Jugando sin claridad en sus líneas y carente de una idea central de juego y sin siquiera aprovechar su condición de local, la “U” empató 1-1,con dificultades con el modesto conjunto de Independiente del Valle de Ecuador y resignó una clara opción de acceder a los octavos de final de la Copa Sudamericana.
Decididamente no le apuntó la “U” con la contratación de Marco Antonio Figueroa como técnico de su equipo.
Con Sampaoli, el equipo universitario mostró en casi todos los partidos y principalmente en los títulos nacionales y torneos internacionales como característica principal una exigente defensa individual que muchas veces fue con doblaje a los jugadores rivales en la zona defensiva de ellos donde quitaban el balón y nacían fulminantes ataques.
La “U” era sólida en defensa su principal virtud y brillaba en ataque, sorprendiendo a todos sus adversarios y al medio sudamericano.
Con el argentino Darío Franco los azules no exhibieron ninguna idea central, no marcando individualmente, en algunos partidos lo hicieron apenas en zona y el ataque eran apenas constantes centros buscando alguna afortunada volea o un cabezazo providencial. Sus hinchas y la directiva se cansaron y fue cesado obligadamente en el cargo.
Su sucesor, Marco Antonio Figueroa, por no parecer imitando a Sampaoli se ha negado a partir desde la defensa, queriendo transformar a su equipo en un conjunto de permanente ataque, con cuatro y cinco hombres en el mediocampo y tres delanteros y un defensa, que no marca a nadie y que con la diferencia numérica de hombres en ofensiva y defensiva, queda expuesta a contraataques repetidos y a convertirse en un equipo goleado, tanto en el torneo nacional como en el exterior, al extremo de quedar eliminado en la Copa Chile y superado por equipos de ascenso de segunda división.
Anoche en el partido de ida con el modesto equipo ecuatoriano de Independiente del Valle no mejoró en nada sus últimos cometidos.
Buscó desordenadamente con cuatro mediocampistas (Aránguiz, Rojas, Fernández y Lorenzetti) y tres delanteros (Farfán, Díaz y Civelli) imponerse por su ataque, manteniendo tres defensas (Magalhaes, Sills y Rojas). Estos últimos debieron soportar los fulminantes ataques de los ecuatorianos quienes pese a ser dominados en la posesión del balón y perder el primer tiempo 1-0 tras gol de Díaz a los 42 minutos, aprovecharon un obnubilado ataque azul y contraatacaron con tres hombres solos en ofensiva, consiguiendo la ansiada igualdad.
Antes de eso el principal mérito de los ecuatorianos fue el orden en sus filas manteniendo permanentemente cinco hombres en defensa y el resto esperando salir en ataque en velocidad, sorprendiendo y creando dificultades casi siempre al trío de defensores azules y al arquero Herrera.
Asimismo, jugar fuerte y agresivamente cometiendo faltas provocando e intimidando al rival, característica que usaron también sus compatriotas de Emelec de Guayaquil frente a Universidad Católica. La diferencia fue que el arbitraje de la UC con Emelec fue más estricto y Emelec perdió dos hombres, mientras que el paraguayo Quintana que dirigió el partido de la “U” solo mostró tarjetas amarillas y cobro de faltas, permitiendo engaños de jugadores en el suelo y demora en el tiempo de juego.
La “U” no tuvo fallas individuales en defensa como le ocurrió en el empate con Ñublense, pero individualmente, además del débil juego colectivo hubo fallas individuales desde el arquero Herrera reiterando sus malos saques con el pie, las pérdidas constantes de balón de Farfán a quien se insiste como titular por su juventud y el error del técnico de hacer ingresar a Civelli como puntero
Izquierdo, fácil de detener por su lentitud, e insistir en centros sin sentido, en que se advierte falta de preparación para crear una jugada. Todos los centros son iguales, a mitad del área, con Díaz esperando ganar por alto lo que pocas veces logra.
El futuro de la “U” no parece halagüeño, si el técnico no cambia su esquema partiendo con una defensa individual y nutrida que le asegure que no le hagan goles y dejar los demás hombres en ofensiva, buscando penetración y velocidad.
Tendrá que elegir dentro del numeroso plantel que tiene, los mejores en sus respectivos puestos para esa labor. Es de esperar que en Ecuador no arriesgue y consiga el anhelado triunfo para seguir en carrera y desde luego haga urgentes modificaciones para los partidos del torneo nacional de transición, de cuyo título puede despedirse si no logra prontos triunfos.
Si no satisface el argentino Sills debe volver Osvaldo González o Albert Acevedo, y hasta el juvenil Valber Huerta, ya probados y mejores.
En medio campo insistir con Aránguiz, Fernández, Lorenzetti y Rojas, con el joven Sebastián Martínez como alternativa, olvidándose de Videla.
En ataque, incorporar al movedizo Juan Ignacio Duma por Díaz, esperando la recuperación de Gutiérrez y una mejoría técnica y física de Ubilla.