Si es difícil jugar con un titular menos, mucho más lo es sin tres. Es lo que está ocurriendo con la U. de Chile, bicampeón nacional y vencedor de la última Copa Sudamericana. Por eso, se mantiene con dificultades en punta en el actual torneo de Apertura y tiene problemas en la disputa de la Copa Libertadores.
Es que además, los tres jugadores eran determinantes en el equipo. Marcos González era decisivo en la zaga custodiando al delantero punta rival y casi impasable en los centros y corners. Gustavo Canales, por su buena técnica y golpe de cabeza y fuerte disparo, obligaba a preocupación defensiva especial, facilitando el juego de los punteros Vargas y Castro.
La otra figura de la que se desprendió la “U”. Eduardo Vargas, era un goleador e impredecible atacante, con dominio de ambas piernas y por alto, además de impresionante velocidad.
No era fácil reemplazarlos, pero el DT Sampaoli ha trabajado para mantener el nivel.
Como reemplazante de González contrató al seleccionado de Ecuador Eduardo Morantes, quien no ha podido actuar, por estar lesionado. En este evento, ha ocupado al tesonero Albert Acevedo, quien se ha prodigado, pero sin dar seguridad, obligando a Osvaldo González y José Rojas acudir en su ayuda, desprotegiendo las puntas y obligando a replegarse a Matías Rodríguez.
En la posición de Canales usa al longilíneo Junior Fernándes, quien no siente
la ubicación y prefiere la punta derecha, Aránguiz, Lorenzetti y el juvenil debutante Angelo Henríquez se esfuerzan por trabajar en el centro del ataque, al igual que Castro.
Vargas, por el momento no tiene reemplazante. Fernándes se esfuerza y Matías Rodríguez corre toda la cancha para sorprender.
La tarea no es fácil, más aún que en el sistema Sampaoli, todo el equipo inicia el juego, presionando en su zona a la defensa y medios del rival. El trabajo de defender y atacar sin cesar es exigente y algunos muestran cansancio, como se advierte en Aránguiz y González, quienes además juegan en la selección.
Los incorporados este año aún no dominan la mecánica del juego. Cuando en cancha está una mayoría de los que jugaron el año pasado, la “U” se ve mejor.
Aún no es el equipo impasable en defensa y que ataca sin cesar. Pese a ello y racionado en su accionar, tuvo fuerza para enfrentar a Peñarol, subcampeón de la Libertadores, en su casa, y casi ganarle.
Ocasiones tuvo, pero los uruguayos cargaron el juego en los centros y corners y en los adelantamientos de Rodríguez y Aránguiz para equilibrar. Lo que le costó, jugando su mejor partido, para igualar a uno.
Afortunadamente, la máquina azul se aceita y la incorporación de Morantesy el aprendizaje de Fernándes, Henríquez y Cereceda, le dará prontamente el poderío del año pasado.