El gobierno del Presidente Sebastián Piñera, montó una operación publicitaria para convencer al país que defiende el cobre chileno.
Sin embargo, Piñera gobierna con el mismo sector que, durante la dictadura, entregó el cobre a los extranjeros, mediante una legislación creada ad hoc para burlar la Ley de Nacionalización del Cobre y la Constitución Política, que establece, “El Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de todas las minas”.
Sin embargo, éste mandato categórico e imperativo, es solo una ilusión, porque se termina cuando las minas y yacimientos, -mediante el invento de José Piñera, hermano del presidente, en complicidad con Hernán Büchi llamado Concesiones Plenas-, se regalan por medio de un simple trámite judicial.
Ahí, en ese momento, el Estado chileno renuncia, total y eternamente, a todo derecho sobre la propiedad de sus yacimientos y a los frutos económicos que ellos generarán.
Así, aplicando las Concesiones Plenas, los modernos yanaconas entregaron a manos extranjeras el 70% del cobre chileno. Más aún, para hacer el proceso irreversible, establecieron que el yacimiento no podía ser devuelto hasta que se agotara. Que si quedaba mineral aún, no era el Estado chileno sino el concesionario quien indicaba el continuador de la Concesión Plena.
Después la Concertación amplió y legitimó las leyes mineras de la dictadura, destacando en ello los ministros Ominami y Foxley. Baste constatar que al año 1990 el 10% del cobre de Chile era extranjero, actualmente el 70% del cobre chileno pertenece a consorcios foráneos.
Este es el verdadero saqueo del cobre chileno. El verdadero escándalo.
Sin embargo el gobierno, astutamente, levanta una polémica por una mina que vale muy poco comparada con la fabulosa riqueza que el país pierde.
Así como opera en Chile la Anglo American Sur, hay 50 consorcios extranjeros más que se llevan millones de toneladas de cobre gratis, adulterando sus contabilidades con pérdidas ficticias para no pagar impuestos ni royalty.
El país debe conocer que este yacimiento fue vendido por el Estado chileno el año 1978 a la Exxon en la módica suma de US$ 98.000.000 (98 millones de dólares), que después de explotarla durante 24 años, -sin pagar nunca ni siquiera un dólar, porque durante esos 24 años declaró pérdidas-, la vendió en 1991 en alrededor de US$ 3.000.000 (tres mil millones de dólares) a Anglo American, operación que realizó fuera del país, para no pagar los impuestos de la transacción a Chile.
Ahora Anglo American Sur le vende a Mitsubishi el 24,5% de Disputada en 5.390 millones de dólares y de paso informa que, solo la parte que le pertenece a ella, tiene un valor de 22.000 millones de dólares.
Si el interés es auténtico, ¿por qué no hablamos de renacionalizar el cobre?, ¿por qué Gobierno y Oposición no hacen una campaña para denunciar el gran saqueo del cobre?
Lo que hace el gobierno es un tongo (que incomprensiblemente apoya Raimundo Espinoza presidente de los trabajadores).
Lo que ha ocurrido es ridículo.
El Gobierno de los empresarios, de los expertos en hacer negocios y amasar fortunas, cuando intentan “defender el cobre”, fallan estrepitosamente.
¿Qué hay verdaderamente detrás de esto que parece farsa?
¿Lavar la imagen y hacer por debajo otro negocio, pagando un precio excesivo por el otro 24,5%?
¿Que ganen las mineras privadas, donde estos ex ejecutivos volverán cuando dejen Codelco?