Tuve la posibilidad de participar de manera directa de la tensa y agobiante salida a la toma del camino a Dichato junto a los pobladores y dirigentes de la aldea “El Molino”.
Lo más importante no fue el fin de las manifestaciones sino el hecho que después de 16 meses de luchas y negociaciones por fin se ven soluciones acordes a las aspiraciones de las personas de esta zona.
El gobierno regional tuvo la paciencia de esperar a los dirigentes y de plantear mejores propuestas y los dirigentes de la aldea “El Molino” de ceder a ir a Tomé a participar de la reunión junto al Intendente y otras autoridades. Estos últimos, sin embargo, son los que han tenido más paciencia.
En la comuna de Tomé hay alrededor de 800 familias que viven en aldeas.
“El Molino”, en Dichato, tiene 450 familias. Ellos han tenido que sufrir las inclemencias de dos inviernos, sufrir la pérdida de un lugar digno donde vivir y además el padecer la falta de claridad y conducción de parte de las mismas autoridades. Promesas que no se han cumplido y ofertas que no han satisfecho sus legítimas peticiones.
Los habitantes de la aldea “El Molino” acogieron con serena alegría las nuevas propuestas de parte del Intendente pues éstas tendrán que ser estudiadas por todos los vecinos para continuar con las negociaciones el día martes.
El plan involucra vivienda, empleo, acceso más fluido a los planes de protección social y mejoras integrales para todos los habitantes de las aldeas de la comuna de Tomé.
Será importante, para cada uno de los puntos expuestos, el definir con mayor claridad el problema a solucionar y la amplitud de su impacto, interlocutores válidos que irán destrabando cada una de las propuestas, la forma de trabajo en que se irá ejecutando cada solución y, lo más importante, la definición de un plazo realista para la vivienda definitiva.
Los habitantes de la aldea “El Molino” no fueron intransigentes porque alguien se infiltró entre ellos.
No bloquearon el camino o hicieron barricadas por ser violentistas.
De hecho, no hubo ningún destrozo a los bienes públicos a pesar del abuso de la fuerza policial.
Lo suyo fue el reclamo justo por promesas no cumplidas, por no sentirse escuchados, por tener lo más pronto posible una vivienda digna y por buscar soluciones integrales a sus graves problemas sociales.
Al fin final, bien por las autoridades que escuchan y bien por los vecinos que no dejan de luchar por mayor justicia y dignidad.