07 ene 2013

¡A los leones!

Durante los días previos al inicio del Dakar y hasta la jornada de arranque, se comentó muchas veces que esta versión sería la más complicada desde que la máxima competición del rally raid mundial se desarrolla en Sudamérica. La razón: porque se comienza de inmediato en el desierto, las dunas y la arena, siendo que en versiones anteriores los pilotos comenzaban los primeros días en senderos y caminos en medio del campo argentino.

Los terrenos donde se corrían las primeras etapas del rally, permitían además una mayor comodidad para los fanáticos de acomodarse en las rutas y esperar con un asado a los vehículos mientras transitaban por la especial. Sin embargo, la arena, las dunas y el viento les han jugado en contra tanto a pilotos como a fanáticos en las primeras etapas.

Gran parte de los pilotos tuvieron problemas en las dunas de pisco, donde la navegación y la interpretación de las hojas de ruta se vuelven clave en los terrenos del desierto. Lo sufrió Francisco López quién perdió varios minutos en ruta por no haber podido encontrar uno de los puntos de control, situación que vivieron varios pilotos de todas las categorías. Los motoristas menos experimentados generalmente siguen la huella que dejan las máquinas que abren ruta y la siguen hasta la meta, con el riesgo que eso implica de seguir un rastro que va por el camino equivocado, un escenario que también se vivió durante la segunda etapa del Dakar.

Por otro lado, los fanáticos que se apostaron en las rutas vieron algo “aguado” o más bien “arenado” su viaje por la ruta. Muchos fans optaron por hacer asados al costado del bivouac mientras veían llegar a los vehículos. Pero los vientos fuertes que se hicieron sentir durante la tarde, le dieron un condimento desagradable y arenoso a las comidas de los espectadores.

Los interiores de las carpas de todos los habitantes del bivouac en pisco vivieron el mismo rigor. Gran porcentaje de las personas optan por ventilar sus tiendas y dejarlas abiertas por el calor que azota el área. Lamentablemente, eso deja vía libre a que toda la arena y el polvo que vuelan con el viento, sean una visita desagradable para los hogares temporales de los moradores dakarianos, que deberán realizar un aseo previo a sus carpas si no quieren tener un sueño arenoso durante la noche.

Todo indica que, al menos durante las etapas del Perú, la situación se mantendrá.

05 ene 2013

¡Rápido! ¡Apúrese!

En las últimas cuatro ediciones del Dakar la ceremonia del podio de largada, no sólo era una instancia para exhibir a los distintos vehículos por una tarima previo a la partida de la carrera. Era también un momento donde los pilotos podían acercarse a los espectadores que aguardaban por un saludo, un autógrafo o una foto, sin mencionar que los mismos pilotos bajaban de sus máquinas por un momento, ya sea para conversar con sus colegas, hablar con la prensa o simplemente tomar un poco de aire antes de comenzar la aventura.

Sin embargo, este año el día inicial tomó un rumbo más dinámico y al mismo tiempo bastante menos interactivo con el público, con la prensa y entre los propios pilotos. La organización dispuso un podio prácticamente en línea recta con el borde costero de chorrillos en Lima, por lo que los pilotos desfilaban rápidamente y sin ningún tipo de contacto con sus pares o con los fanáticos.

Los más expeditos eran los cuadriciclos y las motos, que sólo atinaban a acelerar y pasar rápidamente por el podio y dirigirse a la especial. Los hermanos Prohens acostumbrados a tener un número aparte durante esta ceremonia con innumerables sesiones de fotos para la prensa y los fanáticos, no escaparon a esta nueva medida y simplemente siguieron de largo en una solemne y fugaz introducción de los copiapinos para el público limeño.

La prensa no escapó a estas dificultades que presentó la jornada. Acostumbrados por tener siempre una excelente disposición por los medios, los pilotos se veían presionados por la gente de ASO de pasar rápidamente por el podio para no retrasar el ingreso, impidiendo el contacto con la prensa.

Incluso los mismos animadores del show se veían algo presionados por la rapidez con la que desfilaban los conductores y los apuraban a pasar rápidamente, limitando a la menor cantidad posible las clásicas entrevistas con los participantes.

Los autos corrieron distinta suerte ya que al ser vehículos de un tranco más lento, el “taco” se hizo mucho más grande y, por ende, tenían tiempo para bajarse de sus autos, saludar a los fanáticos e interactuar con ellos. Los pilotos peruanos fueron los más extrovertidos y aprovecharon su Localia flameando sus banderas y tomándose fotos con los fanáticos. Algunos nacionales también aprovecharon de tener su minuto con el público, como Jorge Latrach y su hijo Juan Pablo que desfilaban por la calle con una bandera chilena colocada en el parabrisas, lo que generó una mezcla de aplausos y pifias entre los presentes.

No había tiempo que perder. Al menos en esta ocasión, el Dakar debía comenzar lo más rápido posible. Mención aparte, el episodio que pudo haber teñido de luto la jornada con la persona que cayó por un barranco. Afortunadamente esos arbustos milagrosos y la posterior intervención de la policía y bomberos, lograron salvar el día e impedir que el Dakar comenzara con tintes de tragedia.

04 ene 2013

Más vale tarde que nunca

Demoró un poco más de la cuenta que el Dakar prendiera en Lima. Claro, los afiches, banderas y carteles llevaban meses en las calles de la capital peruana y en los balnearios costeros. Pero la fiesta de año nuevo retrasó un poco el interés de las personas por el rally. Las calles limeñas estaban prácticamente desiertas el primer día del 2013, mientras que el 2 de enero, el día de la apertura del village, el interés de los espectadores fue reducido. Incluso, muchos pilotos que tenían programadas sus revisiones técnicas para ese día, pospusieron sus chequeos para el día siguiente.

Al tercer día el flujo de personas aumentó considerablemente, eran miles los que recorrían los stands de la feria dakariana (con un costo de entrada de 10 soles, unos 1.800 pesos chilenos). Autos en exhibición, fotos con algunos de los pilotos que deambulaban por el village, comida, juegos y obviamente el desfile de los pilotos rumbo al parque cerrado eran parte de las actividades para los visitantes.

Para los pilotos nacionales el Dakar también comenzó un poco más tarde. Varios aprovecharon de pasar el año nuevo en casa, situación inédita porque usualmente la carrera arrancaba el primer día de enero. Esto implico que algunos pilotos pospusieran sus revisiones técnicas. Los hermanos Prohens, por ejemplo, vivieron esta situación en carne propia. Además, si bien las revisiones no significaron gran problema para los copiapinos, a Felipe Prohens se le ocurrió cambiar a última hora su repetidor de ruta por uno más moderno, esto a pocos minutos de que comenzara su turno en las verificaciones. Esto obligó a su hermano Jaime a esperar por cerca de una hora para ingresar al parque cerrado, ya que ambos acostumbran a desfilar juntos en este tipo de ceremonias.

Pero los pilotos de punta también saben de imprevistos. Lo vivió el multicampeón Stéphane Peterhansel quién llegó cerca de 20 minutos atrasado a la conferencia de prensa organizada por una marca de neumáticos en el hotel oficial. Aunque el francés tuvo el precedente de que anteriormente tuvo otra actividad en el village, donde cual rockstar, fue el más requerido por los fotógrafos (sobre todo de las mujeres presentes), atendió las preguntas de todos los periodistas que lo requirieron durante la conferencia de prensa del equipo X-Raid y posteriormente para los que lo solicitaran en un mano a mano.

Algunos periodistas no escapan a la regla y muchas veces los buses que trasladan a los reporteros del village al hotel oficial, eran retrasados por solicitud de algunos colegas que pedían 10 minutos antes de llegar. Cosa extraña en un Dakar donde la puntualidad es parte de los mandamientos de la organización.

El Dakar comenzará 4 días después de su fecha habitual y los efectos se hicieron sentir en todas sus aristas estos primeros días de previa.