Siempre es triste la verdad, muchachos, lo que no tiene es remedio.
La abstención fue abismal. Amenaza, como un hoyo negro, subsumir todo el sistema político. Habíamos hablado del fin de un ciclo de representatividad pero ahora, tristemente, se comprueba. Y eso no tiene remedio. Las grandes abstenciones en sistemas de voto voluntario rondan el 40 por ciento, no el 60 por ciento como ahora.
Lo que se viene no asegura ser mejor. Los que más se abstuvieron fueron los ricos y acomodados, anunciando que no están ni ahí con su gobierno y sus candidatos, y que pueden volver para apoyar cualquier aventura, demagógica o antidemocrática.
De nuevo, como en marzo de 1973 (cuando no alcanzaron los votos para derrocar legalmente a Allende) se quedaron sin dirección de sus partidos, y como en 1963 (cuando el fracaso electoral de la derecha con J. Alessandri), sin dirección de su gobierno, con un gobierno que queda pero que se va.
Los porcentajes dados por el Servel y el ministerio del Interior bajan a menos de la mitad si consideramos, como corresponde, a todos los ciudadanos.
Así, el partido “más grande”, la UDI, pasa a tener un verdadero apoyo del 7 u 8 por ciento y la ganadora Concertación, con el PC, algo así como el 18 ó 20 por ciento.Se confirma lo que decían las viejas encuestas: la izquierda y la derecha unidas han sido vencidas.
La más castigada, por su público objetivo, fue la derecha. Puede haber sido por comodidad o por seguridad, pero lo más probable es que haya sido por desprecio hacia su propio gobierno y sus ministros.
A Golborne lo encuentran ahí nomás y todos saben que sólo fue un funcionario menor de Paulmann, el rey del retail. No tiene otro mérito que el haber aparecido en TV con los mineros cuando el milagro de los 33.
A la izquierda tampoco le fue bien. Los alcaldes que sacó los sacó con los votos de la Concertación. Ballesteros se perdió. El PC subió muy poco, con votación incluida de la IC, y Camila Vallejo no sumó los votos que todos esperaban. Es difícil, ahora, que se insista en la Asamblea Constituyente y en la izquierdización de la Concertación, aunque no faltarán los excitados.
Las votaciones reales de las fuerzas políticas, tomando en cuenta lo que debe tomarse, el tamaño de la ciudadanía, es el siguiente, en cifras aproximadas:
Gobierno: 16,5 (RN: 7,8; UDI: 8,7)
Concertación democrática: 13,7 (DC:7,5; PS:6)
Por un Chile justo: 11 por ciento (PPD:5; PC:3,2;PR:2,9)
PRI: 3,8
PRO: 2,3
Chile está en otra: 0,7 (Chile estaba en otra)
Otros: Casi nada.
Abstención: Alrededor del 60 por ciento.
La niña secundaria que llamó a no votar tuvo un buen aliado en la llamada “familia militar” y en los civiles derechistas que siempre han mirado en menos a los rotos que votan, desde los tiempos de Jaime Guzmán. ¿No habrá otra manera de parar el izquierdismo que ellos ven hasta en el Padre Hurtado y Monseñor Silva Henríquez? Recuerden que muchas y muchos perciben en Camila Vallejo “una mirada diabólica”.
El resultado sólo dejó contentos a los que se preparan para llegar, con el binominal, al Congreso, desde ministros UDI y RN (¿no eran técnicos?) hasta dirigentes del PC. También a los presidentes de partido de la Concertación, particularmente a Walker y Andrade, Escalona se fortaleció.
Los más derrotados de la elección:
El gobierno en su conjunto, repudiado e incapaz. Alcanzó el 17,5 por ciento de los votos de la ciudadanía para alcaldes y el 16 para concejales, menos incluso del escaso apoyo que le daban las encuestas. No fue capaz de detectar la pérdida de un millón de votos, que fue denunciada por algunos opositores. Dejó de gobernar si es que alguna vez lo hizo. El Presidente espera terminar para dedicarse, en 2014, a sus negocios privados que andan cada día mejor.
El ministro Golborne, que se está hundiendo en su propia huachafería.
La ministra Matthei, gran admiradora del encanto y la popularidad de Golborne.
El ministro Lavín y su familia, incluida su nuera.
El ministro Longueira, que vio a muchos de sus candidatos derrotados.
Los presidentes de la UDI y RN.
La Tercera y El Mercurio, que hicieron encuestas e informaciones chuecas.
Otros encuestadores.
La DC de Valparaíso y de La Florida que impuso (con primarias) candidatos malos y nula capacidad de triunfar.
Los de más éxito:
Maya Fernández Allende. La gran triunfadora fue la nieta del Presidente mártir e hija de Tati Allende. Ganó en una comuna donde nadie de la oposición quería competir (algo así como Santo Domingo) en contra de Sabat.
Josefa Errázuriz. Ganó después de una primaria opositora deslavada y convocó a una buena cantidad de votantes.
Los más contentos:
Los ministros que aseguran senaturías con el sistema binominal.
Los subsecretarios que aseguran diputación con el mismo sistema.
El entorno de Michelle y Camilo, que ven, con realismo, muy cerca el retorno a La Moneda.
Los que aspiran, desde la izquierda, a un curul casi seguro en el Senado, también con el binominal.
Walker, que presidió una buena campaña publicitaria de la DC y puede imponer a sus aliados un programa moderado, sin asamblea constituyente, con universidades y colegios privados y sin nacionalización del cobre y del litio.
Es muy triste la verdad, muchachos, lo que no tiene es remedio.