Uno de los miedos más comunes que experimentamos los seres humanos es el miedo al rechazo. No sentirnos aceptados y queridos nos afecta.Como consecuencia de este deseo vivimos tratando de cumplir las expectativas de los demás. El primer ejemplo son nuestros padres.Muchos esperan que sus hijos o hijas estudien la carrera que ellos no pudieron tener o que se casen con la persona que ellos prefieren.
Los hijos aprendemos, no sólo de nuestros padres sino de la sociedad, a tener expectativas. Y esto es algo que nos hace mucho daño. Poner una medida sobre nuestra vida, dictada por otros, nos hace vivir constantemente tratando de llenar expectativas, que la mayoría de las veces, no queremos o no podemos cumplir. Nosotros no estamos aquí en la tierra para satisfacer las expectativas de nuestros padres, familiares, jefes o amigos.
Claro, si tus expectativas y las de tu entorno son las mismas entonces no tienes nada de qué preocuparte. Si eres de los que ha vivido tratando de llenar las expectativas que otros ponen sobre ti, te aseguro que te sientes cansado y frustrado. Lo peor es que seguimos reproduciendo el patrón. Al llegar a la adultez y encontrar una pareja le entregamos todo el peso y la responsabilidad de que nos haga feliz. Como si nuestra felicidad dependiera de otros. A pesar de lo que Disney nos enseñó, la realidad es otra. Cuando las personas no hacen lo que nosotros esperamos entonces nos decepcionamos y enojamos y allí empieza el caos.
Muchos de nuestros problemas amorosos y de la vida diaria se podrían evitar si no tuviéramos expectativas, pero como eso es muy complicado, lo ideal es saber cómo manejarlas. Al manejarlas adecuadamente podremos vivir acorde a nuestra medida de lo que es ser bueno, inteligente, exitoso, etc. Es decir, no dependeremos de otros para evaluar nuestra vida.
Entonces, ¿cómo podemos cambiar nuestra manera de manejar las expectativas?
1) Es necesario evaluar si nuestras expectativas son realistas. Esto se aplica tanto para nosotros mismo como para las expectativas que ponemos sobre otros. Esperar que tu pareja resuelva tus problemas no es realista. Sin embargo, querer que te escuche o aconseje puede ser más lógico.Claro, si nunca te ha escuchado ni aconsejado creo que el problema no son las expectativas sino la persona.
2) Las expectativas usualmente nacen de experiencias pasadas. Por ende, conocer las vivencias de las personas que te rodean y cómo éstas han impactado su vida es fundamental para comprender porqué esperan tal o cual conducta.
3) Pide ayuda. No tengas miedo de decirle a la persona, de la cual esperas algo, que necesitas que te ayude para lograr tu objetivo. Por ejemplo: “en realidad me ayudaría si limpias el auto porque necesito ir a buscar a mi hermano al aeropuerto”. En vez de esperar que la persona, por arte de magia, se dé cuenta que necesitas ayuda o que el auto está sucio, pídele ayuda.
Y por último, para aquellos que han sufrido por nunca poder cumplir las expectativas o viven defraudados de los demás, les dejo este pequeño poema:
“Ah, Sí
hay cosas peores
que estar solo
pero a menudo hace falta décadas
para entenderlo
y en la mayoría de los casos
cuando lo entiendes
ya es demasiado tarde
y no hay nada peor
que demasiado tarde.” ( Charles Bukowski).