15 nov 2013

Superación de la pobreza, reformas estructurales contra la desigualdad

En los últimos días el ministro de Desarrollo Social ha criticado las propuestas de la candidata presidencial Michelle Bachelet por considerar que son copia de las implementadas por su gobierno. Es difícil no reaccionar a esa lectura, cuando lo que propone la candidata es más bien un quiebre radical con la forma como se han venido administrando los programas de superación de la pobreza en el último tiempo.

Una de las críticas apunta a la entrega de bonos, lo que llama poderosamente la atención teniendo en cuenta que lo que ha hecho el gobierno del Presidente Sebastián Piñera, a través del Ingreso Ético Familiar, es justamente poner el foco del combate a la pobreza en las transferencias monetarias.

Sabemos que la condición de pobreza no es sólo un problema de ingresos monetarios; es un tema de gran complejidad, que debe enfrentarse con políticas integrales que rompan las brechas de inequidad desde su origen.

En el Programa de Gobierno 2014-2018 de Michelle Bacheletasí lo hemos entendido.Si bien se entregarán bonos para apoyar el consumo de las familias, el foco estará puesto en una dirección distinta: en un esfuerzo sustantivo y decidido de desarrollo de capacidades de las personas, a través Planes Locales de Desarrollo Social, que buscan reemplazar el apoyo individualizado, para poner en común esfuerzos y dificultades que enfrentan barrios y comunidades enteras, donde conviven personas y familias con distintas carencias y recursos.

Esta iniciativa se pondrá en marcha gracias a la creación del Fondo para el Fortalecimiento de capacidades de familias y comunidades en situación de pobreza.

Esta nueva política social nos ayudará al desafío de romper el círculo de la pobreza, superando los problemas de dependencia y asistencialismo, fortaleciendo la autoestima y la auto-sustentación y, por sobre todo, generando redes que construyan confianza, para aumentar las oportunidades de acceso al empleo, al poder y al bienestar en general, especialmente de los segmentos más vulnerables.

A diferencia de las políticas implementadas por el actual gobierno, el Programa de Bachelet no busca ofrecer las mismas soluciones para todos los chilenos.

La complejidad y variedad de situaciones de pobreza que se observan en el país se expresan y viven de manera diferente en distintos momentos del ciclo vital, a lo largo del cual la eventual falta de ingreso se combina con otras dimensiones del bienestar tales como la posibilidad de acceso a la salud, la educación o el trabajo.

Hay también heterogeneidad dentro de las regiones, en los niveles de desarrollo económico y social alcanzados por las distintas comunas, lo que muestra que la estrategia para seguir avanzando en la reducción de la pobreza debe apuntar a cerrar las brechas entre y dentro de los territorios, con respuestas diferenciadas, a través de planes flexibles y adaptables a las dispares condiciones locales.

En este nuevo esquema el FOSIS será objeto de una completa reestructuración, para que su misión sea el apoyo a iniciativas locales de innovación y apoyo al desarrollo de capacidades. Así se recuperará el espíritu para el cual fue creado.

El nuevo diseño incluye un presupuesto de libre disponibilidad para apoyar esfuerzos intersectoriales de innovación en metodologías de atención social comunitarias en sectores prioritarios, pero el grueso de los recursos financieros estará enfocado a dar asistencia técnica a los municipios, con el objetivo de apoyar en el diseño y la ejecución de los planes de desarrollo social.

Para una evaluación de los avances y para obtener la sinergia necesaria que permita articular de la mejor forma los planes, se contará con un sistema de evaluación de alto estándar, que combinará el seguimiento y apoyo a nivel local, con participación de los actores de la comunidad.

Queda claro que las propuestas de gobierno que llevará adelante la candidata presidencial Michelle Bachelet, van varios pasos más adelante y en sentido opuesto de las generadas por el actual gobierno.

Queda claro que la opción de políticas sociales de la actual administración, como la de vincular el Ingreso Ético Familiar a empleos de mala calidad y con bajas remuneraciones, no resuelven los problemas de pobreza.

Por eso es que en el gobierno de Bachelet las propuestas de superación de la pobreza deben ser entendidas en el marco de una estrategia más amplia y ambiciosa reformas estructurales para el desarrollo social, uno de cuyos ejes principales será la reforma educacional, necesaria para superar las desigualdades y modificar la estructura de oportunidades que hoy enfrenta la población más vulnerable.

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