El historiador Sergio Villalobos tiene una virtud importante que hay que reconocer públicamente: es brutalmente franco y no oculta su pensamiento ultra conservador, particularmente, respecto de la cuestión social indígena.A diferencia de sus colegas de ruta en esta lógica, no esconde su desprecio y racismo.
Es el Juan Ginés de Sepúlveda del siglo XVI en la memorable Junta de Valladolid, en la controversia con Bartolomé de las Casas, una especie de “cumbre” organizada por el Consejo de Indias, con el propósito de resolver el dilema (falso por cierto) de cómo entender la relación de la Corona y de la Iglesia con los pueblos nativos descubiertos y conquistados. Ginés de Sepúlveda, coincidentemente historiador, defendía la tesis de la guerra justa en contra de los indios, “por sus pecados e idolatrías”.
Don Sergio Villalobos habló recientemente de “defectos ancestrales” de los mapuches, sin ahondar mucho en aquello.
Para Ginés de Sepúlveda, los indios eran seres inferiores y decía que sus prácticas culturales eran anti natura. Hoy, el profesor Villalobos alega que los mapuche, “de acuerdo a la cultura ancestral escasamente participaban en faenas: “era formalmente un guerrero y un cazador, que vivía relajadamente y entregado al alcohol”.
Si a esto se suma el hecho de que, de acuerdo a sus conceptos, era inaceptable que “hubiese tierras desperdiciadas en manos de los naturales (los mapuche)”, se entiende entonces que estos sujetos estaban desprovistos de derechos.
En el siglo XVI Jesús Ginés de Sepúlveda alegaba exactamente lo mismo. Por eso, el Estado de Chile ejerció la fuerza y la violencia para despojar al mapuche de su patrimonio, como en su tiempo la Corona conquistó con sangre el continente.
Villalobos no es Ginés de Sepúlveda. Por cierto. Y Huenchumilla no es Bartolomé de Las Casas, como es evidente, pero ambos personajes son claves en la lucha por los derechos de indios durante la conquista. Y en algo se parecen en el debate de estos días.
Uno, Villalobos defiende la conquista y sometimiento del Pueblo Mapuche y Huenchumilla busca – como muchos mapuches- reivindicar sus derechos.
Lo más dramático es que, Ginés de Sepúlveda, el severo historiador y filósofo español, capellán y cronista de Carlos I y preceptor de Felipe II, defensor de la conquista española, pareciera revivir, ¡cinco siglos después! en los dichos de quien ha sido ungido, nada menos, como Premio Nacional de Historia, Sergio Villalobos.
De las “reflexiones” del severo jurista Ginés de Sepúlveda encuentro esta afirmación categórica y explícita (Ginés tampoco tenía pudor con la franqueza) en su libro “De la justa causa de la guerra contra los indios”.
“Con perfecto derecho los españoles imperan sobre estos bárbaros del Nuevo Mundo e islas adyacentes, los cuales en prudencia, ingenio, virtud y humanidad son tan inferiores a los españoles como niños a los adultos y las mujeres a los varones, habiendo entre ellos tanta diferencia como la que va de gentes fieras y crueles a gentes clementísimas. ¿Qué cosa pudo suceder a estos bárbaros más conveniente ni más saludable que el quedar sometidos al imperio de aquellos cuya prudencia, virtud y religión los han de convertir de bárbaros, tales que apenas merecían el nombre de seres humanos, en hombres civilizados en cuanto pueden serlo”.
Sí. El pensamiento de la conquista española sigue todavía vigente. Y en Chile podemos encontrar en el profesor Villalobos uno de sus más conspicuos seguidores.