La llegada a Cuba de la plataforma petrolera Scarabeo 9 podría abrir nuevas perspectivas a la economía del país caribeño dadas las altas expectativas de hallazgo en una cuenca geológicamente poco explorada.
La plataforma de fabricación china y propiedad de la española Repsol llegó a La Habana coincidiendo con la poca divulgada visita de Dic Durbin, influyente senador demócrata por Illinois y número dos de la cámara alta del Congreso norteamericano.
La posibilidad de convertir a Cuba en un país energéticamente independiente y exportador neto de petróleo preocupa a los sectores anticastristas de Miami que ya han movilizado a 34 legisladores federales encabezados por la representante republicana de Miami, Ileana Ros-Lehtinen, que exigen el abandono de las prospecciones.
Rafael Arias, director de la empresa cubana de petróleo, Cupet, señaló que esas maniobras demuestran “la extraterritorialidad del bloqueo, las prohibiciones existentes en el Congreso y las presiones y chantajes que ejerce la Administración de Estados Unidos para coartar o impedir que otros países o compañías hagan negocios con Cuba”.
Por su parte el congresista republicano Vern Buchanan alegó que un derrame de crudo podría alcanzar en tan solo tres días las costas norteamericanas, por lo que las prospecciones pueden suponer una amenaza para el turismo y el medio ambiente de Florida.
Pero la administración norteamericana no quiere que sus corporaciones se queden fuera del reparto del pastel petrolero y el secretario de Interior Ken Salazar se reunió con los representantes de Repsol mientras asistía a una conferencia de energía en Madrid.
En aquel encuentro los directivos de Repsol aseguraron que la compañía cumpliría con las normas medioambientales y todas las limitaciones establecidas por Estados Unidos a la nación antillana además de permitir la observación de inspectores fuera de las aguas cubanas, de la plataforma móvil, el buque y el equipo de perforación.
En tono conciliador la respuesta de la delegación diplomática fue que Estados Unidos no pondría objeción a las operaciones en aguas cubanas si la plataforma cumplía con las restricciones del bloqueo sobre componentes tecnológicos de fabricación norteamericana.
El proceso de perforación tomaría aproximadamente cinco años y en una década Cuba podría estar produciendo más de medio millón de barriles de crudo por día los cuales serían suficientes para el autoabastecimiento y la exportación.
Según un estudio del Servicio Geológico de Estados Unidos el potencial de la cuenca norte de Cuba es de 4.600 millones de barriles de petróleo y 9,8 billones de pies cúbicos de gas natural, aunque la nación antillana pronostica mayores expectativas.