A raíz de la entrega de medicamentos vencidos a 27 menores en una escuela en Osorno, queda de manifiesto que es indispensable resolver adecuada y realmente los problemas del uso de medicamentos en nuestro país, tanto en el ámbito público como en el privado.
Recordemos las reiteradas denuncias a CENABAST, por bodegaje de medicamentos vencidos, contaminados con fecas de ratones, y su almacenamiento a la intemperie.
Anteriormente la distribución de arroz con gorgojos o de vacunas que no respetaban la cadena de frío para su adecuada conservación. O el cierre del Laboratorio Besthpharma en el año 2008 principal proveedor de la CENABAST por graves y reiterados problemas de calidad
En el ámbito privado la gravísima colusión de las farmacias que afectó a cientos de miles de enfermos, a los que las cadenas elevaron abusivamente los precios en forma concertada.
Tenemos un modelo de comercialización altamente concentrado, con tres cadenas farmacéuticas que controlan el mercado, con lujosos locales en avenidas principales y mall en las comunas más ricas y ausencia de farmacias en comunas más vulnerables y en sectores rurales, además de ineficientes sistemas de turnos. No obstante que el Código Sanitario les otorga a las farmacias el monopolio de la venta de medicamentos se debiera exigir una solución más equitativa en la oferta de medicamentos a la población.
La disminución sostenida de la venta de medicamentos del Formulario Nacional y su reemplazo por las marcas propias de las cadenas farmacéuticas, pone en riesgo una política pública altamente exitosa de la cual se han beneficiado los pacientes, especialmente los más vulnerables en los últimos 50 años.
La Ley de Fármacos que actualmente se tramita en el Congreso, lamentablemente se ha ido distorsionando a través de indicaciones y/o votaciones acaecidas durante el proceso legislativo.
En su tramitación en el Senado se perdió por dos votos la posibilidad de poner fin a la integración vertical de las farmacias, de tal manera de terminar con el incentivo a la venta de marcas propias en desmedro del Formulario Nacional de Medicamentos y de los consumidores. La Ley avanza en la prohibición del uso de incentivos por la venta de determinados productos, lo que en la práctica no se logrará mientras haya integración vertical.
Se modificó recientemente mediante indicación del ministerio de Salud el acuerdo alcanzado en la Comisión Salud de la Cámara de Diputados, donde se estableció que la autoridad sanitaria debería garantizar y certificar en forma progresiva y de acuerdo a normas internacionales, que los productos que se comercializan en el país serán bioequivalentes a los productos originales de referencia y que los pacientes podrían solicitar estos productos bioequivalentes cuando esto les genere un beneficio económico. Se disminuyó esta exigencia a la bioexención avalada por numerosos laboratorios externos y sin un estricto control de la certificación de prácticas de buena manufactura a las plantas productoras nacionales e internacionales
Aún no se ha logrado consensuar la venta de medicamentos OTC en comercios habilitados, de tal manera de mejorar la oferta especialmente en comunas más vulnerables donde hay escasez de farmacias o incluso ausencia de ellas, como ha sido demostrado en el último tiempo a través de numerosos reportajes en los medios de comunicación.
Esta iniciativa se debiera realizar con un listado idóneo de medicamentos OTC, con envases de seguridad en los casos en que se requiera, presentaciones adecuadas y una campaña de información sobre auto cuidado y uso racional de medicamentos.
En definitiva, mientras no avancemos en una política de fármacos que dé solución y avance en la diversidad de problemas a los cuales se enfrentan cotidianamente las personas, seguiremos conociendo situaciones inaceptables como las que hoy volvemos a presenciar.