15 nov 2011

¿Cómo buscar hoy la esperanza? (I)

Parece que la única solución es ser vagos, vagar como “VAGANTES”, con TESÓN, y POSMODERNOS.

Veamos esta ¿vaga? propuesta.

¿Cómo buscar y encontrar la esperanza en la realidad de hoy, que se deshace en la violencia y la deshumanización indiferente, y cuando el valor de la vida y de las personas están cada vez más “volátiles” y a la franca baja?

Difícil desafío,sin que termine por ser sólo un obvio “manual de autoayuda”, (aunque algo “ayudan” también).

Por lo pronto definamos esperanza como “un estado de ánimo en que se nos presenta como posible lo que deseamos”, fantaseamos, y soñamos.

Hay tantas esperanzas como personas y sus deseos, aunque también, por vivir en comunidad, también hay deseos y sueños compartidos de felicidad y una mejor humanidad.

Al hablar de la esperanza, decimos, quizás en forma errónea, “tenemos esperanza”, o “estamos esperanzados de” alcanzar algo. Es decir, utilizamos el verbo“tener”, que se refiere a la posesión de algo valioso, pero externo a lo que somos, como un objeto o algo físico.

También se refiere al verbo “estar”, que habla de una manera forma de existir, o hallarse en una situación, estado o condición de vida y realidad esperanzada.

Además alude a una manera y un modo de “ser”, en la esperanza como condición y fundamento de la vida misma, es decir, de una única forma de poder vivir. Una forma que es sólo humana de relacionarse con una realidad en la espera de algo distinto y mejor.

La realidad de la esperanza se despliega siempre, en las posibilidades de lo nuevo, (y a veces de lo imposible), imaginando un futuro con sentido.

Es decir, no existe la posibilidad de humanizarnos y desarrollarnos como personas, sino es, como “seres futurizos” en la esperanza.

La humanidad, es y sólo puede ser, esperanza.

Cuando logramos vivir con, y estamos en la esperanza, somos la esperanza. El mundo y la realidad se llenan de esperanza, se transmutan y cambian “mágicamente”, y nosotros mismos cambiamos y nos transmutamos en una sola nueva realidad “esperanzada”, llenos de plenitud, alegría y felicidad.

Pero como también ya vimos, para que algo “esté”, tiene que encarnarse en algo nuevo u otra persona que sean reales “de verdad”. Para lograra esto, tiene que lucharse con TESÓN y esfuerzo, con paciencia, y pasión, confiando en poder alcanzar y crear, lo que se sueña y se desea.

ESPERANZAS, ACCIONES Y CONFIANZAS, CONFORMAN UN SOLO TODO INDISOCIABLES.

Sino es así, sólo se engendran abortos dolorosos de sueños frustrados y esperanzas líquidas, que terminan por disolverse en el aire.

Intentemos ahora, ver algún camino para encontrar esta esperanza que hoy se de-se-espera.

“Déjese mucho tiempo para pensar y aclararse”.“Sean inteligentes…pero vagos”. Así proclamaba el general Kurt von Hammerstein, antes de la Segunda Guerra Mundial, citado y recreado por H.M.Enzesberger en su magnífico libro, “Hammerstein o el tesón”.

Nada vale la inteligencia, sin la capacidad de vagar.

Los “imprescindibles”esperanzados en el mundo de hoy, son entonces los… ¡¿vagos?!

El general tenía y tiene razón, pero no completamente como veremos más adelante.Por lo pronto centrémonos en el “vagar”, dejando de lado el problema de la inteligencia.

Vagar: “Tiempo desocupado que permite hacer algo…lentitud, pausa, sosiego…estar ocioso…con tiempo o lugar…despacio, lentamente…Andar suelto,libre, sin el orden o disposición que se debe tener…”

Ya Baricco y otros pensadores, plantearon que los jóvenes (¿y las personas de hoy?) “surfeamos” veloces en una realidad sólo de sensaciones e imágenes, que sólo permiten instalarse con un sentido de superficie inmediato, dejando de ver a los otros y lo que yace en la profundidad esencial, en una vida sólo de liberación de los deseos (especialmente del consumo) y lo placentero (especialmente del cuerpo y el sexo), menospreciando lo del alma y la espiritualidad.

Es decir, falta tiempo para vagar en la reflexión crítica, soñando y fantaseando, en la búsqueda del sentido profundo y la belleza, tratando de practicar la paz, la verdad y el bien.

Falta tiempo para la búsqueda de la otra persona y lo absoluto,(que están más allá de lo inmediato), a través del amor,del conocimiento, (y también la fe).

Es decir, de tiempo para la búsqueda en la contemplación y serenidad, de un futuro esperanzado.

De tiempo para la vagancia, que permite la búsqueda de la esperanza (por algo riman).

De la vagancia que da tiempo al tiempo, para amar y ser amado.

El secreto para la búsqueda de la esperanza, quizás resida en aprender a ser un GRAN VAGO, un “VAGANTE” POSMODERNO, que con TESÓN, inteligente y sentimental, busca una felicidad esperanzada.

Una especie de “Gran Lebwoski”, sin marihuana y que trabaje, (si es posible, que alguien así exista).

Un “vagante”, que contempla y tiene esperanza en él y las otras personas, pero también en lo absoluto. Un “vago” que besa y confía en el amor, y que en un esfuerzo creativo, logra desgarrar el tiempo para alcanzar el infinito.

Creo que hoy, la respuesta definitiva para la esperanza, aun “flota en el viento” (por suerte), aunque para muchos, está finalmenteen los valores de las bolsas y el mercado, (donde definitivamente, no habita la verdadera esperanza, como tampoco habita, en sólo consumir, procrear y morir).

(La parte II será una especie de manual práctico, pero…posmoderno)

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