23 jul 2012

Receta médica

La nueva temporada del programa de Televisión Nacional “Esto No tiene Nombre” se inauguró con un capítulo dedicado a las malas prácticas de las diversas cadenas de farmacias. Fue posible apreciar como los dependientes de éstas – detrás del mesón- dirigían la venta de fármacos de acuerdo a criterios ajenos a las necesidades terapéuticas de las personas. Ello evidenció una vez más el enorme poder del retail farmacéutico en la dispensación de medicamentos en Chile.

Por lo mismo, llama la atención que en el proyecto de nueva Ley de Fármacos que se debate en el Congreso Nacional, se insista en empoderar a las farmacias en desmedro del debido respeto a la receta médica que actúa como natural contrapeso a los abusos en el punto de venta.

En efecto, en lo que creemos una errada y voluntarista implementación de políticas públicas en materia de salud, el MINSAL pretende simultáneamente instar por instaurar la llamada Bioequivalencia farmacéutica y la prescripción de genéricos.

Se trata de una política errada por cuanto por una parte, la bioequivalencia que con tanto esmero se publicita no satisface una elemental exigencia previa, cual es implementar las llamadas Buenas Prácticas de Manufactura (BPM, o si se quiere GMP por su sigla en inglés) en la totalidad de los Laboratorios nacionales. Hoy sólo el 35% de ellos cuenta con esta certificación.

Son las buenas prácticas de manufactura (BPM) las que realmente aseguran que los medicamentos se fabrican adecuadamente y que el laboratorio produce cada lote de medicamentos de forma similar.

La bioequivalencia sin buenas prácticas de manufactura carece de todo valor ya que lo único que asegura es que los lotes testeados para obtener el certificado de bioequivalencia cumplen con el estándar exigido, pero no asegura que otros lotes que se elaboren con posterioridad sean similares e igualmente bioequivalentes.

Por otra parte, la errada idea que subyace a esta política pública se ve agravada en el proyecto de Ley que modifica el Código Sanitario en su artículo 101, al establecer que el médico en su receta deba prescribir el principio activo o denominación común internacional pudiendo por ende la farmacia, mediante alguna de las diversas prácticas denunciadas en el programa televisivo o algún nuevo resquicio que ideen en el futuro, dirigir la venta hacia uno o más fármacos específicos.

Ya hemos visto que la posibilidad que tiene el propio paciente de incidir en esa decisión es limitada por dichas prácticas abusivas.

Se trata de un error manifiesto. Es el estricto respeto a la receta médica el único verdadero contrapeso al poder de las farmacias.

Como en toda política pública hay que tomar una opción y en la especie las opciones reales son únicamente dos:

1) obligar a prescribir genéricos –como erradamente pretende el proyecto de ley- en cuyo caso será la farmacia la que determine el medicamento que el paciente habrá de adquirir.

2) Exigir el estricto respeto a la receta médica, con lo cual será el médico quien adopte tal determinación. Si él cree que un genérico es suficiente podrá así prescribirlo, pero si prefiere un medicamento específico, la farmacia deberá respetar esa determinación médica, impidiendo con ello los abusos que han sido denunciados.

Claramente la segunda opción aparece como preferible a la luz de la historia de malas prácticas de las cadenas de farmacias.

Por lo mismo, resulta contradictorio argumentar públicamente que se desea limitar el poder de las cadenas de farmacias y por otra instar por un proyecto de ley que precisamente incrementa dicho poder.

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  • Tani Amaya

    No hay derecho.  No hay familia en Chile que no compre algún medicamento, pero la información es tan restringida, poco clara, interesada y manipulada, que ni siquiera sabemos lo que está pasando.

    Gracias por iluminar un problema que nos afecta a TODOS……incluido, me imagino el señor Piñera

  • Tani Amaya

    No hay derecho.  No hay familia en Chile que no compre algún medicamento, pero la información es tan restringida, poco clara, interesada y manipulada, que ni siquiera sabemos lo que está pasando.

    Gracias por iluminar un problema que nos afecta a TODOS……incluido, me imagino el señor Piñera

  • http://www.facebook.com/Luis.Kano.Gonzalez Lucho González

    Aunque pueda estar de acuerdo en algunos puntos con usted, su comentario lamentablemente es algo limitado ya aquí lo que falla es el sistema de libre mercado, que ha probado ser inefectivo mientras hallan personas que se intenten aprovechar de todos los resquicios legales posibles para hacer negocio. No hay fiscalizadores suficientes y no hay un ente regulador del estado inmerso, como ocurre en Argentina, por ejemplo, donde hay laboratorios estatales que pueden actuar como un regulador los precios.
    La salud es un tema muy delicado y no puede ser dejado a la mano de dios o de la buena voluntad de algunos pocos como ocurrio despues de desregularizar el mercado farmacéutico hace mas de 20 años.
    Por otro lado, el tema de empoderar al medico aun más me produce rechazo, porque muchos médicos y “dostores” suelen cometer errores importantes al prescribir… a menos que se esté recetando un medicamento innovador o una forma farmaceutica especifica, no tiene fundamentos reales para seleccionar una marca por sobre otras marcas o el generico, ya que muchas veces es influido de sobremanera por el representante del laboratorio.El Farmacéutico, como experto en Fármacos es quien debiera tener una mayor influencia en la terapia, y debe ser un apoyo sumamente en el tratamiento de sintomas menores y criterios de derivación al médico, claro que para ello hay que aislarlo de excesivos roles a nivel administrativo y presiones sobre la venta de ciertos productos.No se si está al tanto de la iniciativa del Senador Pedro Muñoz del 2008 que pretende regular los precios de los medicamentos. Paises como España, entre otros, tienen grandes modelos de Farmacia y tanto los laboratorios como las Farmacias venden a un solo precio en las diferentes ciudades (hay diferencias minimas por tema de transporte, pero regionalmente son practicamente iguales), eso da condiciones igualitarias a las farmacias de cadena e independientes y la competitividad se basa en la calidad del servicio de atención y las capacidades del Farmacéutico, el cual no tiene un grado excesivo de responsabilidades administrativas y exigencias economicas de venta, sino que tiene un rol sanitario primordial, asesorando a los pacientes para detectar errores de medicación, seguimiento farmacoterapéutico y otros servicios en pro de conseguir más eficazmente los objetivos del tratamiento médico. El proceso de Bioequivalencia es una buena señal, pero así como se ha implementado, no es el 100% una maravilla como plantea el gobierno, ya que solo llega a parchar un sistema que se ha vuelto horriblemente malo, y que el lobby de los grandes empresarios se niega a dejar ir. 

    • http://twitter.com/gzaliasnik Gabriel Zaliasnik

      Gracias por su feedback. siempre es bienvenido

  • http://www.facebook.com/Luis.Kano.Gonzalez Lucho González

    Aunque pueda estar de acuerdo en algunos puntos con usted, su comentario lamentablemente es algo limitado ya aquí lo que falla es el sistema de libre mercado, que ha probado ser inefectivo mientras hallan personas que se intenten aprovechar de todos los resquicios legales posibles para hacer negocio. No hay fiscalizadores suficientes y no hay un ente regulador del estado inmerso, como ocurre en Argentina, por ejemplo, donde hay laboratorios estatales que pueden actuar como un regulador los precios.
    La salud es un tema muy delicado y no puede ser dejado a la mano de dios o de la buena voluntad de algunos pocos como ocurrio despues de desregularizar el mercado farmacéutico hace mas de 20 años.
    Por otro lado, el tema de empoderar al medico aun más me produce rechazo, porque muchos médicos y “dostores” suelen cometer errores importantes al prescribir… a menos que se esté recetando un medicamento innovador o una forma farmaceutica especifica, no tiene fundamentos reales para seleccionar una marca por sobre otras marcas o el generico, ya que muchas veces es influido de sobremanera por el representante del laboratorio.El Farmacéutico, como experto en Fármacos es quien debiera tener una mayor influencia en la terapia, y debe ser un apoyo sumamente en el tratamiento de sintomas menores y criterios de derivación al médico, claro que para ello hay que aislarlo de excesivos roles a nivel administrativo y presiones sobre la venta de ciertos productos.No se si está al tanto de la iniciativa del Senador Pedro Muñoz del 2008 que pretende regular los precios de los medicamentos. Paises como España, entre otros, tienen grandes modelos de Farmacia y tanto los laboratorios como las Farmacias venden a un solo precio en las diferentes ciudades (hay diferencias minimas por tema de transporte, pero regionalmente son practicamente iguales), eso da condiciones igualitarias a las farmacias de cadena e independientes y la competitividad se basa en la calidad del servicio de atención y las capacidades del Farmacéutico, el cual no tiene un grado excesivo de responsabilidades administrativas y exigencias economicas de venta, sino que tiene un rol sanitario primordial, asesorando a los pacientes para detectar errores de medicación, seguimiento farmacoterapéutico y otros servicios en pro de conseguir más eficazmente los objetivos del tratamiento médico. El proceso de Bioequivalencia es una buena señal, pero así como se ha implementado, no es el 100% una maravilla como plantea el gobierno, ya que solo llega a parchar un sistema que se ha vuelto horriblemente malo, y que el lobby de los grandes empresarios se niega a dejar ir. 

    • http://twitter.com/gzaliasnik Gabriel Zaliasnik

      Gracias por su feedback. siempre es bienvenido

  • RuizMnica

    El libre mercado que mal para la salud de chilenos , todo lo que está bajo ese alero del libre mercado ha sido  muy malo para Chile. En el caso de los medicamentos  no es posible que traigan medicamentos desde la India sin conocer la calidad de esos medicamentos.   En Chile no existe la elaboración de medicamentos ,como en países vecinos que sí los  tienen  y buenos . De hecho hay muchos que vienen de  Argentina . Desgraciadamente las cadenas de farmacias  que todos conocemos  los venden  triplicando   su valor original . Hay que estar un  rato en la farmacia para darse cuenta cómo tratan de vender lo más caro , hay que verificar , laboratorio  que lo fabrica , procedencia si es que es importado , componentes y cualidades de  cómo funciona en el organismo. Es ya demasiado que todo… en Chile haya que pelear    para ser atendido decentemente , siempre está la idea de que al consumidor lo están estafando , en este caso en medicamentos. Ahora el que el vendedor venda el más caro por  la comisión que le dará el empresario por ventas de esos más caros  es   faltar a la ética y aberrante. Sería más recomendable y atinado que los empresarios le pagaran mejor sueldo a sus empleados en vez de  que  su personal vaya por más dinero vendiendo el producto que tiene mayor valor en dinero  para agrandar un poco su sueldo. Ese es el problema falta control , ética profesional y  seriedad en  farmacias que ven sólo el negocio. Los profesionales se han visto envuelto en algo en donde prima el negocio , y el rango de la profesión queda en segundo  plano.

  • RuizMnica

    El libre mercado que mal para la salud de chilenos , todo lo que está bajo ese alero del libre mercado ha sido  muy malo para Chile. En el caso de los medicamentos  no es posible que traigan medicamentos desde la India sin conocer la calidad de esos medicamentos.   En Chile no existe la elaboración de medicamentos ,como en países vecinos que sí los  tienen  y buenos . De hecho hay muchos que vienen de  Argentina . Desgraciadamente las cadenas de farmacias  que todos conocemos  los venden  triplicando   su valor original . Hay que estar un  rato en la farmacia para darse cuenta cómo tratan de vender lo más caro , hay que verificar , laboratorio  que lo fabrica , procedencia si es que es importado , componentes y cualidades de  cómo funciona en el organismo. Es ya demasiado que todo… en Chile haya que pelear    para ser atendido decentemente , siempre está la idea de que al consumidor lo están estafando , en este caso en medicamentos. Ahora el que el vendedor venda el más caro por  la comisión que le dará el empresario por ventas de esos más caros  es   faltar a la ética y aberrante. Sería más recomendable y atinado que los empresarios le pagaran mejor sueldo a sus empleados en vez de  que  su personal vaya por más dinero vendiendo el producto que tiene mayor valor en dinero  para agrandar un poco su sueldo. Ese es el problema falta control , ética profesional y  seriedad en  farmacias que ven sólo el negocio. Los profesionales se han visto envuelto en algo en donde prima el negocio , y el rango de la profesión queda en segundo  plano.

  • http://twitter.com/MedicosSinMarca Médicos Sin Marca

    Gabriel, 

    En el caso de medicamentos que cuenten con alternativas genéricas bioequivalentes y (debiera sobrar decirlo) con certificación GMP, no parece razonable otorgarle a la receta médica el sello de “última palabra” que pareces proponer en esta columna. En tales casos, es simplemente injustificable (desde el punto de vista ético, económico y científico) que se le otorgue al médico el poder para obligar al paciente a comprar la marca original.

    Este es un punto especialmente relevante a la luz de la apabullante evidencia de la fuerte influencia que el marketing farmacéutico y sus incentivos tienen sobre los criterios de prescripción de los médicos (y otros prescriptores).

  • http://twitter.com/MedicosSinMarca Médicos Sin Marca

    Gabriel, 

    En el caso de medicamentos que cuenten con alternativas genéricas bioequivalentes y (debiera sobrar decirlo) con certificación GMP, no parece razonable otorgarle a la receta médica el sello de “última palabra” que pareces proponer en esta columna. En tales casos, es simplemente injustificable (desde el punto de vista ético, económico y científico) que se le otorgue al médico el poder para obligar al paciente a comprar la marca original.

    Este es un punto especialmente relevante a la luz de la apabullante evidencia que da cuenta de la fuerte influencia que el marketing farmacéutico y sus incentivos tienen sobre los criterios de prescripción de los médicos (y otros prescriptores).