soto, sin duda, nos estará mirando.

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  • Andrea Morales M

    Muy de acuerdo…la responsabilidad social médica se perdió hace rato…la formación en salud pública ya no es en la calle, en los campamentos; el internado rural es cada vez más urbano; el enfoque del pregrado es hospitalario, terapéutico y biologicista…el resto nos importa cada vez menos. Me ha tocado llevar a alumnos de primer año a un hospital público sólo para que conversen con los pacientes y con desilusión observar que antes de 10 minutos ya daban por cumplida la actividad, sin siquiera recordar el nombre del paciente que habían entrevistado (y por supuesto, sin haber hecho ningún esfuerzo por entender dónde y cómo vivía). Es una pena, pero creo que con la Dra. Kaempffer se extingue la continuidad de generaciones de la Medicina Social de nuestro país. Y los salubristas en qué estamos? En gestión, acreditación, calidad, evaluaciones económicas…todo muy necesario, pero inútil finalmente si perdemos el enfoque (y el interés) en la justicia social.

  • Andrea Morales M

    Muy de acuerdo…la responsabilidad social médica se perdió hace rato…la formación en salud pública ya no es en la calle, en los campamentos; el internado rural es cada vez más urbano; el enfoque del pregrado es hospitalario, terapéutico y biologicista…el resto nos importa cada vez menos. Me ha tocado llevar a alumnos de primer año a un hospital público sólo para que conversen con los pacientes y con desilusión observar que antes de 10 minutos ya daban por cumplida la actividad, sin siquiera recordar el nombre del paciente que habían entrevistado (y por supuesto, sin haber hecho ningún esfuerzo por entender dónde y cómo vivía). Es una pena, pero creo que con la Dra. Kaempffer se extingue la continuidad de generaciones de la Medicina Social de nuestro país. Y los salubristas en qué estamos? En gestión, acreditación, calidad, evaluaciones económicas…todo muy necesario, pero inútil finalmente si perdemos el enfoque (y el interés) en la justicia social.

  • NataMala

    Tienes toda la razón y gracias por manifestar esto, me parece que lamentablemente las mejoras en el sistema de salud público deben empezar por lo médicos, ellos son la fuerza que puede sacar adelante un proyecto de salud digna para Chile, y digo lamentable porque son los que menos se preocupan… En mi familia ahora vivimos el cáncer de alguien muy muy joven y sabes, pasamos de una mala atención en un hospital público o una un “poco menos mala” atención en una clínica, y parte por doctores poco cercanos, poco preocupados, parecen demasiado acostumbrados a ver morir a la gente, no les indigna nada. Gracias por lo q escribiste, ojalá sea el inicio de algo.

    • Pedro Pagliai

      Es importante dar cuenta del sentido de la enfermedad, su aparición y remisión. En este mundo donde se incita el miedo, la palabra cáncer genera un miedo indescriptible, de tal forma que es casi una sentencia a muerte. Y lo que nos mataría es más el miedo que el cáncer mismo.

      Hemos abandonado nuestro propio fuente de sanación, porque hemos concebido la enfermedad como una causa, siendo en realidad una consecuencia biológica del estado del cuerpo. Qué interesante es el abordaje de la Nueva Medicina Germánica al respecto del significado de la enfermedad.

      En nuestro miedo, asumimos que la enfermedad es negativa, es mala. Y pregunte a todos quienes le rodean y seguramente lo afirmaran. Pregunte a un médico y también se lo afirmará. Somos seres biológicos, mentales, dinámicos en contacto con nuestros pares. Cambie la premisa respecto de la sanación y ese joven y su familia encontrará no sólo consuelo ante este evento, sino un cambio de perspectiva necesario para la superación de ese estado, un aprendizaje valioso que sólo habrá sido útil a través de lo que se llama cáncer.

  • Alberto Estévez

    El tema es complejo. En mi opinión la responsabilidad por el estado del arte en el tema es, como en todo, compartida, por la sociedad y en este caso los médicos.
    Los cambios experimentados han ocurrido en todos los sectores. A modo de ejemplo, cuando interno y becado, hacía 1970-1973, dormir en una residencia “pulguienta” era evidencia de vocación de apostolado y servicio de los médicos, hoy en día es evidencia que los médicos que ahí duermen “valen hongo” y que tienen lo que se merecen.
    El liderazgo médico se ha perdido no solo por falta de sentido social, también por pérdida de competencia para ejercerlo. Hace más de veinte años un estudiante con menos de 700 puntos en la PAA (debe equivaler a unos 730 de la última PSU), era casi imposible que se recibiera de médico en la Universidad de Chile, posteriormente en la locura chilena, según medios de prensa, llegó a existir una escuela de medicina que admitió alumnos sin PSU….y nadie de la sociedad . Hubo que adaptar leyes y reglamentos para evitar esto, pero la “sociedad (nosotros) no reaccionamos. (Entiendo que gracias a Dios esta “Escuela de Medicina” cerró).
    Con el sistema de financiamiento actual, un especialista cardiólogo que no cuente con una “Fundación familiar”, se recibe con un nivel de endeudamiento enorme, después de haber completado muchos años (alrededor de 13) de pasarlo mal.
    En fin, ojalá esté terminando la locura y Chile y los chilenos volvamos a nuestros valores.

    • Pedro Pagliai

      La locura máxima es pensar que alguien te sanará cuando eso es de tu completa responsabilidad,,,

  • Francisco Fuentes Figueroa

    De acuerdo contigo, pero quiero aprovechar de manifestar otra cosa al respecto. No sé cuánto ganará un médico que trabaja en el sector público, pero en el privado es realmente abusivo lo que cobran por una consulta que dura 15 minutos. Cómo es posible que la diferencia entra la hora de un médico y un, no sé, profesor, sea tan diferente. En muchos casos el médico no aporta mucho (da la orden al paciente de que se haga exámenes) y cobra 50 lucas sin si quiera dar un diagnóstico. ¿No parece un abuso? En tanto el profesor enseña… El periodista comunica, la asesora del hogar limpia… Siempre su hora de trabajo es trabajada.

    • Pedro Pagliai

      Comencemos a responder las preguntas que nunca son obvias:

      “¿Cómo es posible que la diferencia entra la hora de un médico y un, no sé, profesor, sea tan diferente.?”

      Porque en una sociedad enferma, asumimos como más importante estar enfermo que estar sanos de modo que la educación no es tan vital. Hemos empoderado a la casta médica de nuestras propias vidas, cuando en definitiva cada quien está llamado a sanarse a sí mismo o a prevenir el desarrollo de las supuestas enfermedades. Y creemos al revés, creemos firmemente que un buen doctor, os hará maravillas cuando en realidad el bendito efecto placebo opera muy bien en nosotros mismos, dentro de ciertos límites.

      En la lógica de mercado, el médico cobra por la inversión que ha hecho para que tras titularse, sugiera un medicamento, procedimiento o terapia, porque implícitamente el más importante “atacar” la enfermedad que la educación o el arte y nuestra sociedad se basa en esa creencia que afianzamos día tras día. Análogamente, observamos que tiene más valor el miedo que el desarrollo personal de una individuo o comunidad. Vemos un orden jerárquico porque pensamos firmemente que la vida es más importante. Permítame citar la palabra Iatrogenia e investiguen el impacto de la actividad médica tradicional en la salud de las personas.

      Para finalizar, resulta interesante señalar la pasividad del conglomerado médico respecto a iniciativas ciudadanas por una mejor atención médica o acceso a medicamentos, siendo destacable la intención del artículo en ese sentido. Los médicos son un grupo de poder, como se ha dicho que se ha visto favorecido por un modelo donde la enfermedad y el miedo son la base. Es el correlato de la sociedad, por ende de nosotros mismos y nada más nefastos que negar esta cadena de hechos.

      Es previsible seguir leyendo periodicamente denuncias respecto del funcionamiento del sistema tal que se manifiesta un hábito que se hace empalagoso. Culpar, culpar, culpar. Rasgar vestiduras. Entonces, se va anulando nuestra propia capacidad individual de vivir nuestra propia vida de una forma más asertiva y saludable. ¿qué reflexión nos queda si leemos siempre este tipo de quejas? ¿hemos hecho algo al respecto? ¿qué tan osificado está el sistema o bien osificado mi ser (es una ironía, por supuesto)

      Siempre en su historia el hombre fue tan libre, solo que no quería darse cuenta o hacerse cargo.

    • Rodrigo Toro

      Perdon pero, el mandar a realizar examenes a un paciente, porque con los sintomas por si solos es insuficiente para hacer un diagnostico, lo cual implica hacer una historia clinica y examen fisico previos, aplicando los conocimientos que requirieron 7 años de estudio, no es un trabajo?
      La ignorancia no tiene limite….

    • Nicolas Aviles

      Un super computador de 100 millones de dolares se hechó a perder en una empresa, el dueño llama a un técnico especialista en este tipo de computadores y le pide que lo arregle. El tipo se queda mirando un rato la maquina, saca un destornillado, apreta un tornillo y arregla la maquina.
      El dueño le pregunta, cuanto es la cuenta por sus servicios?… 10 mil dolares.
      El jefe se espanta y le dice: – como me vas a cobrar tanto si solo apretaste un tornilo?… bueno, por apretar el tornillo es 1 dolar, y los otros 9.999 son por saber que tornillo apretar.

      Eso se llama especializacion.

      • Juan Pérez Maturana

        Me gustó su análisis a través de esta historia.
        Pero aquí surge una pregunta.¿Se debe gratificar monetariamente más a quien entrega un aporte físico,
        o uno intelectual?.porque por ejemplo,en USA un hombre recolector de basura es mejor pagado que un
        cajero bancario.

  • Juan Pérez Maturana

    La práctica de la medicina,alguna vez fue un apostolado.
    Ahora,es un negociado !

    • Felipe Andrés SV

      Acaso trabajai gratis?

      • Pedro Pagliai

        Estamos “obligados” a cobrar.

      • Juan Pérez Maturana

        En primer lugar,corresponde decir “trabaja,o trabajas”.
        En seguida,debo decirle que habitualmente respondo
        con la misma idea usada por usted,con la diferencia que me refiero a trabajos de necesidaes NO básicas.
        Este tema,por ejemplo tiene completa prioridad en
        cuanto a gratuidad total o parcial,en relación a la
        importante,pero tan bullada demanda en el campo de la educación.

  • Nicolas Aviles

    Me parece adecuado el análisis, pero el tema en si es muy complejo. No debemos olvidar que los médicos son parte de la sociedad, y son personas como cualquiera, con necesidades, inquietudes, problemas y enfermedades propias (siempre recuerdo un profesor reumatologo que tenia esclerodermia). No digo esto para eludir la responsabilidad que el gremio tiene en la salud, pero es importante contextualizar.
    Mucha gente además, cree que ir al médico es como confesarse con el cura, que te mande a rezar 3 ave marias y quedas sano, olvidando la responsabilidad que tienen en su propia salud, gente que come mal, no hace deporte, vive para trabajar, y después no sabe porque tiene crisis de pánico, depresión o dolor de cabeza.
    Y a todo ésto se suma que en Chile, los médicos no son educados para gestionar el sistema, no tenemos conocimientos para implementar cambios en nuestros lugares de trabajo, lo que se nota aún más en los médicos “viejos” que están acostumbrados a una medicina paternalista, y esperan que su palabra sea ley para los pacientes, olvidando que la salud le pertenece a cada individuo y no al médico. Es impresionante como muchos médicos despotrican contra los pacientes “difíciles”, “demandantes”, cuando es nuestra responsabilidad saber manejar este tipo de situaciones, sin embargo nunca se nos ha preparado para ésto, y finalmente tenemos que enfrentar un trabajo difícil con las habilidades blandas que vienen de la crianza, lo que claramente no es suficiente.
    Todo lo anterior son ejemplos de lo dificil que es trabajar como médico. Si a eso le sumas los problemas conocidos por todos en el sistema público, se entiende que muchos médicos migren al sistema privado donde tienen mejores condiciones laborales, donde ejercen su trabajo de forma más segura, trabajan menos horas, y ganan más plata teniendo tiempo para estar con su familia. No se puede exigir a los médicos como gremio que se responsabilicen de problemas del sistema en general, se les debe motivar para que permanezcan en él ofreciendo un lugar atractivo para trabajar, además de prepararlos para la gestión.

    • Pedro Pagliai

      Cito:

      “Si a eso le sumas los problemas conocidos por todos en el sistema público, se entiende que muchos médicos migren al sistema privado donde tienen mejores condiciones laborales, donde ejercen su trabajo de forma más segura, trabajan menos horas, y ganan más plata teniendo tiempo para estar con su familia”

      En el sistema privado sucede todo eso? GUAU! Privaticemos, privaticemos!

  • Alberto Jara Leonelli

    Es verdad, estamos re mal como gremio, corrupto, indiferente como el resto de los profesionales del país, la diferencia es que de nosotros se exige mucho más. Ojalá podamos volver a los antiguos valores de nuestra profesión, el “ars médica” y cumplir con las espectativas del país que idealmente sean las nuestras también