11 nov 2013

La ansiedad del Fantasma

Desde la ventana del hotel se ve Wembley, en todo su esplendor.

Hay once jugadores ya durmiendo, con la duda de si Vidal se integrará al equipo que jugará frente a los ingleses. Temprano, me cuentan, llegaron Jorge Valdivia y Marcelo Díaz, preguntando por el resultado del clásico, que fue el tema de conversación obligada para los pocos que a la medianoche del domingo deambulaban por el lobby.

“No supimos manejar la ansiedad”, dijo el Fantasma para explicar el gol de último minuto de Felipe Flores y es un argumento extraño para un equipo que no sólo se mostraba favorito para el duelo, sino que además había amenazado con seguir jugando bajo cualquier circunstancia. Como me enteré del resultado mientras manejaba por el lado contrario con Ernesto Díaz como atemorizado copiloto, no me atrevería a emitir juicios, y quizás por eso me extraña lo de la ansiedad, que es el tema de todo por estos días. Los candidatos deben estar ansiosos, por ejemplo, a una semana de las elecciones.

Sampaoli debe estarlo, con el Mundial en la mira y poco margen para grandes cambios. Queda mucho tiempo, pero pocos amistosos, y por eso estos partidos ante Inglaterra y Brasil son tan valiosos. Aquí podrían estar los últimos retoques para el equipo que no admite variaciones drásticas. Sólo la esperanza de que el nivel óptimo de sus principales figuras se mantenga. Por eso mismo, lo de Vidal, si es que no se recupera para estos partidos, puede ser tan trascendente.

Acá, y lamento decepcionarlos, no hay demasiado espacio para el duelo del viernes, porque todo el mundo está a la espera de la final entre Nadal y Djokovic por el Masters. Hace frío, pero no tanto, y los londinenses esperan el invierno con una final que va a dirimir al mejor de la temporada, aunque ya el español haya asegurado el número uno de la temporada.  Ayer fue día de ceremonias, y la Reina encabezó El Día del Recuerdo.

La solemne ceremonia tiene lugar cada año en la undécima hora del domingo más cercano al aniversario del fin de la Primera Guerra Mundial, el 11 de noviembre de 1918. Y conmemora a todos los caídos en todas las campañas del país, incluyendo la Segunda Guerra Mundial, Irak y Afganistán. Por eso el tráfico estaba aún pesado y Díaz, GPS en mano, me guió a Westminster en vez de a Wembley en la llegada. Cosas propias de la ansiedad.