¿Qué hace un gorrión mirando el mar?
Olas plateadas.
Sólo personas raras almorzando, una jorobada, más bien curcuncha.
Es la señora, una cierta señora Lizner, funcionaria de la “Agencia de Control de la Natalidad”, con una ocupación noble para mujeres, y ejemplo de femineidad. Ya ha realizado doce mil abortos terapéuticos.
El perro viejo busca, y el gorrión mira fijo el mar.
Es un gorrión colgado.
Es un gorrión suicidado.
Cuelga ahorcado de una sombrilla con el pico entreabierto, y la mirada, la mirada, fija en el “Cosmos”.
Es el gorrión de Witold Gombrowics, ella es la señora Lizner de Philip Dick.
Ella vive en “Tiempos de Marte”.
“El perro viejo/ visitando tumbas/da la pauta”.
Cárcel de tubos blancos, iluminados por el sol. Sombras grises, sobre la alfombra, gris.
La pieza que mira al gorrión, de mirada fija, muy fija, a través de cortinas blancas amarillentas, está en silencio, y el mar se deja ver a penas.
Atrás, sólo el murmullo de la nada, el murmullo de la televisión.
“Escucha, en el viento flotan miedos”.
La señora Lizner, pide porotos graneados con dos longanizas, mirando al mar, mientras el gorrión, demente,le guiña el ojo al perro.
Es un gorrión marítimo y suicidado, es una señora hinchada, y pisciforme.
Los pájaros olvidados, aletean locamente.
Las olas, al revés, se alejan de la playa.
Revientan sobre el horizonte, que inmóvil, sólo se aleja.
Más, y más.
Un horizonte amarillo anaranjado.
Entre los “Dedales de Oro”, que florecen camino a la playa.
¿Has visto cuando mueren al atardecer?
Duermen “Bajo el Hierro de la Luna”.
Y así, duermen el gorrión, la jorobada que sólo traga y mata, y el perro viejo visitando tumbas, tumbas de gorriones, y conversa con flores amarillas, tan amarillas, como los “Dedales de Oro”.
Yo, no.
Sin palabras.
“Mi cerebro flota”,(Como el de Thomas Bernhard).
Con la luna (llena) abandonada.
El murmullo de la televisión.
Y el murmullo del mar.
Abandono, y leo a Claudio Bertoni: “No hay nada más profundo
que la piel de una mujer”.
Verdad, de comprobación profunda, y de tremenda profundidad.
Canta el gorrión, y amanece en Algarrobo.
Un 19 de septiembre, con mi mujer, y el murmullo del mar.
Y los libros.
Y la televisión, los perros, gorriones, y los Dedales de Oro.
(La gorda, murió empachada).