Desplegada ya la campaña electoral y con una agenda pública que en gran parte recoge precisamente estos temas, incluyendo el vergonzoso episodio de acusaciones mutuas entre los dos candidatos de la derecha -Evelyn Matthei y Franco Parisi- que dicho sea de paso incluye disparos a mansalva dejando ver lo peor de su sector, se extrañan las ideas, las propuestas y el debate de fondo.
La verdad es que hay que ser francos, los carteles no votan ni son escrutados y un día después de las elecciones serán basura que algunos candidatos ni siquiera retirarán.
La parafernalia no genera más seguimiento, muy por el contrario. La ciudadanía hace rato ya que está en otra, y sabe que a los candidatos hoy se les exige, se les pone a prueba, se les fiscaliza y se les pide, con justa razón, un mínimo de franqueza y compromiso público.
Y no puede ser de otra forma, porque los elegidos recibirán un mandato temporal del pueblo, no para hacer lo que quieran, sino aquello que se identifique con sus electores.
Particularmente, en Temuco, mi decisión fue no instalar las famosas palomas en las calles.Primero, porque no quiero contaminar mi ya contaminada ciudad y, segundo, porque no quiero arriesgar la vida de los peatones o automovilistas con carteles que sólo obstaculizan la visión y dificultan el normal tránsito cotidiano.
Los candidatos no somos un yogurt o una marca de leche, aunque tengamos fecha de vencimiento en cada elección. Detrás de cada aspirante al Congreso debieran existir no sólo propuestas, sino una visión del Chile que buscamos, de cómo nos comprometemos a representar –a través del mandato popular, y de la mejor forma- lo que nuestros electores necesitan y demandan en forma legítima y cada vez con más fuerza.
Chile está hoy en un punto de inflexión, hay una serie de problemáticas que necesitan respuestas concretas. ¿Hacia dónde giramos el rumbo , hacia dónde apuntamos como colectivo?
Todo esto debe hacerse de cara a la ciudadanía, recogiendo experiencias, testimonios y escuchando al ciudadano de a pie.Las pensiones miserables, el abuso desmedido de las Isapres, los cobros indebidos, el lucro en la educación, entre otras, son aquellos temas que la gente sí quiere, pero no en carteles, sino en el compromisos de sus futuros representantes en el Congreso.
El profundo centralismo que asfixia a las regiones, las inaceptables y persistentes brechas de desigualdad, la tóxica y alarmante relación entre delincuencia y drogas; los cambios que requiere nuestra matriz energética; cómo modificar la Constitución que nos limita y que no representa al Chile de hoy.
La lista ex extensa y la verdad es que con tantas palomas en la calles , difícilmente la ciudadanía logra visualizar a quienes de verdad están dispuestos a dar su palabra por cambios estructurales.
El próximo 17 de noviembre no habrá carteles en las urnas.Serán los ciudadanos los que elegirán, ojalá informados.Será el pueblo el que decida quienes y por qué serán sus representantes en el Congreso. Las palomas… dejémoslas volar.