06 jun 2015

El daño patrimonial del Estado Islámico en Siria

Desde que se inició el conflicto en Siria el año 2011, el régimen de Bashar al-Assad nunca ostentó un nivel de presión como el que ha estado sufriendo en las últimas semanas. Esto ni siquiera se dio durante los mayores niveles de actividad armada en los grupos opositores al régimen, ni ante el impacto mediático, político y militar sobre el uso de armas químicas en la segunda mitad del 2014.

El gobierno de Siria se ha visto asediado en lo militar por el avance del islamismo radical en distintos frentes del país, así como también por los bombardeos de la coalición internacional liderada por Estados Unidos y las monarquías del Golfo Pérsico.

En los últimos días, el Frente Al-Nusra ha tomado casi la totalidad de la ciudad de Idleb, quedando a pocos kilómetros de Latakia, el bastión costero del régimen sirio.

Por su parte, hace unas semanas el Estado Islámico (EI) ha capturado la ciudad siria de Palmira, catalogada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como uno de los seis sitios sirios que la organización considera como dentro del Patrimonio de la Humanidad. Palmira fue en los siglos I y II D.C. uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo y un punto de encuentro en la Ruta de la Seda, conteniendo en la actualidad varios sitios arqueológicos y esculturas de un valor incalculable.

El daño en lo cultural y patrimonial a la humanidad y su historia evolutiva ha sido tremendo.El islamismo radical ya ha realizado en Afganistán algunos ataques, como cuando en 2001 los talibanes dinamitaron y atacaron con artillería antiaérea a las estatuas de los Budas de Bamiyan, que fueron talladas durante el siglo VI D.C. en un acantilado de un kilómetro. Se componía de dos estatuas, una de 53 y otra de 35 metros. Un equipo de arqueólogos alemanes por cuenta propia intentó reconstruir las piernas de la estatua más pequeña, pero era prácticamente imposible realizar aquello tomando la multitud de fragmentos de roca, por lo que actualmente sólo queda el vacío en el acantilado.

En Irak, y durante febrero de este año, el avance del Estado Islámico en las provincias de Nínive y Nimrud dejaron como saldo la destrucción a punta de martillos de varias estatuas de toros alados que en algunos casos tenían más de 3000 años de antigüedad, y que pertenecían a la cultura asiria del siglo VII A.C.

Es por esto, que la toma de la ciudad de Palmira a manos del Estado Islámico, no solo puede dejar de ser una preocupación por cómo esto sigue evidenciando la volatilidad en Oriente Medio, sino que también por los incalculables daños al patrimonio cultural.

El intento de destrucción del patrimonio cultural y arqueológico por parte del Estado Islámico, Al Qaeda y otros movimientos islamistas contemporáneos, es porque recogen muchos de los lineamientos teológicos dados por el wahabismo (aunque no es su única fuente de inspiración), cuyo principal exponente, Muhammad Ibn Abdul Wahab reafirmó la idea del tawhid o la noción de que Alá era el verdadero y único dios.

Wahab observaba con preocupación la “coexistencia” de Alá con dioses de otras culturas, y que incluso, algunos musulmanes de la época también terminaron internalizando como propio.Esto originó la idea del shirk o politeísmo que era contraria a la idea del tawhid propuesta por Wahab.

De ahí que sea útil comprender que el wahabismo – muy predominante en la actual Arabia Saudita – sea particularmente una visión unitarista, puritana y hostil frente a la disidencia interna. Wahab a su vez, consideraba que la profesión del tawhid por sí sola no era una garantía suficiente para hacer frente a los “falsos dioses”, o taghut.

Por ello, era necesario combatir esta noción de coexistencia, y que si para ello era necesario destruir imágenes, estatuas, esculturas, tumbas o cualquier lugar de culto, se debía realizar sin vacilación. Así, estas ideas del wahabismo, están muy presentes en organizaciones islamistas como el Estado Islámico o Al Qaeda y que de mantener su posición en Palmira, el legado cultural y patrimonial a la humanidad seguirá estando amenazado, tal como ocurrió en Bamiyán, Nínive o Nimrud.

No obstante, es importante señalar que el daño del Estado Islámico no ha sido solo patrimonial en el Oriente Medio, sino que también de imagen hacia el mundo musulmán, donde las comunidades islámicas en Europa y otras regiones han ostentado mayores niveles de hostilidad.

En consecuencia, es importante realizar un esfuerzo no sólo en lo militar para combatir al islamismo radical, sino que también un esfuerzo mediático, cultural, académico y político, donde el mundo islámico y occidental deben y tienen que asumir con decisión.

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06 jun 2015

El Cristo de “El Club”

Pocas veces he visto un film tan estremecedor.“El Club” es el caso perfecto en el que lo demoníaco se esconde en personas y funciones que pretenden acercarnos a Dios. El film hace patente que el sacerdocio es un  arma de doble filo. Así como puede liberar del infierno de la culpa, se presta también para alojar perversiones extremas. En esta oportunidad, los sacerdotes en cuestión han abusado sexualmente de personas inermes, aprovechándose de  su investidura religiosa. Los psicólogos y los cinéfilos tendrán mucho que decir sobre la película, mi visión es teológica.

Mi opinión es que se trata de una película de una densidad teológica mayor. El personaje central, contra todo pronóstico, es Cristo. Contra todo pronóstico, porque el espectador no percibirá hasta el final que Sandocán o Sandogán, quien se desempeñó como acólito del padre Matías Lazcano, es el “Cordero de Dios” que salvará al grupo de sacerdotes pedófilos porque él a lo largo de su penosa vida ha “cargado con sus pecados”.

La figura del “cordero” o “chivo expiatorio” ha sido siempre otra arma de doble filo: es peligroso sacralizar a las víctimas, pues suele acabar mistificándose su sacrificio. En este caso no. A Sandocán los otros sacerdotes y Mónica, la ex monja y actual carcelera, tratarán de matarlo por tres vías diversas porque es una víctima que habla, que grita a voz en cuello que el cura y los curitas cometían con él las peores aberraciones sexuales.

Intentan que el  mismo Matías Lazcano lo mate con el revólver que ellos le facilitan; luego, otro sacerdote lo intentará solicitándoselo a unos jóvenes que eventualmente podrían querer eliminar a un roto miserable; y, por último, los otros tres arman un complot para que el pueblo descontrolado lo mate a golpes.Hay víctimas que pueden rechazar el abuso que se les ha impuesto. Lo denuncian. Sandocán nos recuerdan al Jesús que, tras la bofetada del soldado romano, le dice, “¿por qué me pegas?”. No calla, pide una explicación.

El padre García que ha venido a La Boca, a la casa de reclusión eclesiástica donde han sido encerrados los cuatro sacerdotes pedófilos con el mandato de liquidarla y entregar a quien corresponda a la justicia, representa a la “iglesia nueva” que toma cartas en el asunto. Pero él no es intachable, se mueve en la ambigüedad de lo que ve justo y la amenaza de la ex monja de contar la existencia de la casa en televisión.

Hace su trabajo, pero en un momento clave del film no interviene para salvar a Sandocán de la paliza de los que lo linchan. Está allí parado contemplando como abusan de un inocente. Y, sin embargo, tomará sobre sus hombros al pobre hombre -enfermo mental y resto de ser humano-, y terminará curando sus heridas y besando sus pies, pues descubre lo principal, Sandocán“es” Cristo. Todo esto delante de esos otros cuatro desgraciados y lasanturrona que, hacia el final de la película, serán liberados del miedo a su acusador.

El cura García ve en Sandocán al inocente Jesús y, en vez de hacer su trabajo como se le ha pedido, en vez de cerrar la casa, deja en ella a la víctima con sus victimarios no para avivar el infierno en el que viven, sino para redimirlos. Lo único que puede salvarlos es verse cara a cara. La verdad los salvará.Lo sorprendente del film de Larraín es que ofrece redención justo allí donde lo único que parece haber es condenación. Los personajes sin saber exactamente lo que hacen, terminan cantando “cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros”.

Pero hay algo más que atraviesa toda la película y que solo  al final se evidencia por completo.Hay aquí una crítica a un tipo de religiosidad y una manera de entender el sacerdocio que facilitan los abusos.

Cuando la salvación pasa por el Cristo que se halla en los miserables y las víctimas de los peores abusos, entonces se hace patente la duplicidad, la escisión y el fariseísmo que el cristianismo heredó como patología de un judaísmo mal entendido. No hay nada peor que la patología psicológica y la patología religiosa remando juntas en la misma dirección.

El perverso religioso es una persona doble: pretende ser sacro y tenido por “santito”, pero a la vez es capaz de profanar al ser humano en lo más hondo de su dignidad. El sacerdote psicológicamente perverso se tiene por sagrado y establece relaciones con los demás como si los otros fueran profanos y debieran venerarlo, servirlo o agradarlo sexualmente.

El cine es arte. El arte trasciende la intención del autor, toca al espectador y suscita en él  una interpretación original, pero nunca arbitraria. Esta película ha recibido un premio importante.

Desde mi óptica me atrevo a decir que tiene un contenido humano profundo e inatacable desde un punto de vista cristológico. No es para menores de edad. Es un film demasiado perturbador, pero sería bueno que lo vieran los católicos que quieran alcanzar la adultez religiosa.

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05 jun 2015

Límite a la reelección, medida con tintes populistas

El proyecto que busca poner límite a la reelección en cargos públicos ha generado bastante polémica durante esta última semana. La iniciativa propone limitar los períodos de los senadores y diputados. El límite sería de dos períodos (16 años) para los senadores y tres (12 años) para los diputados.

Sin embargo, hace pocos días, el ejecutivo incorporó un componente geográfico que ha causado revuelo y polémica. El componente consiste en que el límite de períodos estaría asociado al distrito o circunscripción senatorial según sea el caso, es decir, si por ejemplo un diputado cumple su límite en un distrito, eventualmente podría competir por un nuevo distrito. Este subterfugio evidentemente permitiría saltarse el límite.

Diversos sectores, en especial los diputados más jóvenes que componen la denominada “bancada estudiantil”, reaccionaron con indignación frente al tema. Karol Cariola (PC), por ejemplo, señaló que esto permitiría una reelección indefinida, generando un escenario donde varios congresistas siguen en su cargo durante décadas, tal como sucede hoy.

Con declaraciones como esta hay que tener mucho cuidado, principalmente porque carecen de precisión. Hoy menos del 10% de los congresistas han ejercido cargos desde 1990 a la fecha. Por otra parte, si se aprueba este proyecto y se aplica a los congresistas en ejercicio, 46 diputados actuales, casi un 40%, no podría optar a la reelección. Ahora bien, después de cada elección de senadores y diputados en Chile, cerca de un 40% de nuevos rostros ingresan al congreso. En definitiva, este proyecto de ley no cambiaría sustancialmente la realidad actual.

El problema es que se renuevan las personas, pero no se renueva la representación. Son los mismos partidos los que ganan los escaños y no se incorporan nuevas fuerzas políticas o minorías de algún tipo.

Cuando una nueva fuerza política o un movimiento emergente logra obtener un escaño, es algo tan marginal que finalmente no tienen mayor poder de negociación y aquellos individuos asumen posturas muchas veces populistas, pues como no tienen capacidad de influir en el quehacer legislativo buscan “mediatizar” sus posiciones para garantizar su reelección. De esto hay varios ejemplos en el congreso actual.

El poner límite a la reelección es el camino fácil, y como todo camino fácil no es el mejor. Aquí el elemento clave pasa por reformar los partidos políticos y garantizar la competencia al interior de ellos, transparentando el proceso de selección de candidatos, el cual hoy es una “caja negra” con situaciones tan opacas como descuadres en los padrones y poca transparencia en los procesos electorales.

El acento tiene que estar puesto en el cómo se seleccionan los candidatos que competirán por los cargos de elección popular y garantizar que existan la menor cantidad de barreras posibles, evitando que grupos de poder al interior de los partidos armen “máquinas” imparables y se vuelvan intocables. El límite a la reelección es una mala propuesta con ribetes populistas.

Lo más fácil y popular es apostar por limitar la reelección, sin embargo, en estricto rigor en Chile la tasa de reelección es baja comparada con otras democracias. Por otra parte, este límite pone en jaque la idea de profesionalización de la política.

Es deseable tener políticos con experiencia en asuntos públicos, sería absolutamente ineficiente prohibirles competir cuando ya han ganado experiencia que puede beneficiar el trabajo legislativo. A ninguna persona lo entrenan en un puesto de trabajo para decirle que luego debe comenzar a hacer otra cosa, eso no genera curvas de aprendizaje y es absolutamente ineficiente.

Lo que se debe garantizar es que cualquiera que quiera competir con aquel político experimentado lo pueda hacer, y que la única desventaja que tenga frente a este político experimentado sea el crédito que éste tiene entre sus electores.

El problema de estas reformas es que no están pensadas para apoyarse mutuamente. La ley de financiamiento de la política, las primarias, el voto voluntario, entre otras iniciativas, son muestras de la falta de pensamiento sistémico aplicado a las reformas políticas.

Son reformas aisladas que no interactúan entre sí, muchas veces influenciadas por un amateurismo y posiciones populistas. Es importante pensar con seriedad cómo mejorar nuestra democracia, no con base en lugares comunes e ideas populistas. Paradójicamente quienes claman por renovar la política son los que menos seriedad aportan a la discusión.

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05 jun 2015

La paz se construye con verdad y diálogo

La reciente visita del activista y propagandista Ilan Pappé, invitado a Chile por la Federación Palestina para intentar demostrar que existen historiadores israelíes disidentes respecto de los orígenes del conflicto, dejó en evidencia que el liderazgo palestino ha adoptado una estrategia peligrosa: tratar de construir un relato al margen de la verdad histórica y alcanzar sus metas políticas sin considerar el diálogo.

Así se refleja también en la columna publicada en este mismo medio sobre este tema.Manteniendo su tradicional estrategia, el columnista sustenta sus axiomas anti israelíes en excepciones y sobre todo en omisiones, como por ejemplo la corrupción desatada, falta de democracia, violación a los derechos humanos y persecución a los cristianos que imperan en Gaza a diario

En relación con los argumentos expuestos en la mencionada columna, no hay que olvidar que la salida de 400.000 palestinos es la consecuencia directa del rechazo del mundo árabe al Plan de Partición de la ONU de 1947 (Resolución 181). Y tampoco se debe omitir que en forma paralela a la guerra contra Israel iniciada por los estados árabes unos 800.000 judíos fueron forzados a dejar esos países.

Por otro lado, en relación a la supuesta falta de libertades de los árabes que viven y son ciudadanos de Israel, si bien no somos una sociedad perfecta, solo cabe mencionar que en el parlamento de Israel los árabes tienen una representación de 17 miembros, mientras que como contraparte podemos decir que en las ciudades palestinas un israelí o un judío con suerte podría sobrevivir.

Y finalmente, cuando se menciona a Isis como amigo de Israel y los norteamericanos, solo queda sonreír. Es entendible que al columnista no le guste Isis, porque su visión calza mejor con el fundamentalismo de Hamas que con el Estado Islámico.

En definitiva, la cultura de la falta de verdad y del engaño que se ha apoderado de algunos líderes palestinos solo busca anular a Israel y su sueño. El constante ataque al sionismo, que es el movimiento de liberación nacional del Pueblo Judío, es un intento más de negarnos el derecho que corresponde a todo pueblo en el mundo.

Ya existen 22 países árabes y solo un país judío. Israel está a favor, repito, a favor de un Estado palestino, siempre y cuando sea un estado democrático, que conviva en paz con Israel, para lo cual  tendría que constituirse no de una manera unilateral ni hostil, sino como resultado de un acuerdo de paz y reconciliación con Israel.

Por lo tanto, basta de ocultar la verdad, de incitar al odio y de culpar de todo lo malo que le sucede a los palestinos a los demás (Israel, EEUU, mundo occidental, mundo cristiano, mundo moderno, etc.).

Es tiempo que los líderes palestinos en todo el mundo dejen su actitud belicosa e intolerante y asuman que la paz solo llegará cuando adopten la verdad y el diálogo.

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05 jun 2015

Día del medio ambiente, ¿quién habla por la tierra?

Se conmemora un nuevo 5 de junio y el balance no invita, precisamente, a la celebración.En un verdadero juego de suma cero, el diálogo se ve desplazado por la imposición; las propuestas por la descalificación; los intereses de la Naturaleza, por mezquinas agendas propias.

El resultado es el bloqueo de una agenda que, hace tan solo un año, avanzaba decididamente hacia una reforma completa a nuestro Sistema de Evaluación Ambiental;  la preservación de los glaciares; el fomento del reciclaje y a la creación –después de casi 40 años- de un Servicio Público que vele por nuestras áreas protegidas y la maravillosa biodiversidad de estas tierras.

La vorágine de acusaciones, cuestionamientos a la moralidad pública y la irrupción de boletas y facturas en los lugares más insólitos y vergonzantes, probablemente ha contribuido a agudizar la sordera de todos a las quejas de la madre Tierra.

Pero, como no podemos y nos negamos a permanecer eternamente paralizados por la codicia e impudicia de algunos, tampoco es aceptable que se liquiden o posterguen las preciosas oportunidades que, aún tenemos para avanzar en la protección y preservación del patrimonio ambiental que nos regala la vida, tan solo por que nos creemos detentadores de algún tipo de verdad develada, nos arrogamos algún tipo de superioridad moral o, simplemente, por que no estamos dispuestos a dejar de lado nuestros propios dogmas, cuestionamientos y/o mezquinos intereses.

Seguir así, en nada ayudará a que nuestras gentes dejen de respirar toxinas, dejen de ser abrumados por elementos cancerígenos -día, tras día- o, a que los ciclos profundamente alterados de la naturaleza puedan, al menos, recomponerse.

Carl Sagan planteaba que existe una servidumbre ontológica, para todos los sistemas y para todos los seres, con la preservación de la vida y el medio ambiente que la hace posible, en todas sus increíbles y maravillosas formas.

Para lograr ese objetivo -quizás si la mas alta responsabilidad que nos legaron nuestros padres y que compartiremos con quienes nos sucedan- debemos buscar acuerdos, renunciar a sentirnos dueños de la verdad y asumir humildemente que, por legitimas que creamos nuestra representación social y/o política, solo somos voceros, no intérpretes de la voz de la Madre Tierra.

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05 jun 2015

Chile protege sus glaciares

Sin duda este sería el título perfecto para conmemorar el Día del Medio Ambiente, un país que se la juega por asumir su responsabilidad con los habitantes de su territorio y también de Sudamérica y el planeta, pues en el territorio nacional se encuentran más del 80 % de los glaciares de esta región.

También sería maravilloso que el gobierno finalmente se convenciera que proteger los glaciares es importante para Chile y el mundo, pues son ecosistemas valiosos como reservas de agua, los que además están permanentemente aportando agua a las cuencas y con ello ayudan a mantener ecosistemas y proveer de agua a centros poblados. Pero también que se les reconociera su importancia para el planeta en particular por su capacidad de morigerar los efectos del cambio climático.

Pero las cosas no son así, pese a que el 21 de marzo del 2014 la presidenta Bachelet se comprometió con una Ley de Protección de Glaciares, la propuesta del Ejecutivo deja mucho que desear, por decir lo menos es poco ambiciosa y nos deja en el mismo lugar en que estamos.

Es decir, protegiendo sólo los glaciares que están en Parques Nacionales, de hecho de los más de 24 mil glaciares catastrados por la Dirección General de Aguas, sólo 7.958 se encuentran en ellos.

La gravedad del proyecto del gobierno se agranda cuando identificamos por región donde están los Parques Nacionales que tienen glaciares y nos damos cuenta que en las regiones de Atacama, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins y Maule la superficie de glaciares protegidas por este proyecto es cero.  

Hay que tener presente que los glaciares que se encuentran en otro tipo de área protegida como reserva o monumento natural, no están amparados en este proyecto de ley. Por tanto,  hay más de 15 mil glaciares que el proyecto del gobierno no protege, siendo la zona norte y centro sur la más afectada y donde es más urgente lograr la protección absoluta de estos valiosos cuerpos de agua.

Otro dato alarmante y no menor es el presupuesto asignado a la protección del 80% de los glaciares de Sudamérica, sólo 400 millones de pesos al año, un presupuesto claramente insignificante.

Todo esto devela que no hay intención de proteger nada y por más que existan parlamentarios hablando de la importancia del proyecto del gobierno, el compromiso de la Presidenta y el gran avance que significa esta ley pues establece la figura de Reserva Estratégica, en mi opinión son sólo palabras que intentan confundir, pues en lo concreto para crear una Reserva Estratégica hay que meterse en la letra chica donde  se establece claramente que se deben hacer estudios , pero ¿cuánto demorarán estos?,  ¿quién los paga? la propuesta presentada no consigna esta plata, o sea en buen chileno no se harán y no tendremos más que un par de reservas estratégicas para no decir que esto fue un total fracaso.

También han hablado algunos parlamentarios de “invertir la carga de la prueba”, es decir declarar todos los glaciares reserva estratégica y el que quiera desafectarlos que pruebe que no deben tener esa calidad, entonces vienen más preguntas ¿quién va a pagar esos estudios?, ¿las mineras o el  Estado?, ¿quién va a dar garantías de que los estudios están bien hechos?

La verdad este es un lio, pues el proyecto de ley presentado por el Ejecutivo no resuelve problemas, más bien los crea, ya que confunde a las personas y también a los parlamentarios, también existirá uno que otros que se puede hacer el confundido.

Estamos a pocos días que se comience a discutir esta iniciativa y no hay ninguna claridad de hacia donde apunta el gobierno, pues en las palabras dice protección de glaciares y en los hechos “no gracias”. Esto traspasa el problema a los legisladores pues ¿cómo van explicar sus votaciones los diputados de las seis regiones donde no hay glaciares en Parques Nacionales?, los otros al menos tendrán la excusa que algo protegieron.

¿Quién les va a creer que detrás de esto no están las grandes mineras que quieren desarrollar sus proyectos en esta zona?, pues sólo basta ver hacia donde apunta el desarrollo minero de Chile y la agenda pro inversión.

Por suerte quedan algunos días para que votantes, gobierno y parlamentarios hagan un esfuerzo en comprender la importancia de proteger los glaciares, que nos pertenecen a todos, si la República Glaciar no dice otra cosa. Comprender que ellos no sólo tienen importancia para Chile, la tienen también para la región y para el planeta. Que tenemos la oportunidad en los hechos y no en los discursos o en los check list ante organismos internacionales, que Chile se la juegue verdaderamente por proteger un bien común, este sería ¡un gran regalo!

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04 jun 2015

Donde mueren los recuerdos

Las últimas semanas han traído consigo una suma de noticias, que lamentablemente se repiten año a año: personas que han fallecido en la calle, a causa de la hipotermia.

El frío coincide con la época en que comienzan las coberturas de los medios de comunicación sobre los distintos casos de personas que se encuentran precisamente en situación de calle; junto a esta visibilización, también se ha comenzado a implementar en todo el país el “Plan de Invierno para Personas en Situación de Calle”, del Programa Noche Digna del ministerio de Desarrollo Social, cuyo objetivo se orienta a la protección de las personas frente a las condiciones climáticas que se hacen notariamente más adversas en los meses del invierno.

Son muchas las organizaciones y los profesionales que nos hemos ido sumando e involucrando paulatinamente a esta importante tarea. Hace unas semanas, en una capacitación en Punta Arenas, donde nos preguntábamos qué era la calle y junto a ello, qué era la situación de calle, una de las respuestas fue brutal y clarísima: “es el lugar donde mueren los recuerdos”. Esto es devastadoramente cierto, muchas personas en situación de calle mueren e ingresan al Servicio Médico Legal como NN, y con ello, se pierde su historia, sus vivencias, sus emociones y sus sueños… Por ello, junto con la entrega de asistencia, este año debemos impedir que mueran los recuerdos.

El invierno coincide también con el inicio de las campañas de ayuda, tanto a las personas que palpan en lo cotidiano esta situación, como a las organizaciones que trabajan con ellas. Dentro del bombardeo de imágenes y frases que comenzarán a surgir, habrá que tener especial cuidado en que estas campañas busquen acercar esta situación de modo concreto y no situarlas sólo en imágenes (estremecedoras o esperanzadoras) que nos inviten a sumarnos desde lejos, a través de una donación.

El desafío debiera ser invitar a cada quien a sumarse en la construcción de una sociedad donde la situación de calle no es tolerable, invitar a reconocer en la situación de calle una realidad cercana, que nos toca, nos afecta y, por qué no, que también nos puede llegar a suceder.

Reconocer que esa persona en la imagen de los afiches y los anuncios pidiendo ayuda es la madre, padre, hijo o hija de alguien, que en definitiva es una persona, igual que yo.

Reconocer que detrás de cada persona que muere de hipotermia en la vía pública existe una historia de muchos años de abusos, vulneraciones, depresiones, sufrimientos, que culmina de esta manera dramática; que detrás de problemas como el consumo de alcohol y drogas, hay años de dolor que no se han podido mitigar.

Los meses de otoño e invierno son sinónimo de oportunidad para hacer visible la situación de calle y, a partir del Plan de Invierno, somos muchas las organizaciones, trabajadores y trabajadoras que estamos ininterrumpidamente luchando para que las personas en estas circunstancias no mueran, y puedan contar con un servicio de asistencia y alojamiento de alta calidad y dignidad a lo largo de todo Chile.

Pero en esta labor también subyace la oportunidad de sumar un nuevo objetivo, uno más sustancioso y menos reactivo, humanizar la situación de calle. ¿De qué estamos hablando?Humanizar es darle nombre y rostro real a la situación de calle, levantar y dignificar las historias de vida que están detrás de cada persona, y buscar una verdadera superación a raíz de esta valoración individual.

Sumarse a este desafío es reconocer a todas las personas como iguales, y colaborar concretamente en construir una mejor sociedad. Más allá de la emergencia, de la mediatización, de la visibilidad y las campañas, en la calle hay personas por las que luchar, por las que mantener vivos los recuerdos.

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04 jun 2015

Los golpes del amor

Quizá la palabra golpes, en el caso de este título, no sea la más adecuada de usar, sino que sólo lo hacemos para asumir la fuerza y luminosidad que éste tiene en todos los ámbitos de la existencia.

Comencemos por el principio, desde la concepción misma del ser humano, en donde se dan carreras biológicas para llegar a un buen fin y germinar el fruto de la relación entre hombre y mujer. Un hijo, una hija, sanos, enfermos, con capacidades diferentes, robustos, risueños o llorones, lindos o feos.

Nace un ser humano después de fuerzas tremendas que golpean la conciencia de la madre, del padre cuando está presente, de los que ayudan, de los que esperan o desesperan. Es un ser que se debe integrar, como la mayoría lo hace, a la especie humana, a nuestra civilización, como ha habido miles de miles que se han acoplado a la madre naturaleza y la madre comunidad, aceptando sus desafíos, aprendiendo sus costumbres, usos, valores y normas, en general.

Llega el momento de la niñez, la escuela y los amigos, las enfermedades conocidas y las desconocidas, las primeras experiencias de la existencia con los otros que nos marcan de manera indeleble durante el resto de nuestra existencia. La escuela nos guarda sorpresas que no comprendemos en una primera mirada.

Ella es y ha sido durante ya dos siglos, a lo menos, la tutora de la formación de las nuevas generaciones. Ella nos golpea y nos limita a sus propios límites, impuestos por la sociedad en su conjunto. Nace la cultura escolar, el curriculum abierto u oculto, las escasas nuevas formas pedagógicas de la didáctica, la creencia secreta de que las Tecnologías de la Información y Comunicación  lograrán zafarnos de los problemas humanos que se dan en toda relación pedagógica entre profesores y alumnos.

Se mantiene, sin embargo, el desafío para los profesores de ser “modelos” de los niños y jóvenes que educan o forman o adiestran (pues tenemos profesores para esto y mucho más), en donde los golpes, la mayoría de las veces “golpes de amor”, se transforman en golpes de autoritarismo, exclusión, sumisión, falta de creatividad, innovación o emprendimiento, a los cuales se les ponen límites poco usuales en lo que se desea como una sociedad abierta y transparente.

Y así pasan los años con rapidez. El trabajo, el éxito o los fracasos, la imposibilidad de ser lo que soñábamos se haga realidad, el desarrollo de la familia propia, el ser padres, apoderados, compañero, jefe o subordinado. Pasan los años sin que nos demos cuenta y vivimos, como todos los seres humanos, llenos de virtudes y defectos.

Y en este camino de ir viviendo cotidianamente, con nuestras virtudes y defectos, sentimos la luminosidad de los golpes de amor y también aquellos de odio, envidia, rabias y resquemores.

La vida se nos llena, a unos más y a otros menos, de satisfacciones Unas grandes, especialmente cuando somos nosotros los que hemos dado golpes de amor en abundancia y otras pequeñas, cuando no le hacemos mal a nadie, pero tampoco hemos dado casi nada de nosotros mismos, como seres humanos.

Por eso hay profesiones que son “profesiones de golpes de amor” en las cuales no es posible ser bueno o excelente en la misma, si es que no tenemos este objetivo y medio como connatural a nuestro desempeño.

Quien no tiene el servicio como uno de los objetivos esenciales para su propia existencia, está condenado a recibir poco amor, ser tratado con indiferencia. Por eso los seres humanos que sirven son siempre bien recordados, quizá sin grandes pompas y fanfarrias, pero se recuerdan en lo más profundo de nuestros corazones.

Quizá ese es el justo pago por ser bueno, ya que es un pago que nace desde lo más profundo del agradecimiento. Este es, sin duda, un duro golpe de amor que debe siempre gratificar a los que acompañaron a los hombres buenos, pues supieron aquilatar en toda su dimensión los golpes dados, suavemente y con sabiduría, por aquellos que se han ido.

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04 jun 2015

¡Plebiscito ahora!

En Chile no existen leyes para crear una Constitución, solo hay normas para reformar pero no para elaborar una nueva. Por tal motivo, corresponde recurrir al pueblo para dar su veredicto y envolver de legitimidad el proceso constituyente.  Es decir, a falta de leyes, la única manera de darse una nueva constitución es dotando al órgano constituyente de la legitimidad necesaria.La clave consiste en  que el pueblo – como titular de la potestad constituyente originaria – defina el mecanismo. Legitimidad con legalidad, ésa es la fórmula.

Es de vital importancia y absolutamente necesario que esta legitimidad sea más allá de toda duda. ¿Y por qué es necesario esto? Porque fortalece el reconocimiento social a las leyes y su cumplimiento, promueve mayor cohesión político social, fortalece las instituciones y mejora la capacidad de acato normativo y de convivencia en sociedad, no debiendo recurrir a la fuerza para lograrlo. Permite el reconocimiento ético moral a la norma y esa fuerza legal proviene de la legitimidad de la decisión popular.

Si existiera hoy un proyecto de reforma constitucional que reformulara toda la Constitución, sus normas de tramitación tendría que ser las de la actual Constitución, sus normas de quorum, serían las de la actual Constitución y sus normas de control de constitucionalidad, serían las de la actual Constitución. Se ha propuesto que esta hija de la Constitución de 1980 sea validada mediante plebiscito al final del proceso, el que solo sería una solemnidad.

Como crítica a dicha propuesta corresponde afirmar que los actos jurídicos son lo que son, no lo que dicen que son y así, un trámite de estas características significaría hacer algo que la Constitución no tiene previsto, que es ser reemplazada.

Por su lado, el Tribunal Constitucional, órgano que vela por la vigencia de esta Constitución y no de otra, no podría pronunciarse sobre la constitucionalidad de estas nuevas normas constitucionales porque sería vivir en un caos toda vez que el control de constitucionalidad que le reserva la actual constitución, solo sirve con ella y no para otra. Tendría que declararse incompetente e indicar que esta Constitución no prevee la realización de este tipo de iniciativa.

Y resulta totalmente cuestionable que el Congreso se arrogue la potestad constituyente derivada cuando no le ha sido derivada. Según la Constitución, el Congreso crea leyes, no Constituciones y para que  pueda crear constituciones, debe derivársele esa potestad, que, como ya se dijo, no le ha sido derivada. La Junta Militar también se arrogó la potestad constituyente por decreto y es ese hecho el que hace que la Constitución de 1980 este envuelta de ilegitimidad de origen.

Una constitución creada a partir de esta interpretación inadecuada del capítulo XV de la Carta de 1980, no podría nunca zafarse del estigma de no contar con la potestad constituyente derivada y este enredo refleja claramente que dicha alternativa no es institucional.

¿Qué hacer entonces?

Hay que reformar la Constitución facultando al Presidente para convocar a plebiscito. Esta reforma debe ser redactada de manera amplia como para permitir que el soberano pueda decidir tanto el órgano constituyente como poder luego pronunciarse sobre el texto propuesto por dicho órgano. Esto implica modificar solo el art. 32° de la Constitución de 1980. Éste sería el chasis del asunto.

Esta proyecto de Reforma constitucional debe ser presentado ahora para realizar el plebiscito para consultar al soberano sobre el órgano constituyente en septiembre 2016.

En el intertanto, sería necesario legislar una norma sobre proceso constituyente que establezca las reglas generales para llevar a cabo dicho proceso en cualquiera de sus variables, ya que el resultado de este plebiscito es incierto.

Lo anterior permitiría institucionalizar el proceso, que pareciera ser la inquietud más grande de algunos y daría reglas conocidas y tramitadas antes del Plebiscito para que los ciudadanos puedan conocer el modo en que participarían del proceso y decidir conforme a ello. Esta norma debe contemplar tanto la realización de una Asamblea Constituyente como el trámite en manos del Congreso y cualquier otro.

De esta manera, nadie podría decir que no es institucional ni participativo, ni menos ilegítimo, afirmaciones que en la actualidad sí se pueden hacer.

Igualmente, este tiempo permitiría desarrollar actividades, realizar debates, recoger opiniones y desmitificar los cambios venciendo el miedo con educación, movilización y concientizando. Básicamente sería ponerle ruedas al asunto.

Quienes creemos que la nueva Constitución debe ser antecedida por una AC, debemos asumir que la coherencia de este planteamiento estará dado por el origen de la propia Asamblea, el que no puede provenir de un decreto presidencial. De hecho, quienes han planteado alternativas de uso de la potestad reglamentaria o el empleo de otra herramienta semejante de la actual normativa, han sido rebatidos con opiniones sólidas porque nuestro actual ordenamiento favorece a éstos últimos. Es decir, el camino no debe ser convocar simplemente a una AC.

Ahora bien, una modificación constitucional que permite convocar a plebiscito podría traducirse en una consulta al pueblo – siempre vinculante porque son plebiscitos – sobre la convocatoria a una AC como única alternativa, con una respuesta de Si y No. Ésta podría perderse, terminando no solo en la derrota de la AC, sino de la nueva Constitución misma.

La alternativa para distinguir el bosque de los árboles, es plebiscitar la elección del órgano constituyente. Esta consulta es la única que garantiza que el resultado sea una nueva Constitución y quienes apoyamos la realización de una AC, debemos abocarnos a la tarea de convencer. Eso es lo que dará legitimidad de origen a la propia AC y asegurará que esta opción gane.

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04 jun 2015

Democracia chilena, ¿qué podemos esperar?

De acuerdo a los estudios que realizamos en la Escuela de Administración y Economía de la Universidad Católica Silva Henríquez, entre las personas vulnerables de Santiago*, 7 de cada 10 sienten que su opinión no es considerada por sus autoridades comunales y tampoco se sienten representadas por su alcalde ni por sus concejales, siendo estos resultados parte de los más negativos en los 12 años de esta investigación, la cual se efectúa desde 2003 y que ha comprendido cuatro gobiernos diferentes.

Además, 8 de cada 10 de estas personas no se siente representada por los senadores de su circunscripción ni por los diputados de su distrito. Por su parte, 69% piensa que su opinión tampoco es considerada por las autoridades del gobierno actual y 63% no se siente representada la Presidenta de la República. Ambos resultados son los más negativos desde 2003, superados sólo en algunos años del gobierno de Sebastián Piñera.

Frente a este cuestionamiento a la democracia chilena, que no surge con los casos más recientes de presunta corrupción como algunos tratan de sostener, pero que sí se viene acrecentado con el paso del tiempo, hemos escuchado todo tipo de propuestas para recuperar la credibilidad y confianza de la ciudadanía en nuestra democracia. Pero, quisiera detenerme en una de ellas, ya que quizás no cambie estas percepciones negativas, sino que por el contrario, las aumente.

Se ha planteado, con creciente insistencia, la necesidad de que el Estado (para ser más preciso, todos los que pagamos impuestos en Chile), financie la actividad política para terminar con la relación perversa entre los negocios (el dinero) y esta labor, reconociéndose que esta medida puede ser impopular, pero asegurando al mismo tiempo, que es imprescindible.

Frente a ello, surgen múltiples dudas, desde su legitimidad moral hasta su efectividad. Por ejemplo, el financiamiento al margen de la ley o la corrupción que eventualmente hay en las actividades de los políticos, que podría ser un problema ético o legal originado por ellos, se solucionaría asignándoles parte de los siempre escasos recursos públicos en desmedro de hacerse cargo de múltiples necesidades y urgencias de la población como, por ejemplo, mejorar la calidad de su atención de salud, de su educación, de la seguridad pública o de brindar mejor calidad de vida a la tercera edad, por mencionar solo algunas.  En este caso, la propuesta es que los platos rotos los paguemos todos los demás.

Por otra parte, cabe preguntarse ¿qué tan legítimo sería que con los recursos de todos los chilenos se financie el funcionamiento de éstos partidos, la formación de los futuros políticos, sus carreras y sus campañas para lograr que sus ideales y propuestas, presuntamente en pos del bien común, lleguen al poder democrático?

Al respecto, algunos alcances, esto es como crear ONG’s, financiadas por el Estado (todos los que pagamos impuestos), con una especie de funcionarios políticos pensando en el bien del país, pero a la luz de la historia reciente, más bien parece que piensan en sus ideales personales y partidistas. No nos engañemos, un objetivo central de todo partido político y personaje político es alcanzar el poder, camino natural para lograr que sus ideas contribuyan de manera decisiva al bien común.

Pero, ¿dónde están las propuestas de proyecto país que generan desde lo más profundo de sus ideales y principios en pos del bien común? La mayoría de las propuestas que se escuchan distan de esto, otras son adaptaciones de lo que se ha hecho en algún país ‘más desarrollado’. (Presumiendo, que son mejores que las que podríamos generar nosotros mismos o países ‘no – OCDE’).

Entonces, ¿se podrá recuperar la credibilidad y la confianza de las personas en la institucionalidad con este tipo de medidas?, ¿cómo pretender que las personas estén de acuerdo con este tipo de propuestas?, ¿es este el mejor momento para plantearla?

Los resultados de nuestros estudios señalan que las personas vulnerables demandan más democracia, pero una que sea participativa, no sólo electoral. A pesar de que están conscientes de lo necesario que son los partidos políticos, sienten que la clase política no los representa, donde muchas veces los candidatos elegidos asumen sus mandatos ciudadanos como ‘cheques en blanco’ para actuar por sí o en función de los intereses de sus partidos, de sus coaliciones políticas o en respuesta a aquellos que tienen mayor capacidad para ejercer influencias en su actuar, desconociendo con ello que su función es representar a sus electores.

¿Por qué nuestras autoridades no impulsan un proyecto de ley que permita a la ciudadanía revocar los mandatos de los cargos de elección popular? La mayoría de estas personas vulnerables coincide que en Chile debieran existir los plebiscitos y sus resultados debieran ser vinculantes legalmente, tanto para decisiones a nivel nacional, como regional y comunal, además piensan que esta herramienta debiera usarse para aprobar leyes relevantes como podría ser una sobre la pena de muerte.  

Junto a esto, demandan que diversas autoridades del país sean elegidas por la población, y si bien, no hay un consenso mayoritario sobre cuáles, las primeras mayorías son para los ministros de Estado, intendentes regionales y gobernadores provinciales, que se preocupen por las necesidades de la gente.

Contra estos datos, que también se reiteran en estudios de otros centros de investigación, dado que la democracia no es un abstracto, pareciera que tenemos una clase política adolescente, que se comporta, algunas veces, de manera impulsiva, poco transparente, incoherente, inconsistente, no asumiendo públicamente sus ‘errores’, con posturas y acciones erráticas, generando cada vez más expectativas en la población con anuncios genéricos de todo tipo (aún sin estar en un período de elecciones), los que tienden a generar más y más frustración.

Esto puede generar consecuencias complejas, ya que con el voto voluntario se corre el riesgo que cada vez menos personas acudan a votar y, si bien los candidatos pueden resultar válidamente electos desde la perspectiva legal, pueden no tener la legitimidad social necesaria  para impulsar los cambios que requiere el país. 

*Por la línea de ingreso per cápita utilizada para definir el universo en esta investigación, cubre cerca del 60% de la población de Santiago (sexto decil) de acuerdo a la encuesta Casen.

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