Los últimos 3 días en Argentina quizás fueron los menos dakarianos en la historia del Dakar. Dormir bajo techo en pisos alfombrados, duchas con agua caliente, recitales y otras comodidades no eran precisamente comodidades con las que históricamente se contaba en la prueba más dura del mundo.
La etapa con meta en córdoba siguió esta tendencia. El bivouac se instaló en la villa carlos paz, específicamente en el club de campo de la zona. Esta es una de las zonas turísticas más importantes de la provincia de Córdoba y también de Argentina. Punto general de eventos y concentraciones de la zona, en este caso, el Rally Dakar.
Un campamento con una particular extensión en su longitud: casi 2 kilómetros de largo en los cuales estaban repartidos los distintos camiones, carpas y vehículos de asistencia de los competidores.
Además el dique de San Roque, conocido por ser el principal abastecimiento de agua para la ciudad de Córdoba durante el siglo 19, le daba un aire de tranquilidad y propio de una postal de vacaciones al ambiente. Los pilotos aprovechaban el panorama para realizar sus quehaceres en un mejor ambiente, como Ignacio Casale, actual sublíder de las cuadrimotos que no encontró nada mejor que estudiar su hoja de ruta a un costado de esta laguna.
Fue la última vez en la que los pilotos durmieron en pasto, en un clima bastante menos húmedo que en Tucumán. El campamento de La Rioja recuperó en algo los aspectos dakarianos de la competencia. Con temperaturas superiores a los 30 grados.
El bivouac se instaló en el autódromo de la localidad, lo que incrementaba la sensación térmica a más de 35. Los parajes tienen ya un aspecto más desértico con algunos retoques verdes. Los bosques se encuentran lejos al campamento lo que obligará a los participantes a dormir nuevamente en la arena o en su defecto, en el asfalto hirviendo.
Si bien volvió la carpa del país anfitrión, ausente en Córdoba, con sus tradcionales comodidades. El calor es tal que quienes se asoman por ese sector, se echan en los sillones con rostros de agobio por las altas temperaturas.
Todavía queda lo peor, el paso hasta Fiambalá. Sector en el cual no hay aeropuertos o aeródromos, lo que obligará a transportar a la caravana vía tierra. Además es la localidad que generalmente alcanza temperaturas record en Argentina. Un clásico del Dakar Sudamericano.