26 may 2013

Apoyo a Bachelet

El Partido Comunista ha resuelto apoyar a Michelle Bachelet en las primarias opositoras. Parece lo más razonable, considerando que previamente había resuelto no gestar en esta ocasión una candidatura amplia de izquierda, como las que encabezaron con brillo Jorge Arrate y Tomás Hirsch en las elecciones anteriores. Sin duda, la decisión tiene muchos aspectos positivos, pero puede y debe complementarse levantando con fuerza el proyecto de la izquierda desde el movimiento social.

El asunto tiene su lógica. Como dice en su tono cazurro el legendario dirigente estudiantil Alejandro Yáñez, que no tiene un pelo de leso y sabe de estas cosas, considerando el abrumador respaldo que ella tiene en la población ¿para qué correr el riesgo de dar la falsa impresión de que somos muy pocos? Por otro lado, ya que la vamos a terminar apoyando de todos modos, a lo mejor a Doña Michelle le gusta más que lo hagamos “al tiro.”

Adicionalmente, puede ayudar en las indispensables negociaciones requeridas para romper la exclusión parlamentaria bajo el binominal.

Sin embargo, el no llevar candidato tiene el problema que el programa de la izquierda va a quedar desperfilado en el de Bachelet, que inevitablemente será bastante moderado.

Eso es especialmente grave en condiciones como las actuales, en que la política ya no discurre “en la medida de lo posible” impuesta por un país en calma chicha. Por el contrario, ahora la política es el arte de conducir un movimiento de masas claramente en curso ascendente para lo cual la condición principal, como se sabe, es levantar un programa avanzado, que recoja los sueños y anhelos de la ciudadanía y aborde con una visión nacional, los grandes problemas que motivan la movilización general en primer lugar.

Eso lo harán en parte la candidatura del Partido Radical, encabezada por José Antonio Gómez en las primarias y la del Partido Humanista, que encabeza Marcel Claude, en la primera vuelta presidencial.

A condición, por cierto, que se dediquen a levantar el programa de la izquierda y no caigan en la trampa de centrar sus fuegos en la candidatura de centro-izquierda, que es el triste papel que la derecha endilgó a ME-O en la elección anterior, donde le dio más cobertura que a sus propios candidatos.

Incluso en esta vuelta, puede ser que el propio Henriqez-Ominami haya madurado de su auto asignada condición de niño terrible, y levante con fuerza asimismo algunos puntos del programa de la izquierda.

Todo eso sería muy positivo, pero no es suficiente para lo que hoy resulta indispensable: que el programa de la izquierda sea levantado con mucha fuerza y se ponga en el centro del debate electoral. Eso sólo lo puede hacer el movimiento social, irrumpiendo directamente en la campaña con sus demandas y soluciones de verdad.

Para ello, parece conveniente hacer una distinción entre el proyecto de la izquierda y el programa de Bachelet.

El primero aborda los principales problemas nacionales de hoy con soluciones realistas de evidente interés general y a estas alturas cuenta con un consenso abrumador en la población.

El segundo se reduce en realidad a un solo punto: abrir paso a una nueva constitución democrática que haga posible que los grandes cambios que son ineludibles, cursen por nuevas vías institucionales.

Todo el mundo sabe lo que hay que hacer: corregir las grandes distorsiones legadas por el extremista modelo neoliberal de Pinochet, morigerado pero no modificado durante la transición.

Hay que restablecer el rol del Estado en todos los ámbitos, en el nivel adecuado que ejerce en todos los países modernos. Eso significa, entre otras cosas, reconstruir los grandes sistemas públicos de educación, salud, previsión y transporte.

La madre de todas las reformas, sin embargo, consiste en renacionalizar los recursos naturales, para recuperar la renta de los mismos y reorientar el modelo de desarrollo económico hacia la generación de valor agregado mediante el trabajo de chilenos y chilenas en todo tipo de industrias productivas de bienes y servicios y en primer lugar, las de insumos y refinación de la minería, reorientando además la inserción internacional del país hacia adentro de una América Latina crecientemente integrada y con pleno respeto del medio ambiente.

Sin embargo, nada de eso es posible dentro del actual ordenamiento institucional, que otorga poder de veto a una elite segregada y hegemonizada por aquellos que se han apropiado de los recursos naturales que nos pertenecen a todos y viven de su renta y no del trabajo productivo de la ciudadanía y determinan las políticas del Estado.

Es por este motivo que el programa del próximo gobierno se reduce en esencia a un solo punto: cambiar la constitución.

Ello no es posible dentro del actual ordenamiento institucional, por lo cual debe ser forzado mediante la más amplia movilización social -que hoy día es posible y crece día a día -, pero conducida por una fuerza política decidida a hacer dicho cambio, que abre paso a todos los demás.

Eso es lo único que hay que demandar a Bachelet: que en su segundo mandato a diferencia del primero, no se dedique a administrar este modelo, sino que realice el cambio constitucional que abre paso a su modificación.

La futura Presidenta debe dejar en claro su decisión de ponerse firme en este punto, ¡Acá no cabe levantar las manos al cielo con impotencia en un nuevo “acuerdo nacional” que deje todo igual o peor!

Sin embargo, no se la puede dejar sola. Es indispensable que se eleve todavía más alto, una inmensa ola de movilización ciudadana que exija los cambios constitucionales indispensables para abrir paso al cambio del modelo.

El programa del próximo gobierno se escribe y aplica desde la calle y desde el parlamento y la Moneda.

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  • nicolsilichbragazzigutirrez

    Traidores, le tienen miedo a la ciudadanía y siguen decidiendo entre cuatro paredes. Se van a llevar una sorpresa cuando vean que los independientes somos muchos más y ya no confiamos en la actual clase política que ha demostrado un pésimo desempeño.

    Tod@s a la moneda

    Marcel Claude Presidente, por una asamblea constituyente y la primera Constitución ciudadana de nuestra historia.

    Basta de hipocresía para conseguir migajas; el enriquecimiento de la oligarquía se sustenta en el saqueo de los recursos naturales que pertenecen a tod@s.

    • http://www.facebook.com/people/Manuel-Jesus-Gonzalez/1252403774 Manuel Jesus Gonzalez

      Tú eres Comunista? pregunto por lo de traidores. Si los comunistas no nos sentimos traicionados por que ustedes los independientes lo ven asi.

  • JoseSantosCatalanMartinez

    Los cambios que necesita el país se hacen con las personas, con la ciudadanía, con una amplia mayoría en el Parlamento y una conducción firme desde la Moneda apoyada desde la calle, los sindicatos, las Juntas de Vecinos y demás Organizaciones Funcionales, Si lo logramos VENCEREMOS, para eso hay que trabajar y no escuchar las amenazas ni los cantos de sirena de los ineptos que no quieren irse del gobierno.

  • pabla

    Es una muy mala noticia para el país, espero que ha la señora Bachelet no le cueste caro, esta alianza y para los que son demócrata cristiano de corazón esto tiene que a verlos afectado mucho, por que a la cúpula de este partido solo le interesa seguir donde más calienta el sol.

  • http://www.facebook.com/people/Manuel-Jesus-Gonzalez/1252403774 Manuel Jesus Gonzalez

    Todos sabemos de lo importante que es cambiar la constitucion dejada por el dictador por eso que creo que es indispensable el apoyo irrestricto de la izquerda chilena a Michell Bachelet, y de esa forma crear bases solidas para exigir cambiar la constitución dictatorial.

    Con respecto a los “independientes“ ya todos los conocemos y tenemos como ejemplo a la sra, Isasi

  • César Cuevas

    Aunque piense distinto en algunos aspectos, no puedo no reconocer que Don Manuel tiene mucha razón. Se necesita cambiar la constitución en un marco de orden jurídico que no deje lugar a dudas de su legitimidad. Es claro que la posibilidad que mArcel Claude llege a la moneda es tremendamente atractivo para quienes nos identificamos con sus propuestas ¿Pero? ¿Es realista pensando en que nos rige una constitución amarrada, y que la dercha y los conservadores se agarraran de todos los artilugios posibles para evitar un cambio, sobre todo si viene promovido de la izquierda? Es necesario crear un movimiento social mayoritario que impulse desde la calle las reformas necesarias y urgentes, con un candidato que gane holgadamente y que esté comprometido con el cambio de la constitución….

  • Baizhang Zen

    Qué patético que alguien tan respetable, intelectualmente, como Manuel Riesco, se dé tantas vueltas y no reconozca el pésimo paso estratégico que ha dado el PC al darle su apoyo a Bachelet. Por un mínimo de coherencia debió brindarle su apoyo a Gómez, porque es obvio que va a perder; pero de esa manera se mostraba como un partido comprometido con un programa de tintes transformadores, y no como un partido, cuya cúpula privilegia el cuoteo político y los personalísmos más trasnochados.