La campaña presidencial estará realmente configurada solo a partir de la inscripción de todas las candidaturas el próximo 19 de agosto. Todo hace prever que habrá un record de candidatos presidenciales y, por tanto, una alta dispersión del voto, lo que dependiendo de la cantidad de electores que sufraguen , podría significar que todo se defina en segunda vuelta.
Bachelet ya ha completado la incorporación a su comando de figuras de todos los partidos y de independientes, enviando señales, especialmente por el peso del equipo económico, de cambio especialmente en el ámbito de una ambiciosa reforma tributaria y, a la vez, de tranquilidad respecto del manejo de la economía y de la garantía a los inversionistas de políticas serias y definidas en el ámbito energético, medio ambiental y laboral, en todo lo cual con Bachelet habrá reformas significativas, pero con reglas del juego claras, conocidas y que se proyectan en el tiempo.
Bachelet parte su campaña con el amplísimo resultado de las primarias donde dobla el resultado de los dos candidatos de la derecha y los casi triplica si se toman en cuenta lo obtenido por todos los candidatos de la Nueva Mayoría. A ello se agrega los vínculos establecidos con importantes sectores del movimiento estudiantil en la lucha por la gratuidad universal en la educación y con los movimientos sociales con los cuales ha establecido un diálogo integrador.
Todo ello revela el peso de su liderazgo en la sociedad chilena, la centralidad de su figura que mantiene, en gran medida, en pie el actual sistema político que ella misma se propone modificar, le confiere un poder inobjetable en las decisiones programáticas y en la campaña parlamentaria ya que su figura unida a la potencialidad de las duplas de candidatos puede significar un resultado que en varios distritos y circunscripciones, rompa el binominal y logre una mayoría que su gobierno necesita para producir los cambios que se prometen a la ciudadanía.
Bachelet se encuentra en una situación inmejorable para ganar esta elección presidencial y, en mi pronóstico, si votaran alrededor de nueve millones de electores, ella podría evitar el exceso de dispersión del voto y vencer a la candidatura de la derecha ya en primera vuelta.
La incorporación de la DC a la campaña ha sido virtuosa dado que pesa la óptima relación que Bachelet mantuvo como Presidenta y ha mantenido en el tiempo con la Democracia Cristiana, como también el generoso rol jugado por Claudio Orrego.
Debe aún incorporar en su campaña las ideas y a los colaboradores de Andrés Velasco, cuyo voto es más trasversal y requieren de una inserción visible y al radicalismo de José Antonio Gómez, que golpeado por una derrota que sólo para su partido y para él no era evidente, ha demorado la inclusión de un sector que es muy importante para el perfil unitario, cultural e histórico de la Nueva Mayoría.
Otro elemento que Bachelet debe resolver es su presencia más notoria en los medios y en el vínculo con la ciudadanía. Hay una sensación y una queja de la gente de que la candidata se ve poco, que no la tienen a mano, que el Comando la esconde.
Por el carácter de la figura de Bachelet, muy ligada a la emotividad y empatía con la población, es necesario que la candidata esté más abierta a los medios, especialmente a la TV, que sus salidas a terreno sean más difundidas y siga incorporando en sus anuncios elementos de novedad que le permitan controlar la Agenda política, como ocurrió totalmente en la fase de las primarias.
La instalación de Evelyn Matthei como candidata de la derecha ha sido muy compleja.Ella no participó en las primarias que movilizó a tres millones de ciudadanos y legitimó las candidaturas presidenciales. Es la cuarta opción de la derecha y su figura está marcada por las maniobras políticas en que participó para liquidar políticamente a otras figuras de RN incluido el propio Presidente Piñera.
No extraña, entonces, si en su apoyo Allamand marcara nítidamente diferencias y denunciara la actitud de la UDI que estableció un veto en contra su candidatura presidencial. Todo esto pesa en el ánimo de RN y es bastante probable que si Matthei no logra recomponer confianzas de fondo, el voto RN, como ya ocurrió en las municipales hacia figuras de la UDI, se torne esquivo y engrose el número de abstenciones.
La estrategia de la UDI y del gobierno, donde Matthei tiene un apoyo entusiasta del propio Piñera que con ello está mirando más que a noviembre del 2013 a noviembre del 2017, ha sido tratar de igualar las figuras de Bachelet y Matthei, presentándolas como dos mujeres, dos hijas de generales que se enfrentan por la presidencia del país.
Sin embargo esta estrategia no se sostiene. Matthei es hija de un general integrante de la Junta Militar que gobernó con Pinochet, Bachelet es hija de un general que murió fruto de las torturas aplicadas por sus propios compañeros de armas de la FACH.
EvelynMatthei defendió a la dictadura y llamó en la franja del Si a perpetuar el poder de Pinochet hasta el año 97, Michelle Bachellet fue detenida, torturada, exiliada, opositora a la dictadura.
Ambas no tienen relación alguna, salvo que sus padres fueron amigos. Una amistad, por lo demás, compleja porque el propio General Matthei ha declarado en la causa judicial que se cuestiona el no haber visitado a Bachelet, el no haber representado a sus superiores su estado de salud y no haber hecho algo por salvarle la vida.
Por tanto, la estrategia UDI de igualar a Matthei con Bachelet choca con la realidad dura de la dictadura y de insistir en ella harán reflotar permanentemente en la memoria de los electores a una candidata ligada a ésta justo cuando este año habrá una sensibilidad especial de la población porque se cumplen 40 años del golpe militar.
Evelyn Matthei carga con el estigma de un mujer dura. Pero, a la vez, es batalladora e inteligente.Quiso siempre ser candidata presidencial y se jugará la vida en este intento. Es justamente ese deseo desenfrenado, que en el pasado la ha llevado a cometer excesos, el que hace temer a muchos que hoy vuelva a presentarse en su carácter la idea de la política básicamente como maniobra y que ello vuelva otra vez a primar en su accionar. Es lo que seguramente temió Allamand cuando desechó enfrentarse a ella.
La competitividad de Evelyn Matthei dependerá de que la UDI no le imponga una estrategia conservadora y que su propia estrategia no la vuelque al pasado. Pero también de la forma como convenza al votante RN y más liberal de la Alianza y de que, como lo ha dicho el Senador Lagos Weber, su carácter no se sobreponga a su inteligencia.
El resultado , y particularmente si hay o no segunda vuelta, depende en buena medida de lo que obtenga electoralmente el resto de las candidaturas. Sin duda Enríquez-Ominami es el más sólido de los candidatos que van más allá de los grandes pactos. Ya hizo una campaña presidencial, es conocido en todo el país, tiene partido en que apoyarse y Karen , su esposa, es un enorme apoyo comunicacional y en el vínculo con la gente.
Sin embargo, Enríquez-Ominami dejó de ser una novedad, no logró conectarse con los movimientos sociales que irrumpieron en los años de Piñera y más bien su imagen se tradicionalizó lo cual le impide crecer hacia sectores más radicalizados. Tiene en el cuello la presencia de Marcel Claude que lo cierra a su izquierda y de Parisi que lo cierra en las capas medias de derecha liberal que una vez votaron por él. Todos ellos restan votos a las candidaturas de los bloques, pero con límites.
La ciudadanía quiere cambios estructurales pero apoyará a quien puede realizarlos.
Claude, que apunta a los no votantes, debiera tener lo que ya obtuvieron los candidatos humanistas en las contiendas presidenciales. Parisi tratará de captar el voto ligado a Allamand pero hay un tema de “clase” que limita este intento.
Enríquez-Ominami está, esta vez, más encajonado y con un discurso poco novedoso no por falta de talento sino porque son pocas la novedades que se pueden hoy ofertar a un electorado más desconfiado de la política y de los políticos en general y él hoy no se excluye de esta categoría.