Un inesperado pero previsible movimiento accionario, ha puesto fecha de término a la administración de José Yuraszeck al mando de la U, pero no sólo eso también la mayoría que ha manejado al club desde su conversión en SADP deja el paso a un nuevo equipo controlador liderado por quien fue siempre minoría, C. Heller.
El cambio se produce al término de un mal año deportivo, tanto en los resultados futbolísticos como en las incorporaciones que siendo onerosas no han reflejado su valor en la competencia.Mirado desde esta perspectiva es una buena práctica que cuando los resultados no acompañan quienes dirigen los procesos den un paso al costado.
No me parece que sea la situación provocada por el absurdo término anticipado del partido con la UC y toda la controversia posterior, un elemento que pueda haber influido en este cambio, en términos deportivos resulta más lamentable el partido con el rival clásico que ha tenido un año para el olvido y que tuvo su minuto de fiesta en el año a costa de la U.
Una visión de mayor plazo, debe reconocer los éxitos institucionales que se dan tanto en lo deportivo a nivel nacional e internacional, los mejores en toda su historia para la U, como en cuanto a infraestructura con un moderno complejo de entrenamiento que alberga a todas las divisiones azules y una cuenta corriente menor a la que alguna vez hubo pero igualmente significativa en espera de cumplir un largo y caro sueño: el estadio propio.
Heller ya anuncia que su desafío principal es construir ese Estadio propio, aún cuando no nos cansaremos de repetir lo absurdo que resulta buscar una nueva ubicación para partir de cero, cuando el Estadio Nacional ya muestra una baja utilización y si la U se fuera se convertiría efectivamente en un desolado elefante blanco.¿Habrá mayor amplitud de criterio ahora con el ministerio del Deporte?
Sin embargo creo que el verdadero desafío pendiente está en cómo obtener una relación de cooperación y solidaridad con los miles de hinchas que siguen a la U partido en sus partidos.
El público ha sido estigmatizado por programas como “estadio seguro” y por el privilegio de los intereses mercantiles en el Directorio de la ANFP, cuyo origen es justamente una alianza de los clubes grandes y el reparto de beneficios económicos.Y de eso el equipo que se va es plenamente responsable desde el origen por acción y omisión.
El cambio de gobierno esperamos que también traiga aires de cambio en las políticas de maltrato al hincha, comunes en los últimos cuatro años en los estadios de Chile.
Y lo decimos con pleno y directo conocimiento: he asistido periódicamente al estadio siguiendo a la U y he sido víctima y testigo de esa concepción policíaca del “orden y la seguridad”.
Allí Heller tiene un precioso trabajo que realizar, el fútbol es una fiesta, una fiesta alegre, bullanguera y desordenada en cuanto a contraria a uniformidad.Los hinchas azules igual que todos los hinchas esperan y gustan de los triunfos, pero a diferencia de muchos otros están ahí en las duras y en las maduras.Alientan y no se cansan de alentar.
El período que se va ha sido de cierta indiferencia y distancia entre dirigentes y fanáticos.A ningún otro club le resultaría más beneficiosa la vuelta de la familia al estadio que a la U, nada se ha avanzado en esto tres años, ha llegado la hora de ponerse a trabajar.
Tengo la idea que en esto el nuevo equipo es más flexible, desideologizado y cercano que el que se va. Para este trabajo no se requieren grandes inversiones en jugadores, sino que una adecuada combinación de aplicación de normas con respeto y espacio para manifestar la adhesión y respaldo.
El fútbol no es la ópera ni un cumpleaños infantil. Que los hinchas puedan expresarse con sus elementos más típicos es de la esencia de este deporte.