Uno de los rasgos de la acción política del bacheletismo en estas primeras semanas de gestión ha sido una agresiva e intensa “ofensiva legislativa”. De este modo, y apenas empezado el segundo período de Bachelet, la derecha ha sido arrinconada a posiciones defensivas que oscilan entre la potencial colaboración de RN y Amplitud-Evópoli y la fuerte y en ascenso oposición gremialista.
¿Qué define y caracteriza esa ofensiva legislativa?
La acción legislativa del bacheletismo se expresa, en consecuencia, en los proyectos ingresados, en los proyectos retirados, en los proyectos votados y debatidos y en el uso de las urgencias.
1. Proyectos ingresados. Durante estas primeras cuatro semanas Bachelet ha enviado cinco proyectos: “Aporte permanente”, protección de los “Derechos de los trabajadores de las empresas de aseo”, Ministerio de la mujer, “Aumento de bonificación” para trabajadores del Registro Civil y Reforma Tributaria.
De ellos, dos ingresan con “discusión inmediata” y ya están aprobados.Uno, tiene “urgencia suma” –reforma tributaria- y dos no tienen urgencia.
Finalmente, la ofensiva legislativa culmina con la reposición por medio de la “suma urgencia” del proyecto del voto de los chilenos en el exterior.
Esto, también se manifiesta en el Senado. Si bien, el bacheletismo no ingresa proyectos nuevos, su estrategia se concentra en el retiro de proyectos y en el uso de las “urgencias”. La táctica legislativa se observa cuando califica con “suma urgencia” tres proyectos: AVP, identidad de género e “impuestos y exenciones en las actuaciones del registro civil”.
A su vez, reflota dos proyectos asociados a seguridad ciudadana por medio de la urgencia simple: control de armas y seguridad privada. En la misma dirección y a nivel de los diputados, el ejecutivo le pone urgencia simple al proyecto que “suprime feriado judicial para tribunales” y suma urgencia para el proyecto que “mejora al personal del servicio médico legal”.
2. Retiro de proyectos. Retirar y modificar proyectos ha sido otra táctica. Frente a esta posibilidad la derecha encendió las alarmas y se sintió menoscabada: ruidos de aplanadora y retroexcavadora se escucharon nuevamente.
A una semana del cambio de mando, surge la primera señal de lo que venía en el plano legislativo.Rincón, informa el retiro de la “ley Monsanto”. El 21 y el 22 se anuncian retiro de proyectos. El ministro de Energía anunciaba el retiro del proyecto de gobierno corporativo ENAP y la ministra de Salud informa del retiro del proyecto de libre elección de Fonasa para el tramo más vulnerable.
La bomba estalló el 24 del mismo mes cuando el vocero Elizalde revela el retiro de tres proyectos emblemáticos de la gestión Piñera: Financiamiento, Superintendencia y Agencia Nacional de Acreditación.En el acto, surgen voces para que se retire el proyecto de carrera docente.
Curiosamente, todo esto coincide con la polémica de la “retroexcavadora” que se instala esa misma semana.
Hacia fines de marzo, no se habían oficializado los anuncios de retiro de proyectos.No obstante, el primero de abril llega un “Mensaje” al senado en el que informa que el gobierno ha decidido “retirar del Congreso Nacional el proyecto de ley que incorpora modificaciones en materia de gobierno corporativo a la ley que crea la ENAMI”. Dos días después, el ejecutivo anuncia que ha decidido retirar el proyecto de ley que crea el Ministerio de Agricultura y Alimentación.
3. Proyectos debatidos y votados en sala. Los diputados debatieron siete proyectos y dos informes. Los proyectos son: bono marzo, centro de acopio, ampliación viviendas sociales, trabajadores de la basura, alzamiento de hipotecas, violencia en los estadios y voto en el exterior.
No obstante, se concentra en tres: aporte permanente, recolectores de basura y voto de los chilenos en el exterior. Dos, ya están aprobados.
En el senado, de los 11 proyectos debatidos y votados hay cuatro que concentran la atención de la corporación: bono marzo permanente, recolectores de basura, “venta y publicidad de alcohol” y “control preventivo de identidad”. De ellos, los dos primeros están aprobados, uno ha sido rechazado –“detención por sospecha”- y el otro –venta de alcohol- vuelve a la comisión para un segundo informe.
¿Aplanadora, retroexcavadora?
En los hechos, el ejecutivo ingresó a trámite 5 proyectos de ley. De ellos, dos están aprobados por amplia y transversal mayoría, bono marzo y recolectores de basura; uno, la reforma tributaria, que va ser aprobado “pronto” y dos están sin urgencia.
Junto a estos proyectos se han activado varios por medio de las urgencias. Entre los más emblemáticos se encuentran el AVP, la igualdad de género y el voto de los chilenos en el exterior; los tres, con “suma urgencia”.
Y, finalmente, encontramos el retiro de proyectos ya sea en forma de anuncio –educación, salud- y los que a la fecha se han materializado: “ley Monsanto”, gobierno corporativo de ENAMI y el ministerio de Agricultura y Alimentación.
Se observa, finalmente, que la ofensiva legislativa tiene tres ejes.El primero, busca imprimir el sello social y de género; el segundo, busca neutralizar las presiones ciudadanas y desactivar conflictos sociales; y el tercero, dar cuenta de que el ejecutivo maneja la agenda legislativa en función de sus prioridades programáticas y políticas.
La derecha, en consecuencia, ha sido arrinconada a posiciones defensivas que le impiden jugar el rol opositor que asumieron en los gobiernos de la Concertación. Ha perdido poder de veto. Y en ese escenario, no están en condiciones de defender el modelo que diseñaron con Pinochet.
La derecha sigue herida y en busca de su adaptación al nuevo ciclo social y político. Y mientras tanto, sus miedos se manifiestan en el plano del lenguaje connotado con aplanadoras, retroexcavadoras y con el primer eslabón para el socialismo.