Cuando se están celebrando los treinta y cinco años del Diario de Cooperativa, que Sergio Campos obtenga el Premio Nacional de Periodismo no puede sino ser una muy feliz coincidencia.
Para muchos de nosotros, Sergio Campos representa el último refugio al cual acudimos buscando tener la exacta medida de los acontecimientos del momento, él es inseparable de la verdad que tranquiliza o de aquella que como dice el poeta “no tiene remedio”.
Hemos conocido varios Sergio Campos, el de los tiempos de la dictadura cuando sabíamos que arriesgaba su integridad para cumplir su vocación: informar correctamente a los auditores de Cooperativa, convertida en ese refugio que impedía que fuéramos alienados por la poderosa maquinaria en el poder; el de las catástrofes que escuchamos por la radio del auto y que paso a paso nos iba entregando información pormenorizada y veraz, acompañándonos hasta que nos rendía el sueño o ya el cuadro era tan completo que podíamos tomar descanso.
El de la democracia naciente, desafiando la manipulación y el engaño, ¡qué importa que Cardemil no hablara si Campos ya nos había informado la verdad! Llegaba la democracia, el dictador debía dejar el poder.
Los veinte años de Gobierno Concertacionista en que manteniendo su compromiso de informar verazmente, tuvo la sabiduría de imponer el matiz preciso para actuar con objetividad.
Estos últimos meses, para muchos ha sido si bien ya no el único, el más importante referente para saber con precisión lo que sucede y en que están de verdad los actores sociales y políticos que han cubierto la agenda noticiosa.
En cada uno de estos momentos hemos acudido irremediablemente a Cooperativa y nos hemos encontrado invariablemente al pie del cañón con Sergio Campos.
Él como ninguno debe saber la inmensa labor que los periodistas de Cooperativa han desempeñado en estos años y fortuna que ha tenido de poder ser la voz conductual de todos esos equipos durante tanto tiempo.
Campos, tambores, equipos, periodistas que nos han cobijado en los momentos duros y con los que hemos celebrado los gratos y alegres.
En este premio nos hemos sentido plenamente representados, Sergio Campos Ulloa ingresó a nuestro quehacer diario hace muchos años y merece haber sido recompensado por la convicción, el esfuerzo y el cariño que ha puesto en esa comunicación que día a día tenemos con él.