Es lo menos que se puede decir tras recorrer los cerros destruidos por las llamas de un incendio que quedará escrito en la historia de nuestra ciudad como uno de los momentos más dramáticos y de mayor impacto para las familias porteñas.
Valparaíso ha vivido innumerables tragedias, pero sin duda esta última, la que todo Chile ha observado minuto a minuto, es la peor de todas y deja a miles de sus habitantes en una situación insostenible.
Una vez controlada la emergencia, pues aún vemos cómo se reactivan algunos focos generando pánico y alerta inmediata,la ayuda para los miles de damnificados será clave;de hecho, el Gobierno ya está entregando apoyo inmediato en los albergues habilitados y las muestras de solidaridad desde todo Chile, sin duda, serán un soporte importante para empezar lo que viene.
Sí, porque la verdadera tarea y el gran desafío vendrá después, porque se han destruido miles de viviendas y al dolor que viven las familias de las víctimas fatales, hay que sumar la preocupación de toda una ciudad que sabe lo vulnerable que es y la precariedad en que se encuentra.
Es en los cerros, allí donde hoy entre los escombros y las cenizas quedaban gran parte de la historia de miles de porteños, donde se encuentra la pobreza de un país que aún mantiene estos bolsones de carencia y mínimas condiciones, absolutamente insostenibles.
Valparaíso ya no resiste más.
Vamos a necesitar fortaleza desde todo punto de vista, porque no cabe duda que hay que tomar medidas drásticas que van a necesitar del apoyo de todos, especialmente de quienes viven en estas zonas hoy consumidas por las llamas.
Ha faltado voluntad política de entender a Valparaíso, sus características y dinámica; tampoco se han destinado los recursos suficientes y la pobreza ha terminado por adueñarse de gran parte de los cerros, instalando de paso la fragilidad que hoy vemos reflejada en los cuantiosos daños y la destrucción que cuesta dimensionar con exactitud.
Aquí hay que hacer un Plan Maestro, intervenir la ciudad para otorgar seguridad y erradicar la extrema pobreza, mejorar las conectividades, eso implica expropiaciones.
Se va a requerir mucha colaboración y mucha comprensión de los habitantes de la ciudad, especialmente en la zona alta, pero son acciones que deben tomarse y sin dilaciones.
He recordado mucho de lo que dijo la Presidenta Michelle Bachelet, aquí mismo, que había que enfrentar el tema de Valparaíso y los problemas que tiene para evitar estos incendios. Tenemos graves problemas de construcciones irregulares en las quebradas, de precariedad en general, de conectividad, de abastecimiento de aguas.
Por eso,la solución requiere cirugía mayor.
Para ello, un delegado presidencial, dedicado exclusivamente a apoyar la reconstrucción de Valparaíso es clave.
Paralelamente, el diseño de un plan estratégico, donde todos debemos colaborar, en forma transversal y con absoluta convicción, unidad y solidaridad.