Gary Medel y Eduardo Vargas fueron excluidos de la selección para enfrentar a Venezuela, por faltar a la disciplina, después de participar en la despedida de Rivarola.
Ambos fueron sorprendidos por cámaras de un programa de televisión, que grababa a altas horas de la noche en una discoteca.
Los dos, como todo el seleccionado, tenían un día libre y varios fueron autorizados para jugar en la despedida de” “King King” Rivarola. El compromiso acordado, era presentarse al día siguiente a las 9.30 hrs.de la mañana, lo que cumplieron y nos obstante se les echó.
¿Se investigó que hicieron los demás en el día libre?
¿Cuál fue la infracción cometida y la causa de la separación? Según el DT Borghi, en el caso de Medel, fue que no cumplió con el descanso necesario para recuperarse de la lesión que lo marginó de jugar frente a Bolivia. En la situación de Vargas, no haber regresado desde el Estadio Nacional a su casa, como se habría comprometido.
No se informó o verificó si bebieron o si bailaron demasiado, que hubiese significado agotamiento u otro daño.
Tampoco hubo informe médico alguno del trastorno que causó a la recuperación de la lesión, las horas en la discoteca de Medel. Igualmente, no se explicó la diferencia de exigencia a Vargas, respecto a los jugadores autorizados para jugar en la despedida de Rivarola, quienes después del partido fueron a un “cóctel” en el Hotel Intercontinental, con el homenajeado. ¿Sólo hubo bebidas sin licor y agua en el cóctel? Nada se supo ni se indagó.
La indisciplina cuando queda sujeta a compromisos verbales y sin igual exigencias para todos, crea conflictos en caso de sanciones y daña la convivencia.
Borghi recalca que está en contra de las sanciones y que confía en los jugadores a muerte.
¿Con qué límites? Si no existe un código de disciplina de la selección, en que estén debidamente explicitadas las infracciones en que pueden incurrir y todo queda entregado a la opinión del DT, se seguirán produciendo situaciones similares, que producen controversia, además de dañar la vida interna, (el famoso camarín).
Hasta en selecciones de pronunciado espíritu liberal, para enfrentar estas contingencias, como la de Alemania, hay límites claramente conocidos por el plantel.A los jugadores les está permitido todo en sus días libres, siempre que lo hagan con responsabilidad y moderación.
Un copa de vino en las comidas o una cerveza antes de dormir o algún pitillo de vez en cuando después de los partidos está permitido, incluso hasta la visitas de las parejas para pasar la noche con los jugadores, pero siempre que regresen antes de las 11 de lo noche y no se alejen del lugar a más de una hora en auto de la concentración.
Se trabaja en un ambiente relajado, que es lo que quizás Borghi pretende, pero aún es temprano para los futbolistas chilenos, que no son instruidos al respecto.
Los DT alemanes confían en el sentido común de los jugadores. Pero esa es otra cara de la medalla, que los futbolistas chilenos aún no están preparados para asumir.