Gracias por enterarnos de usted, en nuestro país que se decía católico.Su actualización, como de Apple, sale en la prensa, en el New York Times, hasta en La Gaceta de Cumpeo y lo leemos con su mismo candor pontifical que ya no asombra a nadie. Sabemos que a usted nadie va a sacarlo de sus casillas y ahora ha dicho cosas sorprendentes como incluir a las mujeres en el poder de su Iglesia, acorde con los que creíamos que usted sería un Papa diferente.
Un siete por atreverse a humanizar a las y los homosexuales, por reivindicar a los ex-casados que reinciden y por extender su cobertura de soporte a todos los que dejamos de confiar en su Iglesia. Gracias, ojalá sirva. Mejor aún que se atreva a decir que no es de derecha, confío que no será ultra porque piensa en los pobres.
Nos parece ver distancias entre usted y la Iglesia chilena que tiene poder político y dinero abundante, con mansiones que no pagan contribuciones y en general –con excepciones– la chilena coexiste con la derecha. En forma valiente es sublime que usted insista que las cosas de la feligresía (uff, hay tantas!) han de remendarse en casa y no ir a reclamar allá en sus pagos, con poncho y mate.
Hemos llegado a entender que la Religión es un fenómeno humano natural y universal sin atributo de inscribirse en iglesias de primera clase ni en las más tribales. Acá, no tenemos un SERNAC católico y se multiplican las quejas.
Bien por ser sudaca y argentinísimo, corrobore que pololeó, le guste el tango, Fellini y San Lorenzo, pero aún no me convence fácil. A nosotros también nos gusta pololear, bailar tango, las películas de Fellini, pero no nos gustó mucho su publicitada entrevista.
Nos pareció marketera en tiempos de vacas flacas para su equipo pero fíjese Sumo, no nos convence. ¿Por qué? Eso de, miren chicos,no hablemos de aborto, ni de píldoras anti-concepción ni del gay con el que conversó hace años, eso acá, viejito es correrse por la tangente. Nos quedó claro que la Santa Sede actual no le dará bola a muchas cosas que comentamos acá.
Que Siria se vaya a los infiernos es otro problema y no es tema de estas líneas. Mi visión es que entre nosotros se instaló una antropología lógica del engaño, que nació del auto-engaño al que su Iglesia ha cooperado con ganas. Iré por partes.
Es posible que allá, no hablen de esto, pero acá, eso que usted restringe afecta y limita a muchos de mis conciudadanos. Por años acá no se educó a la gente que ser homosexual NO es una opción como la opción suya de ser cura o ser candidato a Papa.
Acá,la homosexualidad es discriminada, hasta los matan.Su compañero de cónclave, Monseñor Medina es e guaripola autorizado para denostar a los “raros”sin piedad ni clemencia. Desde allá nadie le para el carro.
Éste es nuestro mundo donde además hay abortos por diversas causas, entre otras por la falta de una crianza en familia, con valores de respeto.También por la extensa omisión de una educación sexual –a tiempo– a niñas y niños; porque acá ser católico es haber aprendido a negar la sexualidad, a seguir creyendo que todo lo malo está en el cuerpo y lo bueno en el alma, en esa alma que los niños no saben dónde meterla.Así los crían y usted bien lo sabe, porque si no, no le escribiría.
Sin educación ni instrucción sexual, las relaciones sexuales de adolescentes y los abortos son frecuentes. Más frecuentes entre jóvenes de familias pobres. En la educación, acá predominan las enseñanzas de su Iglesia, no existe instrucción a muchachas y muchachos de prevenir el embarazo; hasta el condón fue eliminado del canal de TV católico y su Iglesia prohíbe las píldoras anti-conceptivas y miente desprestigiando a las del día después tachándolas de abortivas.
Es su facultad no oír hablar allá de estas cosas, pero acá falta el conocimiento y las normas para que nuestra juventud crezca en salud y sin riesgo de enfermedades trasmitidas por vía sexual.De estos problemas que afligen a la juventud, nada dijo usted.¿Se da cuenta? Porque las señoras católicas casadas usan las píldoras y otras cosas a gusto en su cuerpo, sin hacerle caso a los curas.
Usted insiste engrupir a las chicas y a las mujeres porque usted las necesita en puestos de poder, lo han hecho siempre al pasar el platillo de la colecta con falda bajo la rodilla, ojalá sin artimañas a los varones.
Nosotros, sus compatriotas del sur del mundo esperábamos otra cosa, por ejemplo que los colegios católicos pagados dejaran de ser pagados, a los que pudieran asistir los hijos de padres de menores recursos. Así podríamos enmendar la educación, porque usted como jesuita lo vive: si educamos muchachas y muchachos con buenos profesores como son en general los docentes de colegios pagados, la educación sería de calidad.Sabemos que su Iglesia tiene los recursos.
Otro tema, en nuestro país no hay colegios similares. Hay de Grado I con paseos al mar, vista al mentado Cielo, calefacción, idiomas, gimnasio, sala de actos y los baños funcionan. Con profesores, aunque sin INICIA, que enseñan bien. Buen arsenal de libros y ordenadores, aplicaciones “ad libitum”. Con electricidad, techo y agua potable.
Su producto, alumnas y alumnos de 1ª continuarán exclusivos privilegios en cualquier parte donde paguen.No digo “puedan pagar” porque sus antecedentes señalan capacidad de pago. No están en ningún DICOM sino en otro educativo que aprendieron: acaparar.com, porque tuvieron mucho, lo almacenan y reproducen. ¿Usted lo aprueba?
Hay establecimientos a los que asiste una gran población –además de su repliegue geográfico–que no disfruta materiales del párrafo de más arriba y muchos en esa población sufre también problemas de educación, con cuasi-profesores.
Quiero pedirle se de cuenta de esta desventaja estudiantil actual con cercanía y acceso a otros placeres cautivadores: una cultura y una TV empobrecida dirigida al consumo sin ningún manejo individual ni docente de las condiciones de riesgo al alcance de ellos. Su Iglesia ¿puede ayudar?