La oposición tuvo la capacidad de entregar al país una propuesta sobre su visión y objetivos en la educación chilena. Es la primera acción unitaria que estos sectores políticos asumen planteando objetivos comunes que exigen necesariamente tener la capacidad de transformarlos en propuestas programáticas.
Lo han hecho en el plano de la Educación que es el eje central que debe tener cualquier proyecto para el Chile que se quiereconstruir en las próximas décadas.
Se ha tenido la capacidad de concordar en una declaración de objetivos que buscan fortalecer la educación pública, poner fin al lucro con fondos del estado, terminar con la municipalización, alcanzar la gratuidad en la enseñanza superior hasta el séptimo decil , asegurar el compromiso del financiamiento institucional universitario , fortalecer la educación escolar y parvularia, reformar la técnico profesional y realizar una reforma tributaria que asegure el financiamiento para todos estos cambios.
Ha sido un primer paso que requiere seguir avanzando y tener la capacidad de construir las propuestas programáticas que le den contenido a esta gran iniciativa.
Durante todo este tiempo se criticó la poca voluntad de alcanzar este tipo de acuerdos, y hoy ha quedado demostrado que cuando existe el propósito de ser fieles a lo que la ciudadanía expresó en sus movilizaciones es posible avanzar decididamente en ese objetivo.
Lo que la oposición ha hecho tiene la mayor de las importancias, ya que representa su primer compromiso unitario con los chilenos y eso conlleva una gran responsabilidad política y ética.
Esto exige que todas sus acciones sean congruentes con ese objetivo, de otra manera nadie entendería lo anunciado al país.
Se ha comprometido además a realizar diversas iniciativas legislativas y políticas que permitan concretar las inquietudes que la gente expresó y que el gobierno nunca escuchó.
En esa línea no es menor lo que se haga frente al presupuesto del año 2012.
La decisión de aprobar o rechazar debe estar inspirada en lo que ese presupuesto represente en el avance del compromiso que hemos asumido con el país.
Llegar a acuerdos no es un fin en sí mismo. Es un camino para avanzar en la solución de diferencias.
En Democracia, eso sí, esos acuerdos deben saber responder a lo que la ciudadanía espera de sus representantes y ser fieles a las propuestas formuladas.
La Democracia también es un sistema donde se manifiestan en forma clara las diferencias y el país debe tener la oportunidad de constatar las posiciones y la actitud de cada sector frente a sus legítimas demandas.
Si el presupuesto del año 2012 no representa un avance real en los objetivos formulados por la oposición no sería entendible su aprobación.
En ese sentido la actitud debe ser una sola: el rechazo a ese presupuesto, no hay otro camino si se quiere recuperar la credibilidad de la gente.
No se es consecuente si después de una propuesta como la formulada y de haber demostrado esta gran capacidad de acuerdo entre la oposición se actuara de una manera diferente.
La presión de la derecha y su gobierno por alcanzar acuerdos no pueden determinar nuestro accionar en un momento en que la lealtad y fidelidad está con la gente que ha expresado en forma categórica lo que espera de sus representantes frente a un tema tan trascendental.
Si el gobierno quiere continuar implementando un sistema educacional que debemos cambiar, que lo haga bajo su propia responsabilidad y con los votos de sus parlamentarios.
Tal como lo han dicho los dirigentes sociales y la propia oposición este es un tema que seguirá en la agenda política y social de los próximos años y por lo tanto debe transformarse en un compromiso de largo aliento que al decir del documento opositor va más allá de lo que se logre avanzar en este gobierno.
Es un tema para socializar en las próximas elecciones municipales y claramente una prioridad en las propuestas parlamentarias y de gobierno que formulemos al país.
Debe ser la derecha la que explique porque no tuvo la voluntad política para iniciar un cambio que permitiría más y mejor educación para todos los niños y jóvenes de Chile.
Nosotros tenemos la tremenda responsabilidad de ser fieles a los compromisos adquiridos y de saber interpretar nuestra visión de país y eso debemos demostrarlo en el lugar en que somos representantes de la soberanía popular.
Recuperar la confianza de la gente y saber entregarle al congreso su rol de actor soberano del pueblo de Chile exige actuar con decisión y claro compromiso con el futuro.
No es el tiempo de acuerdos que escondan las incapacidades e intransigencias de un gobierno que solo pretende endosar los costos políticos de su actuar.
Es el momento de avanzar en este gran paso que se ha dado en forma unitaria y que representa a los chilenos que buscamos cambios estructurales que permitan un mejor país para sus ciudadanos.