Estambul es una ciudad increíblemente bella, luminosa, grata. La refresca una brisa constante que viene del Mar de Marmara y sus habitantes –incluidos los vendedores del Gran Bazar- parecen alegres y simpáticos. Al margen de todos estos juicios subjetivos, por cierto, la antigua Constantinopla guarda una historia impresionante.
Santa Sofía,la Mezquita Azul,La Cisterna, las murallas bizantinas y muchos otros rincones milenarios lucen ese pasado. Y una cultura singular. Durante el Imperio Otomano, por ejemplo, Mehmet II, cansado de las disputas dinásticas de sus antecesores, estableció una ley según la cual todos los hermanos del Sultán debían ser ejecutados cuando éste asumía el trono.
Como suele ocurrir, la ley fue para peor. Tras duras luchas fratricidas, se ablandó la norma, optando por mantener a los eventuales herederos encerrados en lo que se denominó “la jaula dorada”, y que aún puede verse en el Palacio de Topkapi. Allí pasó 50 años encerrado Osmán III, perdiendo la capacidad del habla. Solimán II se dedicó a copiar el Corán y cuando asumió suplicaba que lo devolvieran a su dorada prisión.
Hoy, a pocos kilómetros del Palacio, en el estadio del Galatasaray –conocido como “El infierno turco”, porque su capacidad siempre es desbordada y los fuegos artificiales tiñen la noche de rojo- comienza el Mundial Sub 20. En rigor, el puntapié inicial lo darán Cuba y Corea, a la misma hora pero en Kayseri, pero ese partido es para que la inauguración pase piola y si pifian a Blatter o a Erdogan nadie se de cuenta.
La Copacomenzará a rodar en Estambul con el llamado “grupo de la muerte”, que enfrenta a cuatro eventuales candidatos al título: las poderosas España y Francia, Ghana, el ex campeón de la categoría el 2009 y los Estados Unidos, que viene entrenado por Tab Ramos. Es, otra vez, una lucha fratricida, en esta verdadera “jaula dorada” del Grupo A, en que al menos uno de estos poderosos rivales debiera quedar en el camino.
La selección española trae una historia extraña. Uno de sus mejores jugadores es Suso, y juega en el Liverpool. El muchacho tiene 19 años y publicó en twitter una imagen de un compañero de equipo haciendo un tratamiento para blanquear los dientes. “¿Qué demonios está haciendo? Este chico es gay”. Fue sancionado por la FA con 10 mil libras de multa y casi es suspendido en el torneo inglés por “hacer mofa de una condición sexual”. El más enojado era José Henrique, su amigo. Y no por la broma, sino por la sanción. “Estos tipos están locos. Era un chiste y nada más. Lo peor es que por defenderme, ahora todo el mundo cree que de verdad soy homosexual”, dijo. Adolescentes, ricos, famosos y con twitter. Esa sí es una jaula dorada.