Cuando haya visto esto y lo lea desde la portada de Cooperativa sabrá que estamos afuera de Tribunales, a la espera de que los alegatos denunciando las múltiples irregularidades y abusos de HidroAysén sean escuchados y considerados por la Corte Suprema.
HidroAysén no está ni cerca de ser aprobado ni menos de ser una realidad.
Varios juicios, como el de hoy, esperan aún investigar si hubo o no irregularidades en el proceso y, en caso de comprobarse alguna, el escenario más probable es que se elimine el proceso de evaluación y se deba empezar desde cero.
Ya veremos que ocurre. Tenemos la esperanza en que la justicia sea ciega, pero no muda.
Mas aún, HidroAysén no ha cumplido las exigencias que se comprometieron en la evaluación ambiental ya aprobada en lo relativo a derechos de aguas por lo que hoy construir las represas es ilegal.
Y, más aún, ni siquiera se ha presentado el tendido eléctrico que permitirá usar la energía que pretenden sacarle a los ríos de la Patagonia.
Las comunidades por donde pasan los tendidos no han sido informadas, y la empresa se ha concentrado en lavar su imagen en medios señalando que durante los meses de mayor flujo turístico en la zona realizará discusiones con los vecinos para tener su opinión. Un par de semanitas y ya está.
Luego comenzará otra vez el calvario, como hemos visto en Ralco y en muchas otras zonas, de personas que sin entender una ley compleja e incompleta, cuyos plazos son reducidos, deben defender lo que han construido en un escenario desigual que favorece la inversión privada bajo las falsas imágenes de progreso, desarrollo y superación.
Pobre del árbol, animalito o familia que se cruce en el camino de cualquiera que tenga el dinero suficiente para levantar esas banderas. Las cosas como son.
Cuando me reuní con el Ministro Álvarez hace algunos meses para que conociera nuestros puntos de vista, me preguntó si yo consideraba que el proceso de evaluación ambiental estaba deslegitimado en la opinión pública.
Le respondí que incluso hay un programa en la Televisión que en prácticamente todos los capítulos demuestra cómo nuestra regulación carece de mecanismos para buscar acuerdos respecto del desarrollo del territorio y el equilibrio en justicia y calidad de vida. Se llama “Porqué en mi Jardín” y lo transmite TVN.
Y aclaremos: no se trata de buscar un acuerdo entre quien maneja el bulldog y quien es dueño de la casa que van a arrasar para definir el mejor modo de destruirla.
Se trata de buscar acuerdos en una escala mayor, en donde decisiones como esas no sean necesarias. Porque hoy, con las riendas del asunto firmes, no lo serían. Y nuestro futuro puede y debe ser limpio y justo. Gobernar sin tener eso en mente no es gobernar.
¿Acaso estar en el gobierno enceguece respecto a que hay alternativas y que hoy existe una fuerza social enorme para buscar otros caminos que permitan aprovechar nuestra condición de jeques de las energías renovables y limpias?
Si hoy estamos frente a la Corte Suprema expresando nuestra voz, que es la del 70% de la población del país para que se haga justicia y se respete el patrimonio, es claramente porque el Sistema de Evaluación Ambiental está devaluado.
Y lo está porque hoy nuestra capacidad de gobernar la energía está secuestrada por la hipocresía.