El domingo 30 de junio será un momento vital para los esfuerzos de participación ciudadana destinados a generar una mayoría nacional que represente la exigencia de profundas transformaciones sociales, institucionales y económicas en nuestro país.
Concurrir a votar en las primarias presidenciales y hacerlo por Michelle Bachelet, conduce a objetivos centrales como derrotar a la derecha, respaldar un programa de gobierno progresista y avanzado y demostrar que el pueblo participa en los ejercicios democráticos necesarios para avanzar en nuestro país.
Nadie podrá desconocer que un desafío del 30 de junio es lograr una amplia participación ciudadana y reducir los porcentajes de abstencionismo o no participación que pudiera darse.
Para ello hemos convocado al pueblo a informarse sobre sus lugares de votación, tener claro que pueden votar quienes militen en un partido o quienes no tengan militancia, y que lo pueden hacer todos los mayores de 18 años aunque no hayan hecho el trámite de registro electoral (ahora el voto es voluntario). Además, los militantes y simpatizantes de los partidos de la Nueva Mayoría deben hacer un esfuerzo por constituirse como apoderados de mesa para garantizar un proceso limpio.
Quienes tengan un compromiso con las transformaciones en Chile y quienes reclamen cambios en el país, tiene el deber y la necesidad de concurrir a votar en las primarias para fortalecer las opciones de cambio.
En las primarias se libra una más de las batallas por una nueva Constitución, por la participación ciudadana para tener una nueva Carta Magna, por avanzar en reformas en Educación y Salud, por tener una reforma tributaria que permita generar los recursos para los proyectos sociales, por generar modificaciones que permitan acceder a mejores pensiones, por avanzar en la descentralización del país beneficiando a las regiones.
Como las primarias tienen un sentido de participación ciudadana y de elección democrática, y todo apunta a que la Nueva Mayoría será la gran triunfadora, la derecha hace todo por desperfilar este proceso eleccionario, empezando por el gobierno de Sebastián Piñera.
La campaña del gobierno para promover la participación en las primarias es acotada y débil.
No se trabajó con eficiencia en cuanto al proyecto de franja televisiva y se postergó su aprobación como ley; hubo contradicciones entre informaciones de la vocera de La Moneda y el ministro del Interior; no se tomaron recaudos para garantizar el transporte y mucho menos se escuchó la propuesta de dejar gratis el traslado ese día; los personeros de gobierno se pusieron en la línea de la UDI, para que no se relevaran las primarias, en otro claro ejemplo de intervencionismo electoral.
A eso hay que agregar la mala gestión del SERVEL que cambió lugares de votación, juntó otros y dio información débil y contradictoria que, claramente, desincentiva la participación.
Por lo tanto el 30 de junio hay un doble desafío: concurrir a votar en las primarias y hacerlo por la candidata Michelle Bachelet, que es votar por el programa que queremos para el pueblo y el desarrollo del país.
De esa manera se culminará de manera positiva ese ejercicio democrático que se desarrolla por primera vez en nuestro país.