A comienzo de los años ochenta el director de cine Richard Attenborough donó el estreno de la película Gandhi al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF. Por ese motivo me correspondió organizar la presentación en Chile, Argentina y Uruguay, países donde la propuesta de la No Violencia Activa era abrazada por millones de demócratas que no estaban de acuerdo con la vía armada para derrocar a los regímenes militares.
A diferencia de la simple pasividad, la No Violencia Activa fue el método que utilizó Gandhi en la India para luchar contra el imperio británico. También caracterizó las luchas de Martin Luther King en los Estados Unidos; Nelson Mandela en Sudáfrica; Lech Walesa en Polonia y de Adolfo Pérez Esquivel en Argentina, entre otros.
Recuerdo como si fuera ayer la llegada de Patricio Aylwin al cine Pedro de Valdivia y emocionarse, al igual que miles de chilenos, con la puesta en escena de la biografía de Mahatma Gandhi, magistralmente interpretado por Ben Kingsley.Eran tiempo en los cuales abríamos espacios culturales para mantener vivo el espíritu, cultivar las ideas y fortalecer las propuestas libertarias.
No me cabe duda que don Patricio -inspirado en los valores del humanismo cristiano y convencido de que el camino no violento era el único capaz de derrotar verdaderamente a la dictadura- debe haber encontrado inspiración en Gandhi, al igual que Martin Luther King, quien dijo que gracias al hindú se dio cuenta por primera vez de que la doctrina del amor, de la no violencia activa, “es una de las armas más potentes de las que dispone un pueblo oprimido en la lucha por la libertad”.
Propuso en cambio amar a nuestro enemigo, lo cual no significa aceptarlo como es con sus partes de injusticia e inhumanidad, sino buscar cambiar la situación de opresión sin destruirlo .”Si logramos llevar nuestra batalla —decía King— con amor y dignidad, la posteridad dirá que hubo una vez un gran pueblo, el pueblo negro, que inyectó en las venas de la civilización una nueva sangre de dignidad y de ideales”.
En Chile, Aylwin fue el líder que convenció – incluso a adversarios del pasado-, que debíamos aceptar el reto al que nos convocaba la dictadura.Se apostó a triunfar por la mejor arma de la democracia: el voto y avanzar en forma pacífica, sin exponer al pueblo a nuevas violencias, sufrimientos y pérdidas de vidas, sin grandes traumas hacia la democracia, aunque eso significara moverse en el estrecho margen que dejaba el dictador con los amarres jurídicos inventados por los civiles del régimen.
Trabas todas abiertamente anti democráticas, algunas de las cuales subsisten hasta hoy.
Así, sin odio, sin violencia, se venció a la dictadura y se le impidió eternizarse en el poder.Desterrando el predominio de la fuerza sobre la razón, permitiendo gritar desde lo más profundo de las convicciones humanistas.¡Nunca más! ¡Nunca más atropellos a la dignidad humana!¡Nunca más odio fratricida!¡Nunca más violencia entre hermanos!
Y volvieron a imperar los valores de amor a la libertad y el rechazo a toda forma de opresión, la primacía del derecho sobre la arbitrariedad, la tolerancia a las opiniones divergentes y la tendencia a no extremar los conflictos, sino procurar resolverlos mediante soluciones consensuales.
También recuerdo como si fuera ayer el 5 de octubre de 1988, cuando de madrugada partimos a los recintos de votación a defender los votos. Miles en las mesas, otros tantos miles en los sistemas de cómputos que permitieran rebatir con argumentos serios a los ” yes men” de palacio que quisieron hacer el mismo fraude de la consulta nacional de 1980.
Los triunfos no lo logran hombres solos, pero siempre hay líderes que encabezan los procesos.Aylwin tuvo junto a él a una decena de partidos políticos que es bueno recordar: Democracia Cristiana, Socialista-Almeyda, Socialista Histórico, Socialista-Mandujano, Socialista-Núñez, Unión Socialista Popular (USOPO), Partido por la Democracia, Partido Radical, Partido Radical Socialista Democrático (Facción Sule/Luengo),Partido Social Democracia de Chile, Izquierda Cristiana, Movimiento de Acción Popular Unitario (MAPU),Movimiento de Acción Popular Unitario Obrero Campesino (MAPU-OC),Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR),Partido Comunista de Chile (PCCh), Partido Democrático Nacional (PADENA),Partido Humanista de Chile, Liberal, Partido Los Verdes, Partido Nacional por el NO.
También estuvieron allí los sindicatos, el movimiento estudiantil, las organizaciones vecinales, los comerciantes, las iglesias, la Masonería y millones de chilenos que desde siempre han adherido a la No Violencia Activa.
Todos ellos dieron su respaldo al camino propuesto, permitiendo así que el 5 de octubre de 1988 los chilenos en las urnas derrotaran a la dictadura más cruel e ignominiosa de nuestra historia.
Todos ellos merecen el reconocimiento por haber construido la paz. Si existiera un premio de la Paz colectivo, debería dársele al pueblo chileno.