Desde hace ya largo tiempo, el mejoramiento de la calidad de la ingeniería ha sido una meta fundamental para mejorarla y mejorar así su ejercicio, entregando a la función pública y, por ende a la vida nacional, un servicio de excelencia basado fundamentalmente en una formación de la mejor calidad de los ingenieros, tanto en las Universidades como en la práctica profesional, de las cuales el Ministerio de Obras Públicas terminó siendo una extensión natural.
Hoy día, los ingenieros vemos que la exigencia de esta formación se degrada con lentitud y pertinacia inquietantes.
Es bien sabido que existe un nivel mínimo en la formación de los profesionales en esta área del conocimiento, el cual tiene un curriculum académico y duración de estudios bien definidos, que aseguran los conocimientos y la calidad profesional necesarios.
Sin embargo, se levanta un creciente clamor de nuestros pares ingenieros cuando conocemos de los cambios arbitrarios de condiciones y requisitos exigidos a los profesionales contratados en la administración pública, para desempeñar funciones claves en la dirección del desarrollo de los más relevantes proyectos de ingeniería en la infraestructura del país.
Es inquietante y, para algunos, incomprensible, descubrir que para ocupar puestos de tan alta importancia como direcciones o jefaturas de departamentos, se han modificado los requisitos exigiendo solamente haber cursado una carrera universitaria de menor duración, sin especificar especialización o área de ejercicio profesional.
El desarrollo de Chile en su estado actual necesita del más alto estándar técnico para poder cumplir con las expectativas que genera, tanto interna como externamente.
Todos los profesionales que desempeñamos un papel en el quehacer productivo y de planificación del país, sabemos positivamente que existe una diferencia de formación importante que debemos vencer, para poder continuar en esta senda y esta diferencia solamente la podemos zanjar mejorando las condiciones y exigencias y no degradándolas.
Por este motivo es imperativo tener una respuesta clara y definida de las autoridades a prestar debida atención a este hecho y a proponer un camino de solución definitiva.
Nosotros los ingenieros así lo demandamos y así lo esperamos.