Señalar como lo hizo el Presidente de SOFOFA, Andrés Concha que, “tenemos una carga tributaria razonable para los niveles de desarrollo del país” es la otra cara de la moneda de decir, “estamos satisfechos con nuestros ingresos disponibles, luego de pagar impuestos nuestros ingresos resultan razonables”.
Cuando todos los organismos internacionales, todos los informes económicos existentes y en todos los foros se destaca como un elemento negativo la mala distribución del ingreso y de la riqueza de Chile, el Presidente de los grandes empresarios se despacha esta frasecita de sin sentido común.
Cuando la discusión en educación es si debe haber beca para el 70 o para el 90% de los jóvenes chilenos y el gobierno acepta pasar de una del 20 al 60 % en este tema, sin asegurar financiamiento permanente; cuando nuestro ingreso promedio mensual equivale a menos de dos veces el equivalente al arancel mensual que debe pagar un estudiante universitario para poner las cosas en el contexto del tema de moda, el máximo representante de los principales creadores de riqueza considera que aumentar la tributación podría llevar a sus ingresos a un monto que podría no resultar “razonable”.
¿Cómo le explicamos entonces a quién recibe un cien avo de los ingresos de los representados por el Sr. Concha que debe tranquilizarse porque su ingreso también resulta “razonable”?
Esta entrevista es simplemente para llorar, cuando se le pregunta al Presidente de Sofofa qué impuestos cree que deben subir, él responde que hay impuestos como el de timbres y estampillas que debieran eliminarse. Tal cual.
Un mal día lo tenemos todos, pero lamentablemente esta es una repetición más de la defensa errónea que, a nuestro juicio, están haciendo los empresarios de un sistema tributario que salvo ellos no tiene defensor alguno entre los profesionales especializados del mundo.
Y despejemos de inmediato una vieja amenaza: hay un conjunto numeroso de países que tienen mayor carga tributaria y exhiben simultáneamente tasas de inversión mejores a la chilena. Mayor tributación a los niveles de los nuestros, no compra menor inversión.
Esperamos que pasada la ardua discusión del Presupuesto de la Nación 2012, e incorporadas las mejoras propuestas por la oposición, la clase política y el gobierno lleguen a concordar una reforma tributaria que permita contar con ingresos permanentes para avanzar decididamente en el fortalecimiento de una educación pública de calidad, junto a una batería de reformas necesarias para lograr mayor equidad, inclusión e integración social, demandas expresas de la social de hoy.
¿O será necesario que los estudiantes sigan en la calle para convencer a nuestras autoridades, sobre la necesidad de cambio que se expresa en la ciudadanía?