15 oct 2012

Comprender la homosexualidad

El diputado Urrutia, de la UDI, dando muestras de su indigencia mental, afirmó hace unos días que los homosexuales no deberían formar parte de las Fuerzas Armadas porque su presencia en ellas las debilitaría.Su prejuicio asimila la homosexualidad con la cobardía, o con la debilidad, idea tan retrógrada que ni siquiera vale la pena discutir.

Por otra parte, hace algunos días, en la Universidad Católica, que recibe fondos del Estado chileno para su funcionamiento, se organizó un encuentro – organizado por la ONG “Investigación, Formación y Estudio sobre la Mujer” (Isfem) y el “Centro de Estudios para el Derecho y la Ética Aplicada” de esa casa de estudios – que ha causado una justa indignación de agrupaciones de minorías sexuales y estudiantes, que rechazaron una vez más las iniciativas de estos grupos ultraconservadores que buscan presentar la homosexualidad como una enfermedad curable a través de terapias “regenerativas”.

Después de todos los escándalos a que ha dado lugar la presencia de homosexuales y pedófilos entre sacerdotes de diferentes jerarquías de la Iglesia, llama la atención que sea esta precisa institución la que todavía se muestre incapaz de comprender correctamente estos fenómenos.

Es raro que nuestra sociedad no sea capaz de entender que las definiciones sexuales se realizan sin que medie ninguna decisión de nuestra parte. Todo heterosexual debería entender fácilmente que no es por voluntad propia que uno termina siendo lo que es sexualmente, porque ha vivido personalmente esa experiencia.

Cuando uno descubre su sexo, ya es demasiado tarde como para intentar modificaciones. De pronto uno se siente atraído por mujeres o por hombres y esto tiene lugar como un descubrimiento, no como una disyuntiva en la que se está y que nos solicite tomar determinaciones. Las decisiones se hacen sin que tengamos que hacer ningún esfuerzo para tomarlas.

Nos descubrimos hombres, mujeres u homosexuales exactamente de la misma manera misteriosa en la cual aparecen en nosotros tendencias en uno u otro sentido. Esto es lo “normal”, si se entiende como tal lo más común, lo que le sucede a la mayoría de las personas.

También existen excepciones, por supuesto. Es el caso de quienes se ven atraídos por hombres y mujeres, los “bisexuales”, en los cuales podría equivocadamente hablarse de una decisión a tomar en uno u otro sentido cuando se establecen relaciones concretas. Pero son casos raros, e incluso en ellos, el impulso sexual que surge, no es ni puede ser fruto de una decisión.

El sexo que tenemos no es voluntario y pertenece a una de las tantas cosas que ningún ser humano ha podido nunca, ni podrá jamás, dominar.

La sexualidad es un regalo de la naturaleza, algo que de pronto descubrimos en nosotros y que nos acompañará siempre como un destino irrenunciable. Y lo más bello que hay en ella, es que también nos permite descubrir a través suyo el amor, que, si es puro y verdadero, siempre va acompañado de esa fuerza ciega que nos impulsa hacia el otro.

Por eso, todo lo que vive el heterosexual es exactamente igual a lo que vive el homosexual. Y eso es lo que permite comprenderse mutuamente.

Lo que tenemos en común hombres, mujeres y homosexuales es que habita en todos nosotros una fuerza que nos lleva hacia el otro y que nos abre la posibilidad del goce físico y/o del amor. Lo “normal” no es ni ser hombre, ni ser mujer, sino ser portador de la facultad de gozar físicamente con otro ser humano, cualquiera que sea su género.

De ahí que no se pueda culpar a nadie por su condición sexual y menos aún considerarla una enfermedad. Los enfermos son los que tienen estas ideas en su cabeza.

La única terapia válida en el caso de la homosexualidad es la que busca reconciliar al individuo con su condición sexual, ayudándolo a sobreponerse a las taras y prejuicios de las que son víctimas en nuestra sociedad.

Hace 39 años, la Asociación Psiquiátrica Americana removió la homosexualidad de la lista de trastornos mentales y en 1990 la Organización Mundial de la Salud la removió del Manual de Clasificación Mundial de Enfermedades.

Además, esta misma organización ha prohibido estas “terapias regenerativas” por considerarlas inductoras de situaciones peligrosas. Los que creen que la homosexualidad es una elección que puede corregirse deberían auto-analizarse y responder a esta pregunta: “¿Es que mi propia sexualidad es entonces una elección?” Sería interesante conocer la respuesta.

¿No estará revelando esta idea de una sexualidad elegida una secreta tendencia de los que así piensan hacia lo que desean corregir?

¿”Eligieron” ellos su propio sexo supuestamente “normal” porque podrían haber sido homosexuales?

Y otra pregunta: ¿Cuál es la secreta necesidad de culpar a la gente por su condición sexual? ¿En que reside el miedo a los homosexuales que impide comprenderlos?

Los que no dudamos de nuestra sexualidad podemos comprender perfectamente la sexualidad de los demás sin condenarla. Se trata de una condición que se goza o se sufre, pero de la que no somos responsables.

La única ayuda que se necesita frente a este tipo de cosas que no dependen de nuestra voluntad es ir al encuentro de nosotros mismos con valentía y decisión, aunque tengamos que sufrir por ello.

Quienes se han atrevido a salir del closet y a dar la lucha por sus derechos son, por cierto, mucho más valientes que el diputado Urrutia, y no sería malo que las Fuerzas Armadas chilenas, que lamentablemente no han sido un ejemplo de entereza, vieran en ellos un ejemplo .

Este es un espacio de libertad, por lo que solicitamos que no lo desaproveches. Contamos con que las opiniones se remitan al contenido de las columnas y no a insultos, ataques personales, comentarios discriminatorios o spam.

Por lo mismo y buscando el buen funcionamiento de este canal de expresión, requerimos de un registro previo utilizando Twitter, Facebook, Gmail o Disqus.

Si tienes problemas para registrarte, haz click acá.

  • http://www.facebook.com/profile.php?id=100003122851553 Yoseph Migal

    ¿Y QUE TERAPIA ACONSEJAS PARA LOS MILES Y MILES DE HOMOSEXUALES QUE POR SUS ESTILO DE VIDA PROMISCUO ESTÁN CONTAGIADOS POR EL SIDA ?
     SI LA HOMOSEXUALIDAD FUESE NORMAL ,ENTONCES NO ESTARÍAN MURIÉNDOSE DE SIDA ¿NO CREES?.

    • http://www.facebook.com/profile.php?id=100003682297763 Jose Palacios

      Es que no puedo creer tu comentario, eres de una ignorancia que no sé como te dá para saber escribir.

    • ismael verdejo

      Que tremendo!! Como puede haber gente tan limitada y/o limítrofe. Creo que te calzan las dos definiciones…

      Pienso lo mismo que José Palacios, que escribió antes…

    • http://www.facebook.com/people/Luis-Alberto/100001472483728 Luis Alberto

      Yoseph…¿Y quien ha dicho que el Sida es asunto de homosexuales? Infórmese antes de opinar.

  • mollinaripradelli

    Muy buena columna. Si los homosexuales son enfermos, también lo son los zurdos,  los albinos, las chilenas rubias naturales, los matemáticos geniales o los que calzan 45. El diputado Urrutia es una lástima en un parlamento democrático y que la Pontificia UC, que recibe fondos estatales, mejor dicho, que es en la práctica estatal, debería despedir a quienes propenden a terapias alternativas, no solo por lo que dice Carrasco, sino porque lo prohíbe nuestra Constitución. Porque si esas terapias se hubieran ejercido contra Miguel Ángel, Leonardo, Alejandro Magno, Julio César, Tchaikovsky, Wilde, Proust, Benjamin Britten, Augusto D’Halmar, Auden, Elizabeth Bishop, Violette Leduc, Federico el Grande de Prusia, Gustavo Adolfo I de Suecia, Carson McCullers, Yukio Mishima, Marguerite Yourcenar, Leonard Bernstein, Jean Genet, Walt Whitman… etc., ¡pero qué mundo más pobre tendríamos! No solo menos rico, con menos arte, con menos capacidad de ser mejores, sino realmente un mundo en el que tal vez vivir sería muy distinto, pues gracias a esos homosexuales y a tantos más, es que somos lo que somos. Quizá al diputado Urrutia habría que prohibirle, no digamos leer a Proust, que es un autor exigente, pero sí contemplar La Gioconda, escuchar la Sinfonía Patética, y que promueva la supresión del Premio Nacional de Literatura, fundado para rendir homenaje a D’Halmar…etc.Y desterrar de la Pontificia UC a Wilde, Cavafis, Mishima, Gide, gran parte del cine actual, expulsar de las aulas a quienes ven bailar a Julio Bocca, excomulgar a los que visitan la Capilla Sixtina…etc. Si son consecuentes y piensan que la homosexualidad es una enfermedad curable, pues que de una vez por todas sean consecuentes y vivan en un mundo de pura heterosexualidad, un mundo inexistente, por cierto, pero que las mentes inquisitoriales y vengativas pueden fingir.

  • http://www.facebook.com/Luis.Kano.Gonzalez Lucho González

    El dia que los chilenos aprendamos a votar por proyectos… y no por caras ni promesas vacías, este tipo de personas van a empezar a perder pantalla… Este caballero, si es que se le puede llamar asi, como muchos de sus colegas del congreso, viven en el 1800

  • http://www.facebook.com/profile.php?id=100003682297763 Jose Palacios

    Diputado Urrutia:

    “Dime de qué presumes y te diré de qué careces.”
    No me tengo ninguna duda que este dicho le calza pero perfecto a este tipo.