Hace unos días en un hotel de la capital, se realizó el primer cara a cara entre los ex ministros y presidenciables de la centro derecha, Andrés Allamand y Laurence Golborne. El primer escenario mediático construido por los thinks tanks para esclarecer los puntos de vista que los distancian y definen en sus propias maneras de “conquistar” al electorado, en miras a las elecciones presidenciales del 2013, y donde vuelven a relucir temas valóricos=pendientes para Chile.
Cuando a Laurence Golborne, empresario e ingeniero civil industrial UC, agnóstico de 51 años, le parece que el aborto terapéutico es un tema a debatir, algo que saca “ronchas” en el partido que lo apoya- la UDI-, para Andrés Allamand, abogado UC, católico de 56 años, definitivamente es un asunto que no requiere ninguna discusión: “Soy partidario, aunque no sea popular, que le cerremos en Chile la puerta al aborto”.
En relación al debatir sobre la aprobación del matrimonio homosexual ambos coinciden en una postura que no lo aprueba: “el matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer”, han sostenido.
Éste es un ejemplo claro, que nos hacen reflexionar sobre un país que aún tiene grandes temas pendientes que vuelven y vuelven a salir a escena.
Mientras en Uruguay, ya existe una legalización del aborto dentro de su propio sistema de salud, aquí en Chile aún no contamos con un amparo legal para aquellas mujeres que desean interrumpir sus embarazos, ni siquiera cuando la vida del recién nacido es inviable, o existe riesgo de la vida de la madre. No obstante, nuestra solución ha sido hablar de pastillas del día después y campañas como la del SIDA donde no se menciona la palabra “condón”, porque “preservativo”, “abstención” o “pareja única”, nos suena más elegante.
Asimismo, mientras en Argentina ya existe la aprobación al matrimonio homosexual, aquí todavía no se resuelve si es posible que dos personas del mismo sexo , que se aman y se han acompañado mutuamente puedan establecer un lazo legal, que les permita vivir y morir tranquilos, dejando sus bienes libremente a quién han escogido para compartir sus vidas.
Sin embargo, para “enfrentar” este tema en Chile se habla del proyecto de Acuerdo de Vida en Común (AVC), que yace desde el 2010 y que aparece como una sigla para no hablar de homosexuales ni de lesbianas, presentándose como una alternativa para “dejar tranquilos” a quienes no pueden legalmente unirse con su pareja, sea del sexo que sea.
Siento que hoy Chile está desnudando sus verdades, sus espacios más reprimidos y tabú, relacionados con las libertades individuales e impuestas, lo correcto e incorrecto, el abuso y el poder, el silencio y la represión.
La discusión sobre temas valóricos entre los presidenciables de RN y la UDI – recientemente detallado- el desbaratamiento de una red de prostitución infantil, el aumento de denuncias sobre abuso sexual a menores, el entierro de José Tohá tras demostrar que su muerte fue producto de un asesinato y no un suicidio… así lo demuestran.
Nos guste o no, esta es una oportunidad para mirarnos como país con honestidad, obligándonos a sacar a la luz esas sombras silenciadas.