24 jun 2013

Debates, ¿qué debatir en cultura?

La realización de diversos foros de candidatos presidenciales en televisión ha revelado una cierta demanda del mundo de la cultura porque ésta aparezca mencionada o, mejor, discutida, en tales cenáculos. No era difícil prever que tales aspiraciones, junto con ser improbables, devolvieran la pregunta.¿Debatir sobre cultura? ¿Cuáles serían los temas?

De los incumbentes, seis presidenciables, sólo uno ha presentado lo que podría llamarse un Programa cultural, otro ha esbozado ideas en un par de temas -patrimonio y lectura- y los otros cuatro aún no se han pronunciado al respecto.

Es verdad que los grandes temas que concentran a los equipos posiblemente gobernantes son la reforma educacional y su financiamiento -vía reforma tributaria- junto con cambios constitucionales que parecen inevitables.

Frente a encrucijadas tan poderosas, parece ingenuo pensar que resolver las carencias del Fondart o las futuras programaciones de los recientemente construidos centros culturales vayan a ocupar algún segundo de los escasos disponibles en TV.

Mucho menos las disquisiciones sobre el proyecto de un eventual Ministerio que parece hacer alcanzado el difícil consenso de que es insuficiente y que, en el mejor de los casos, está impregnado del gobierno saliente, por lo que no debiera ser bandera principal de algún aspirante a reemplazarlo.

Por tanto, la tarea del mundo cultural está en cómo se explicita cuánto de cultural tienen las grandes propuestas para la próxima administración. Es una misión intersectorial.

Desde luego, en el terreno educacional, hay muchísimo que hacer. Cómo se refuerzan, en las reformas que vienen, la formación de audiencias desde la más temprana infancia y cómo jardines de infantes, escuelas, liceos y hasta universidades imparten formación en las artes, la apreciación de las mismas y creación de hábitos de consumo cultural. Sin desconocer el rol indispensable de las universidades públicas en la formación de artistas.

Lo mismo puede decirse de la socialización informal que imparte cotidianamente la TV y cómo el Consejo Nacional que debiera regularla, junto a la oportunidad de la televisión digital, se allanan a ser aliados en esa imprescindible creación de audiencias sensibles a producciones de calidad artística y cultural que llegan a la población por todo tipo de pantallas.

La multiplicación del tiempo al que la ciudadanía está expuesta a pantallas de cine, TV, teléfono o computador y sus variedades cada vez más “inteligentes”, debe ampliar la mirada de las políticas culturales hacia una producción audiovisual, en viejos y nuevos formatos, que dispongan de contenidos culturales diversos y atractivos.

Tal diversidad está necesariamente vinculada a la incorporación de los pueblos indígenas, su cultura y sus lenguas al uso corriente del concepto de herencia multicultural que deberá impregnar una nueva fase.

Por tanto, también en el terreno de una eventual reforma constitucional será posible distinguir contenidos culturales no sólo en el ámbito de los pueblos indígenas sino además en el de los derechos culturales de cada ciudadano, que debieran llegar a ser elevados al alto rango de la carta fundamental.

Y de paso, una “des-binominalización” del sistema político facilitará la incorporación de una nueva diversidad en instancias rigidizadas por el sistema político binominal vigente, como son el Consejo Nacional de TV o el Directorio de TVN.

Una vez establecido el sueño, es decir, definidos programáticamente los caminos para intentar cambios constitucionales, establecidos los mecanismos de una convivencia provechosa entre cultura y educación formal e informal y entre cultura y pueblos originarios, podrá el mundo de la cultura abordar -en ese marco- lo que desde hace una década tenemos en institucionalidad y práctica cultural, que por cierto tienen mucho por perfeccionar.

Aunque nunca tanto, como para ser “carne de debates”.

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24 jun 2013

Votar en las primarias para asegurar los cambios

A días de las primarias presidenciales, la primera incógnita es cuantos serán los electores que concurrirán a ella y, por tanto, dilucidar si las primarias han adquirido legitimidad y son vistas por los ciudadanos como una ampliación efectiva de la participación ciudadana en un sistema político cuestionado justamente por las restricciones impuestas por el binominal y por la escasa disposición de los partidos a colocar sus cuotas de poder en manos de las decisiones ciudadanas.

La experiencia internacional muestra que en las grandes primarias participa algo más del 10% del padrón de electores, lo que en Chile equivaldría a una cifra de alrededor de un millón trescientas mil personas, cifra relevante si tenemos en cuenta la alta abstención en las últimas elecciones municipales.

De la concurrencia a la primaria depende, en gran medida, el resultado de ellas.

Si es masiva, la Nueva Mayoría puede doblar la cifra de electores de la Alianza de derecha y con ello construir una señal de fuerza significativa hacia las elecciones de noviembre. Si es masiva, ello favorece una alta votación de Bachelet, viabiliza la disputa por el segundo lugar entre Orrego y Velasco y , dado que disminuye en ambos sectores el peso de la votación partidaria y del “acarreo” ello aumenta la incertidumbre en la derecha, da una presunta ventaja a Allamand, aunque está por verse la capacidad del candidato de RN para movilizar a estratos más amplios de la derecha frente a la poderosa maquinaria militante, parlamentaria y de alcaldes de la UDI que apunta a sus nichos populares pero también al voto pinochetista, cívico y militar.

Hasta ahora la performance de los candidatos presidenciales está determinada por el escollo de las primarias.

Los debates han servido para mostrar que en la derecha no hay hoy un candidato con posturas liberales que como ocurrió con Piñera apelara en su campaña al cambio.

Los planteamientos de Allamand y de Longueira han sido extremamente conservadores, orientados al electorado de derecha dura, a dar garantías al mundo empresarial, a la defensa del modelo económico incluso en las AFP e ISAPRES tan cuestionadas por los chilenos, a la mantención de la actual Constitución y del binominal, a la defensa del lucro en la educación e incluso al mantenimiento de los símbolos de la dictadura.

Los candidatos de derecha no asumen y parecen no comprender el nuevo ciclo que se ha abierto en el país y las mayores exigencias y protagonismo de una sociedad civil que quiere cambios más de fondo y mantienen un discurso de continuidad del modelo neoliberal, muy conservador en lo valórico y de preservación de las restricciones democráticas del actual sistema político.

Sorprende que la derecha no perciba que el movimiento social y ciudadano que se expresa en la calle ha impuesto y puede imponer aún de manera más incisiva al mundo político, su agenda.

No vincula que lo ocurre en diversos países del mundo con grandes protestas masivas que ya parecen sin retorno, se producirán también en Chile si la clase política no da pronta respuesta a las exigencias de una sociedad que no acepta el abuso, las desigualdades, la inequitativa distribución de las riquezas, la falta de participación, la destrucción del medio ambiente, la corrupción, los límites impuestos por una minoría conservadora a la posibilidad de que las personas resuelvan por sí mismo los temas relacionados con sus propias vidas.

El panorama político – electoral es complejo para la derecha porque con su actual discurso, y de mayor manera si el candidato triunfador en la primaria fuera Longuiera, ello abre posibilidades a que una candidatura como la de Parisi capte, como ya se percibe en las encuestas, una proporción más significativa de los adherentes tradicionalmente de derecha y con ello divida frontalmente el voto del sector debilitando la opción del candidato presidencial de la Alianza que emerja de la primaria.

En la Nueva Mayoría las cosas son más claras por la enorme centralidad política que tiene Michelle Bachelet. Como bien dice el cientista político Ernesto Ottone, el nivel de apoyo que ella tiene en la sociedad es el factor que en buena medida mantiene soldada la actual estructura de un sistema político que de lo contrario se habría dispersado en un sin fin de candidaturas y alianzas que podrían haber sido distintas a las que nos han acompañado desde el inicio de la transición.

No hay duda que se han bachelitizado no solo los temas de la campaña sino toda la agenda política y que el debate gira en torno a sus anuncios programáticos frente al vacío de propuestas de cambio de los candidatos de la derecha – que han respondido montando una trasnochada campaña del terror sobre los anuncios de Bachelet – y de la falta de repercusión real que han tenido los proyectos de los otros candidatos de la Nueva Mayoría en los medios y en la sociedad.

Sin embargo, que el panorama sea más claro en la Nueva Mayoría, no significa que no tenga complejidades.

La primera de ellas es salir de la imagen de una supuesta izquierdizacion de Bachelet y de su programa de gobierno. En el fondo las propuestas de Bachelet en el plano político dicen relación con dar legitimidad democrática a la Constitución y generar, dentro de la institucionalidad y de la manera más participativa, una nueva Constitución en la cual se sienta representada toda la sociedad chilena.

No tiene nada de “izquierdismo” terminar con los quórums en la Constitución que están destinados a preservar el autoritarismo, ni el cambiar el binominal, ni el lograr que la Constitución sea efectivamente resuelta por una mayoría democrática y no por cuatro generales. Son más bien medidas liberalizadoras que una derecha carente de reales valores y reglas democráticas ha impedido modificar en estos años.

Tampoco es “socialista” una reforma tributaria que toca a las grandes empresas que en Chile pagan menos impuestos que en toda América Latina y en la OCDE y que está destinada a crear un sistema educacional gratuito, integrador y de calidad, que es la mayor inversión que puede hacer un país en su futuro.

La segunda es lograr, después de la victoria del 30 de junio, componer un sólido acuerdo político y programático con todos los sectores que se expresan en las candidaturas de Velasco, Orrego y Gómez y transformar la Nueva Mayoría en un verdadero pacto de gobierno que reúna partidos y sociedad civil y que tenga definiciones claras que estén en sintonía con las aspiraciones de la ciudadanía.

Es cierto que en los debates no se han expresado diferencias esenciales entre los candidatos de la Nueva Mayoría. Es evidente que la amplitud del triunfo que puede obtener Bachelet en las primarias afirma también sus convicciones programáticas y hace que muchas de ellas sean la línea a seguir por el próximo gobierno.

Pero es claro que si se quiere concordar una Nueva Mayoría con capacidad de gobernar habrá que escuchar a todos y que el programa definitivo de la candidata surgirá también de un compromiso con todo su bloque político y, como ha insistido Bachelet, con la ciudadanía.

Lo importante es que las primarias sean un hito democrático, que la sociedad que expresa malestar y que exige cambios vote y otorgue una mayoría sólida para que estos objetivos se abran paso en las elecciones de noviembre.

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24 jun 2013

¿Qué es real en el país de las maravillas?

No digas lo que viste en el espejo. No tendrás poder.(Charly García).

Como siempre lo he sostenido, (en las pocas aulas en que me han aguantado o en el hospitalario ciberespacio), la literatura suele reflejar de modo inesperado y esclarecedor el mundo en el que habitamos, aún aquella que surge de la más extraordinaria fantasía.

En un intento, algo desesperado, la élite se ha propuesto imponernos el vistoso cuadro que nos representa como el extraordinario Chile de las oportunidades, un benigno climaterio de negocios de los que brotarán por arte de magia millones de empleos bien pagados, un palacio estable, ordenado, a diferencia de las mediaguas picantes de nuestros vecinos, para que todos vivan felices y contentos, (bien separados unos de otros eso sí), dirigidos por una clase política civil y educada que no debate nada con pasión o convicción, porque, en el fondo, están muy de acuerdo, todos invierten en el mismo negocio y comen juntos los domingos.

Ante este fantástico escenario colorinche y chillón, no puedo dejar de pensar en el divertido contrapunto que me ofrece la saga de Alicia en el país de las maravillas, ese par de alucinadas novelitas que fluyó de la inmortal imaginación matemática de Lewis Carroll.

Este certamen de graciosos absurdos recorrido por una niñita tiernucha y pedante me parece la radiografía perfecta del Chile-camino-al-desarrollo y sus pintorescos personajes tienen un curioso correlato con muchas voces que tanto se destacan en nuestros medios, tan ávidos de sus caretas y exabruptos así como tan mezquinos para con tus inquietudes y las mías.

Estoy seguro que Carroll estaría encantado con las primarias, la versión criolla del duelo republicanos y demócratas que puebla la actual agenda de los medios, se reiría de las burdas declaraciones que unos y otros se despachan gratuitamente, hueros lugares comunes salpimentados de estudiados gestos para la cámara, de sus intenciones barruntadas a quien quiera oírlos, y que tan rápido se diluyen en la inanidad de sus acciones, mientras el Chile real, hace rato, continúa planteando claras demandas de cambio y reforma, a la par de las hastiadas multitudes de Brasil, Turquía, Grecia, Bangladesh y cada vez más países del orbe.

La voz colectiva no deja de hacerse oír, historiadores y sociólogos varios preparan, suponemos, páginas en blanco para consignar el paso real hacia una nueva era, pero… ¿qué hace la élite?Vivir en su propio país de las maravillas.

Desde el olímpico desprecio hasta la actitud del calamar o el avestruz, ante este Chile callejero y “gritón”, (como dice un palurdo ilustrado, frecuente opinólogo político y candidato a algo) no cesan sus más preclaras figuras de desplegar toda serie de estratagemas para obliterar, o al menos asordinar, ante sus electores, el ya ensordecedor clamor de millones.

Aparecen así, extrañas actitudes y complots.Las tortuosas comisiones de los partidos para debatir la generación de mecanismos que no conducen a nada me recuerdan la ridícula carrera en comité de los animales que casi perecen ahogados en el mar de lágrimas provocado por Alicia, la retórica vanidosa del célebre huevo que está a punto de caer de un muro prefigura a varios de nuestros postulantes a La Moneda; la salmodia de varios honorables me remite a la canción sosa de la Morsa y el Carpintero que sólo busca devorar a las cándidas ostras.

El juicio del robo de las tartas, que antecede el dictamen a los cargos, hace pensar al lector en nuestra errática justicia, celosa del correcto procedimiento, negligente en hacer precisamente aquello para lo que fue creada: justicia.

La ruidosa casa en la cual un niño sucio llora sin consuelo mientras la cocinera le arroja platos a la indiferente duquesa ilustra cualquier día en el congreso. En fin, llenaría páginas y páginas con más ejemplos y nuestros líderes de la no opinión nos los surtirían generosamente.

Si le parece una lesera lo que digo, desocupado lector, revise las dos novelas protagonizadas por Alicia, las ilustraciones de Sir John Teniell para ambos libros (que reemplazaron, afortunadamente, los tenebrosos dibujos del propio Carroll) se basaban en los políticos de la era victoriana.

Más problemático aún es el saldo de la discusión. Quienes gobiernan exaltan este vertiginoso país de las maravillas, donde el abuso es regla y la generosidad una excepción, donde la educación es considerada un bien de consumo, la gente se jacta de su ignorancia y se rinde culto a la ambición salvaje y el aplastamiento del otro, devenido en rival, en competencia.

Donde el crecimiento ilimitado de unos pocos se basa en la explotación y bancarización de demasiados. De este modo, los slogans y prejuicios impuestos por el poder de los que pagan se impone como la verdad última, lo real se diluye en este carrusel neoliberal y un concierto histérico donde nadie se escucha reemplaza la sensatez que se nos promete.

Alicia recorre un mundo errático donde solo encuentra el desdén, la grosería o el absurdo como respuesta a sus preguntas, ella misma acaba volviéndose tan abstrusa y despectiva como sus insoportables interlocutores. Ser amable, honesto y justo es el verdadero absurdo en el Chile de hoy. O te pliegas con entusiasmo o cinismo calculado a la merienda de los locos o al partido de croquet de la reina de corazones. ¿Es eso lo que debemos elegir?

Escribo estas líneas no como una caricatura anarquista gratuita, sino como una necesaria advertencia, también soy elector, como muchos de los que vivimos en la realidad creada precisamente por la gestión de nuestros dirigentes, ¿no sería bueno que ellos volvieran de una vez por todas su mirada hacia el otro lado del espejo?

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24 jun 2013

Excelente inicio

La “rojita” sub 20 de Chile derrotó al campeón de África, Egipto, y quedó a un paso de seguir a los octavos de final de la Copa del Mundo de su categoría, que se está jugando en Turquía, y encabeza su grupo. El miércoles juega con Inglaterra, que empató a uno con Irak, los otros rivales del grupo.

En los primeros siete minutos del partido Nicolás Castillo tuvo tres ocasiones de anotar y las desperdició, en especial, en un córner desde la izquierda que cabeceó por sobre la defensa rival solo frente al arquero Awad Mohamed y desvió. Marcando desde el comienzo y atacando por las puntas Chile pudo así sorprender al fuerte y ordenado campeón de África.

A partir de ese instante los africanos empezaron a inquietar y aprovechando un mal pase hacia atrás de Castillo se pusieron en ventaja a los 9 minutos, cuando el hábil y veloz puntero derecho Ali Kahdabra ganó la espalda del defensa chileno Cristian Cuevas y con fuerte disparo hizo estéril la salida del arquero Melo.

Pese a la temprana conquista, y el poderío del rival, Chile no se vino abajo y por el contrario, equilibró demostrando que le hizo muy bien el intenso ajetreo nacional (triunfos ante los primeros equipos adultos de Palestino y Unión La Calera, empate ante la U. Católica y derrota con O’Higgins), e internacional, previo al comienzo en Turquía, victorias frente a Uzbekistán, Malí, Uruguay y Australia y empates frente a Paraguay, Uruguay, El Salvador y España y derrota con Colombia.

A los 24 minutos Chile pudo empatar cuando tras sucesivos tiros de esquina, en uno de ellos Castillo convierte tras disparos de Henríquez, Rabello y Maturana. El primer tiempo se igualó a uno sin mayores apremios para el arquero nacional.

Más, ya había empezado a asomar deficiencias nacionales acentuadas como la debilidad en la marca de Cuevas que casi provoca el segundo gol de Kahdabra. También la poca fortaleza y decisión defensiva de Robles, defensa central por la izquierda, dejando a ese sector muy debilitado.

Asimismo la mala ubicación de Henríquez como puntero derecho y no cerca de Castillo, quien no contaba con apoyo y finalmente que Maturana ni Rabello tomaban el liderazgo en el mediocampo, facilitando el trabajo de los egipcios que salvo su anotador no mostraban otro atacante de peligro.

Afortunadamente, el DT Salas hizo las justas modificaciones. Sacó a Henríquez que mostraba dificultades por el estado febril que lo había aquejado la noche anterior, cambiándolo por Bravo. Reemplazó también a Martínez por Hernández para mejorar el mediocampo y a Huerta por Robles. Gracias a ello, Chile consiguió el gol del triunfo, a los 76 minutos por obra del recién ingresado Bravo y poco antes que Cuevas fuera expulsado por falta fuerte e innecesaria contra un atacante rival.

Los cambios significaron un mayor orden en el equipo, que debió prodigarse mucho más durante 15 minutos por la expulsión de Cuevas, y que lo soportó sin problemas.

Un triunfo, que en caso de repetirlo ante Inglaterra o Irak le significará a Chile el paso a los octavos de final del torneo.

Al técnico le servirá para corregir sus errores, como ubicar de marcador de punta a un especialista como Larenas, y dejar a Cuevas como reemplazo de volante o puntero izquierdo.

También contar con Henríquez en mejores condiciones, colocándolo junto a Castillo, ubicando a Bravo en posición de puntero derecho, exigiendo a Rabello, Fuentes, Martínez y Maturana un mayor protagonismo en el mediocampo, para crear mayores inquietudes en ataque.Reponer la defensa central conformada por Lichnovsky y Huerta, que era el titular.

Frente a Inglaterra no tendrá mucho tiempo porque juega el miércoles, pero será suficiente para enfrentar a Irak el próximo sábado. La victoria sobre Egipto, por sus pergaminos y trascendencia es un gran estímulo para pasar a la otra fase.

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23 jun 2013

Vamos todos juntos a votar

Espero nunca olvidar esa pareja de ancianos que cruzaban la calle Chacabuco de Concepción, rumbo a su recinto de votación. Era el mediodía del 5 de octubre de 1988.Para mí era la primera vez que votaría, para esos ancianos quizás la última. Me impresionó hondamente su indumentaria. Vestían con gran dignidad unos humildes trajes de domingo. El caballero de corbata y terno gris, ella de vestido largo. Iban a participar en una ceremonia republicana y se habían vestido y preparado para ello.

Desde los albores de nuestra nación nuestros antepasados han hecho votos pidiendo la bendición divina o en expresión de gracias. Los Libertadores hacían solemne profesión de votos al iniciar cada campaña militar. Y consolidada nuestra república, los chilenos se habituaron a resolver sus conflictos y diferencias mediante el voto libre, secreto y crecientemente universal.

Quienes hablan mal del acto de votar y ensalzan la abstención cometen un grave error. Pues decir nuestro dictamen mediante la silenciosa voz de nuestra conciencia que se convierte en un voto constituye un acto de inapreciable valor civilizatorio, civil, cívico. Se trata de un instrumento central de nuestra historia republicana y democrática. Detrás del sencillo expediente de depositar una papeleta marcada en una urna se escoden conquistas inapreciables de la humanidad.

En primer lugar cuando votamos contamos cabezas y no cortamos cabezas.Esto parece central. Por muy graves que sean nuestras diferencias en intereses e ideas, al votar nos reconocemos como seres humanos todos dignos de igual respeto.Nada de excluir personas, violentando cuerpos y/o conciencias.

El poder político no reside en última instancia en el dinero ni en el fusil, sino que en la unión del mayor número y más intensa posible de ciudadanos que se conciertan a través de grandes palabras y grandes hechos. No es raro que los que creen en la violencia política o en la acción directa llamen a no votar o pongan problemas a las elecciones.

En segundo lugar, en una sociedad tan marcada por profundas desigualdades sociales, étnicas, sexuales, territoriales y etáreas, el voto nos hace iguales aunque sea por una vez cada cuatro años. Porque el rico y el pobre, el hombre y la mujer, el viejo y el joven, el de Santiago y de la provincia, el mestizo y el mapuche valen lo mismo cuando se trata de votar. ¿Hay algo más igualitario que esto en nuestra sociedad de privilegios, clases y grupos?

Finalmente, el voto nos recuerda lo subversiva que es la democracia. Pues ella subvierte el viejo principio que decía que el poder venía de arriba, que algunos nacían para gobernar y otros para servilmente obedecer. Mediante el voto las cosas se ponen en su lugar. Nada menos que los que aspiran al máximo cargo republicano deben recurrir al apoyo de cada ciudadano pues el poder reside en el pueblo.

Así redescubrimos que ser libre no sólo es hacer lo que quiera con mi vida con tal de no afectar el mismo derecho del vecino. Sólo soy  libre cuando mi libertad se encuentra y se suma a la del otro y juntos conformamos una comunidad independiente que se auto gobierna. En ella, si alguien quiere ser autoridad, que venga a solicitarlo al más humilde de los ciudadanos.

El próximo domingo 30 de junio, por primera vez en nuestra historia, a través de primarias legales elegiremos a nuestros candidatos presidenciales. A nivel comparado, en estas instancias que son voluntarias, vota un promedio de un 10% de los inscritos en los registros electorales.

Por ende, el próximo domingo debieran votar alrededor de un millón trescientas mil personas. Todos los candidatos a presidentes pudieron haberse inscrito. En la oposición van candidatos socialistas democráticos, socialcristianos, radicales, y liberales que son apoyados desde comunistas hasta partidarios del libre mercado. En las filas del gobierno van dos significativos y muy representativos candidatos de sus dos grandes organizaciones partidarias. La oferta política está servida.

¿Por qué no ir a votar? ¿Qué poco o nada cambiamos con el voto? Menos cambiarán si nos quedamos en casa. Tras las elecciones municipales del 2012 y ese millón y medio de chilenos que no fueron a votar, ¿alguien cree que los alcaldes así elegidos tienen hoy menos poder que antes o que los partidos políticos dejaron de levantar sus candidatos y plataformas con menos fuerza?

Al revés que en el mercado, en que el consumidor que no compra perjudica al productor, aquí es el ciudadano el que pierde, pues al representante popular no le disminuyen sus prerrogativas constitucionales para gobernar si votaron más o menos por él.

Más aún, estos tendrán menos gente que representar en sus acciones diarias. ¿A quiénes? A sus electores, obviamente les dirán. A los que votaron por ellos; no a los que no lo hicieron. Sólo cuando hay enormes procesos de abstención y graves crisis sociales y políticas el no ir a votar se puede transformar en poderosa arma de cambio, aunque no siempre democrático.

Los que quieran que siga gobernando la Alianza, que vayan a votar. Si la oposición atrae muchos más votantes, lo que dicen las encuestas se sumará a los ratings televisivos de los debates opositores y la derecha sufrirá otro golpe.

Del mismo modo, los que creen que el gobierno de Sebastián Piñera no ha sido bueno; los que recuerdan las protestas del 2011 y la abstención del 2012 harían bien en ir a votar por la oposición para lograr un cambio mayoritario. La principal fuerza de ella es el voto, no el dinero ni el control de los medios de comunicación social.

Si la oposición no gana abultadamente, las estructuras político-constitucionales y socioeconómicas tendrán aún más poder de veto a los cambios que se proponen por los candidatos opositores. Si hay muchos, opositores y gobiernistas, que nos les gustan los candidatos presentados recuerden que en política normalmente se vota más por el mal menor, que por gozosa elección. Si nos cuesta elegir la pareja deseada, la carrera ideal, el equipo de fútbol de nuestros sueños o la iglesia de nuestra fe, no le pidamos a la política una perfección propia de sabios o santas.

Los que quieran evitar las polarizaciones políticas o graves distorsiones representativas de nuestra democracia, sepan que entre más vote la ciudadanía el próximo domingo, más surgirá esa noche un resultado que se parezca al Chile real y no al de las diferencias siderales entre lo que quiere la gente y lo que debaten, dicen y proponen sus representantes políticos.

En suma, grave error cometen los que desprecian el sobrio acto de votar. Y, por el contrario, esa pareja de ancianos del mediodía de octubre de 1988 nos recuerdan que el votar es un derecho y un deber propio de los hombres y mujeres tan dignos como libres.

Vamos todos juntos a votar el domingo 30 de junio. No perderemos nada más que un poco de tiempo de nuestra vida y, por el contrario, ganaremos en igualdad, paz, libertad y dignidad cívica.

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23 jun 2013

¿Economía social de mercado en Chile?

En las últimas semanas, a propósito de las discusiones y propuestas frente a las próximas elecciones parlamentarias y presidenciales, se ha hecho mención en más de una oportunidad al sistema económico conocido como Economía Social de Mercado (ESM).

Lo llamativo de este hecho, radica en que el uso de este concepto ha sido con la no disimulada intención de sostener que en nuestro país funciona tal modelo económico-social, el cual, además, sería parte de la identidad del actual gobierno.

Las declaraciones del Presidente de la República en su último Mensaje al Congreso del 21 de mayo y hace algunos días en la Cena Anual de la Cámara Nacional del Comercio, así como las expresiones de los candidatos Allamand y Longueira en los debates presidenciales por televisión, son una clara ilustración de lo que afirmamos.

Tratándose ciertamente de un tema de interés y dadas las opiniones vertidas, surge como necesario poder entregar otra opinión al respecto.

Pareciera que, o bien hay un preocupante desconocimiento sobre el significado e implicancias de la Economía Social de Mercado, o bien hay una clara tergiversación, cuando no falseamiento de la misma.

Aún más, a nivel de cierta opinión pública, suele darse una confusión y equívoca identificación entre el neoliberalismo y la ESM, bajo el supuesto de que lo medular en ambos sistemas está dado por la omnipresencia del mercado y de la competencia, siendo la equidad y seguridad social meros conceptos residuales, los que “llegarían por añadidura” (léase por “chorreo”).

La Economía Social de Mercado, como ha sido reiteradamente divulgado, se vincula en sus orígenes al economista, sociólogo y político alemán, Alfred Müller Arnack (1901-1978) y su trabajo de 1946 “Wirtschaftslenkung und Markwirtschaft” (Conducción Económica y Economía de Mercado).

Asimismo, la exitosa implementación de dicha política, que dio lugar al denominado “milagro alemán” de post-guerra, tiene como uno de sus principales protagonistas en el economista y ministro de Economía Ludwig Erhard (1897-1977), en plena era de Konrad Adenauer (Jefe de Gobierno de la entonces República Federal Alemana, entre 1949 y 1963).

Ahora bien, la pregunta que necesariamente hay que hacerse es en qué medida nuestro sistema económico-social muestra algunas de las características y elementos que son inherentes e imprescindibles para poder sostener que en Chile funciona una ESM.

Al respecto, afirmamos que nuestro país se encuentra muy lejos de tener una Economía Social de Mercado, a pesar de los importantes logros sociales en el período de reconstrucción democrática. Desafortunadamente, Chile también ha evidenciado la sintomatología mundial de la globalización neo-liberal, en la que la fatal fórmula capital más poder, han derivado en una economía que, en lo fundamental, está librada a su propia lógica: la ley del mercado y la obtención de máxima ganancia.

Concretamente y con miras a fundar nuestra afirmación, se puede apreciar que, a lo menos, siete de los componentes y rasgos más definitorios de la ESM, claramente no se dan en la actual realidad de nuestro país.

1- La justicia social debe estar plenamente armonizada con el crecimiento económico.Como lo dice Müller Arnack en una de sus primeras definiciones de su libro ya citado, el componente esencial de la ESM es la combinación del principio de la libertad de mercado con el principio de equidad social.

2- La ESM supone que las fuerzas de mercado, junto al Estado y a los actores sociales, construyan un orden económico humano, justo y eficiente, en cuyo centro está la persona.

3- Si bien se reconoce el mercado como mecanismo esencial de asignación de recursos, se define un rol del Estado con el imperativo de intervenir en cualquier ámbito donde tenga lugar un menoscabo de derechos sociales fundamentales. Ello implica el contar con atribuciones para restringir, corregir y contrapesar todos los excesos del mercado.

4- La empresa es entendida como una comunidad con participación significativa de sus miembros en la gestión y en las ganancias. La ley de Cogestión en Alemania, si bien ha tenido cambios debido a las nuevas condiciones de la globalización y a otras alteraciones previstas para la minería alemana, muestra en la industria del carbón y el acero una tradición de más de 30 años. En la década actual, la co-gestión se ha extendido a empresas con 2 mil o más trabajadores, bajo la modalidad “co-gestión paritaria”. Según ésta, los patrones y trabajadores cuentan con igual número de representantes en los consejos de administración empresarial.

5- El sistema laboral alemán desde la génesis de la ESM ha implementado un método de negociaciones colectivas por ramas y/o regiones, así como a nivel de empresas. Este sistema fue clave en la crisis internacional del 2008 para garantizar los empleos y acordar con los empresarios ajustes salariales y otros.

6- La economía social de mercado tiene niveles de gasto público sobre el 40%.

7- Las tributaciones equivalen a más del 35% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que se expresa en una disminución de las desigualdades después de impuesto en torno al 30% (en Chile es en torno al 5%).

Me parece que no es necesario agregar más consideraciones y que los hechos hablan por sí solos.

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23 jun 2013

Inmigración

La iniciativa del gobierno de impulsar un cambio en la ley de migraciones, que acaba de entrar a primer trámite en el Senado, ha provocado diversas reacciones y críticas, tanto de organizaciones de inmigrantes como de entidades que les prestan apoyo, entre ellos el Servicio Jesuita a Migrantes.

Un cuestionamiento principal y compartido por estas organizaciones es el criterio economicista de la reforma, en especial, la figura de una visa de trabajo temporal que facilitaría el ingreso de migrantes estacionales desde países cercanos, medida que estaría enfocada a proveer de mano de obra a la agricultura.

Este solo punto de la reforma, aún sin ser el único que ha sido objeto de reparos, advierte de un diseño que piensa en los eventuales beneficios para un sector productivo y mucho menos en la integralidad de los elementos en juego.

En 2011, 150 trabajadores paraguayos denunciaron que habían sido sometidos a malos tratos e ilegalidades por parte de una empresa agrícola ligada a un conocido empresario nacional. Los inmigrantes habían sido traídos a Chile para trabajar en labores agrícolas, pero las condiciones de vida y salarios estaban muy lejos a las supuestamente comprometidas.

La fiscalía asumió el tema como un caso de trata de personas, algo que advierte sobre el riesgo de favorecer un sector productivo que probablemente no va a poder ser suficientemente fiscalizado. Si la ley avanza en este tipo de propuestas puede terminar impulsando malas prácticas, e incluso darles un paraguas legal, con serias consecuencias tanto para los afectados como también para la imagen del país.

Al margen de ello, el proyecto de ley pareciera insuficiente en el reconocimiento de derechos migratorios y rigidiza la posibilidad de hacer cambios en el tipo de visado.

De hecho, otro aspecto que es cuestionado es la necesidad de contar con visas de trabajo desde el país de origen, traspasando tareas desde Extranjería del ministerio del Interior a la red consular. Este punto también debería ser analizado con cautela no sólo porque impone una nueva barrera a la migración, sino también porque se advierte que no hay una infraestructura consular adecuada y se requerirían establecer nuevos controles de gestión.

En esta línea, en 2002 se denunció la venta ilícita de visas a ciudadanos chinos precipitando la renuncia del cónsul a cargo y un proceso judicial. El caso terminó siendo sobreseído en 2012, pero dejó de manifiesto que los controles administrativos habían sido insuficientes.

En general, la propuesta del gobierno viene a ser una adaptación más bien formal de lo que ha sido la política migratoria chilena desde mediados de los años cincuenta. El DFL 69 de 1953 que creó el Departamento de Migración justificó una política basada precisamente en criterios económicos. Entre otras cosas señalaba: “…que no sólo la inmigración de carácter agrícola se hace necesaria en el país, sino también y principalmente la incorporación de elementos técnicos, pescadores, obreros especializados y artesanos”…“…que el aumento de la población es un factor fundamental a la industrialización, porque aumenta el mercado de consumo interno”.

En síntesis, el fundamento y origen de nuestro sistema migratorio daba cuenta de una mirada propia de la era de la industrialización, aunque obviamente ha habido adaptaciones en estos años que han ido asumiendo derechos de los inmigrantes.

En este tipo de cosas hay que tener especial cuidado de no empezar a retroceder en aspectos sociales superados, basta señalar que el modelo de inmigración selectiva, que se trató de impulsar en Chile a mediados del siglo XX, también suponía explícitamente que “…contribuirá a perfeccionar las condiciones biológicas de la raza”.

El Decreto ley 1.094 de 1975 que establece normas para los extranjeros en Chile, que sigue vigente, se caracteriza no tanto por un carácter restrictivo sino porque termina imponiendo una amplia discrecionalidad y no consigna los derechos migratorios que incluyen las legislaciones modernas.

La Ley señala específicamente que “…las atribuciones que correspondan al ministerio del Interior, para el otorgamiento de visas, para las prórrogas de las mismas y para la concesión de la permanencia definitiva serán ejercidas discrecionalmente por éste…”Art.13.

De esta manera y para efectos prácticos, la política migratoria podría variar sustantivamente no sólo ante un cambio de gobierno, sino con un director de servicio más proclive o más resistente al tema migratorio. El problema de la discrecionalidad es que se constituye en una expresión de discriminación, algo que precisamente está en el centro de la discusión de nuestra política interna en este período y que marca la agenda futura.

Aquí surge una cuestión fundamental, ya que si la reforma del gobierno se aprobara en las condiciones que está, es probable que quede rápidamente superada por los cambios sociales que demanda buena parte del país.

Si transitamos hacia una sociedad donde se asumen un conjunto de derechos, es claramente inconveniente no sólo mantener el sistema migratorio tal como está, sino que contribuir a asentar una alternativa migratoria que no se equiparará a otras políticas públicas podría constituirse en un despropósito.

Otro aspecto del tema tiene relación con la aplicación de la ley. El sistema actual, marcado por una suerte de colapso permanente del servicio de extranjería, admite arbitrariedades y dilaciones casi kafkianas. Este tema no sólo afecta a los inmigrantes, sino que es un factor que desalienta a los empresarios para su contratación, tal como lo refleja un estudio reciente de la OIM.

Esto no es una crítica a los funcionarios de Extranjería ni propiamente al Servicio que, en muchos casos, no cuenta con personal suficiente ni recursos para atender los requerimientos actuales. Sin embargo, es importante considerar que una reforma que no da cuenta de las imprescindibles adaptaciones del Servicio es un cambio a medias.Aquí hay que evaluar el sistema de manera más integral conciliando lo legal, presupuestario y organizacional.

Hasta aquí advertimos tres pilares que deberíamos considerar frente al tema migratorio: uno es el establecimiento de derechos reconocidos y comúnmente aceptados en el sistema internacional para los migrantes; segundo, la conciliación de la política migratoria con otras políticas sociales; y tercero, una adaptación comprehensiva del marco legal y su aplicación.

Un cuarto tema es cómo visualizamos el tema migratorio y sus tendencias, de tal forma de crear condiciones para una evolución que no provoque quiebres o retrocesos que afecten precisamente a los sujetos de migración. Este punto no es accesorio ya que al menos un pre candidato de la derecha sustenta o justifica una ley de inmigración restrictiva, en especial que limite lo que define como “migrantes ilegales” porque éstos estarían “… obteniendo fuentes de trabajo que podrían tener mujeres chilenas”.

El precandidato también muestra preocupación por la creciente migración centroamericana y aboga por un modelo selectivo que, como vemos, se acerca peligrosamente a los criterios de la década del cincuenta.

Uno de los chilenos más reconocidos en el mundo, Roberto Matta, recordaba su éxodo hacia Europa en los años treinta y hacía el contrapunto sobre su situación de origen y el impacto de ese tránsito migratorio. El artista, que había salido como un tripulante de barco mercante, llegó a Liverpool donde literalmente no conocía a nadie.

Roberto Matta recordaba que en Chile había sido objeto, hasta entonces, de “…una especie de respeto y de dignidad, y de cariño y de entusiasmo en cierta manera.Probablemente era uno de los que prometía o algo así…y de repente se convierte en cero, se convierte en un negro de Harlem en 1890. Más encima, en un negro del sur al que los negros del sur no lo quieren saludar tampoco”.

Después de esa experiencia, y ya instalado en Europa, el artista incursionaría en la poesía de la mano de García Lorca y conocería a André Bretón, el fundador del surrealismo, decantándose finalmente por la pintura que lo llevó a la fama mundial.

La anécdota nos habla de desarraigo, segregación y también de superación; se trata, en definitiva, de la vida y de personas que buscan su inserción en una sociedad distinta a su origen. Es eso lo que nos transmiten los jesuitas y que está en la base de sus reparos al proyecto y al discurso más corriente. Abrazar las ideas de la ultraderecha europea, que propende a la discriminación y la exclusión, no es el camino ni un aporte al crecimiento o desarrollo de la sociedad.

En materia de inmigración, nuestro país se ha quedado rezagado en el concierto sudamericano en muchos aspectos, en especial en el plano legislativo. La discusión de este tema requiere un tratamiento particularmente exhaustivo porque claramente no es una política proclive a cambios.

Esto no se puede hacer sin la participación de las organizaciones y actores que tienen algo que decir en un tema que, como se ha dicho, abarca mucho más que intereses económicos y puede ser objeto de miradas prejuiciadas e incluso anacrónicas.

http://media.wix.com/ugd//a4c774_7830c049a8fd9571feab3c956677a0e1.pdf

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23 jun 2013

Las ERNC y el desprestigio

La sabiduría popular ha acuñado un muy preciso término para referirse a las situaciones en que, producto de la transgresión de unos pocos, quienes han obrado bien son sancionados socialmente. Es cuando “pagan justos por pecadores”.

Así ha ocurrido desde que en 2005 Endesa hiciera públicas sus intenciones de construir 5 represas en los ríos Baker y Pascua, en la Patagonia chilena. Una iniciativa que luego, asociada con Colbún, llamó HidroAysén.

Desde un principio la empresa no se refiere a tales infraestructuras como “represas” (con construcción de grandes muros y extensas inundaciones), en todo momento le llama simplemente “centrales hidroeléctricas”, que son positivas en sí mismas al utilizar un recurso renovable como el agua.

Tal argucia comunicacional le ha hecho un flaco favor a muchos proyectos hidroeléctricos que no tienen la magnitud, la estructura, el tipo de operación ni la localización de HidroAysén. En su empeño en ponerse al mismo nivel de una pequeña central hidroeléctrica ha aportado a la estigmatización de toda iniciativa que utilice el agua para generar energía.

Homologación improcedente a la luz de las 6 mil hectáreas de inundación y la instalación de gigantescos muros en un territorio de calidad ecosistémica, cultural y social excepcional como es la Patagonia. Eso, sin considerar los miles de kilómetros de torres de alta tensión cruzando medio Chile.

Esto no es un invento. Lo demostró un sondeo de septiembre de 2010 del Centro de Encuestas de La Tercera que ante la pregunta sobre qué mecanismo de generación de energía el país debía preferir las respuestas fueron decidoras.

“Un 80% es partidario de energías limpias y no tradicionales, como eólica (un 37%), solar (un 36%) y geotérmica (un 7%). En cambio, sólo un 8% menciona energía hidroeléctrica y sólo un 3%, termoeléctrica”.

Tan desprestigiado estaba todo tipo de uso del agua, “pagando justos por pecadores”, que incluso el recurso fue superado por la energía nuclear que obtuvo un 22 % de las preferencias. Y eso que HidroAysén aún no se instala y que es algo que muchos esperamos nunca se concrete.

Algo similar podría ocurrir con el proyecto que hoy tramita el Congreso y que tiene por objetivo agilizar, al parecer a todo evento, la entrega de concesiones eléctricas. Éste aumentaría aún más los privilegios del sector de la energía por sobre los derechos de comunidades indígenas y de propietarios de terrenos agrícolas, turísticos o urbanos, y en desmedro de las áreas silvestres protegidas.

Como está planteado, es una amenaza concreta para el desarrollo de las energías realmente sustentables.

Porque al aprobarse esta legislación y ser utilizada preferentemente por las compañías controladoras del mercado de la energía para avanzar en sus faraónicos proyectos el efecto concreto será la desconfianza a toda inversión eléctrica. Independiente de su fuente, magnitud, localización, tecnología, aporte al desarrollo local.

Está claro que quienes están en un mejor pie para enfrentar la oposición ciudadana son las grandes compañías. Endesa y Colbún lo saben muy bien. No se puede comprender de otra forma que insistan en las más rechazadas represas de la historia de Chile si no fuera por sus espaldas económicas y las millonarias utilidades –sobre las cuales no se consulta- que proyectan obtener con un bien nacional de uso público como es el agua, y ad portas de una legislación que acrecentará el poder fáctico de los grupos económicos controladores del estratégico sector de la electricidad.

El martes ya partió la aplanadora.

Los senadores de Renovación Nacional, la Unión Demócrata Independiente y la DC en pleno, más la senadora socialista Isabel Allende, aprobaron modificaciones que construyen un escenario que, en concreto, perjudicará particularmente –aunque se diga lo contrario- a las inversiones en renovables no convencionales.

Ese día dieron su visto bueno a entregar privilegios a las eléctricas por sobre otro tipo de concesionarios en un mismo territorio y permitir que una concesionaria continúe con la construcción de obras aunque exista una orden judicial de suspensión siempre y cuando depositen en la cuenta del tribunal un monto determinado para el caso de que, en última instancia, un tribunal superior determine la demolición o paralización de éstas. Y de paso rechazaron asegurar que las empresas cumplan con las leyes medioambientales, indígenas, tributarias, laborales y previsionales.

Como ese día pudieron avanzar sólo en estas materias, el martes 2 de julio tienen la intención de continuar con un articulado aún peor, como se ha difundido en el video “ALTO a Ley de Concesiones Eléctricas para HidroAysén #votasinrepresas” que lleva ya unas 4 mil visitas.

Me duele Chile. Me duele su presente pero también su futuro. ¿Existe alguien que crea que por arte de magia legislativa terminará la oposición a iniciativas que pasan por sobre territorios y derechos que la ciudadanía considera esenciales? ¿Qué ante leyes injustas como las mencionadas será aceptada su ejecución así como así?

Llegará el día en que los dueños del país nuevamente reclamarán por las movilizaciones de un pueblo , sin hacerse cargo de la violencia silenciosa que se consolida en el Parlamento. Ya lo dijo Santo Tomás de Aquino hace ya muchos años: “La ley injusta no es ley sino violencia”.

Si de verdad se quería colaborar, se debió observar mejor. Y haber legislado para que las alternativas realmente sustentables ambiental, social y culturalmente tuvieran mejores mecanismos para avanzar en su materialización. Con ordenamiento territorial, manejo integrado de cuencas, consultas previas, redistribución de los beneficios que no sea un pago por vulnerar derechos.

Mucho se habló en el Senado sobre la mirada de estadistas. De pensar en el futuro. Algo que faltó considerando que esta semana el propio Banco Interamericano de Desarrollo, que nadie podrá acusar de ambientalista, relevó la importancia para el futuro de América Latina y el Caribe de las renovables no convencionales no hídricas, de seguro por el daño que las grandes represas han hecho a la percepción sobre la hidroelectricidad en general.

Al 2050 el potencial técnica y económicamente factible de utilizar será de 22 veces la demanda que a esa fecha tendremos como región. ¿Por qué no comenzar ahora a construir ese destino? ¿Es necesario destruir nuestro patrimonio cultural, ambiental y social en el camino? ¿Es indispensable tensionar y dividir nuestra sociedad, cultivando imprevisibles nuevos conflictos?

Honestamente, somos muchos quienes creemos que no.

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23 jun 2013

Karina Sepúlveda, sobreviviente del femicidio

El caso de Karina del Carmen Sepúlveda Cisternas, nos enseñó a plantear jurídicamente, no tan sólo una eximente nueva establecida en nuestro Código Penal, sino que también a tener una mirada de género en la defensa penal.

En octubre de 2011 nos tocó recibir a una imputada golpeada, herida y bastante asustada, que había dado muerte a su agresor de un balazo en la cabeza, abrumada de los constantes malos tratos que había recibido por espacio de 18 años.

También su hijo Claudio recibió las golpizas del agresor, desde los cuatro años de edad, la última de ellas ocurrida el día domingo 16 de octubre de 2011.

Se planteó que la conducta de Karina estaba exculpada, específicamente se alegó la Eximente de Estado de Necesidad Exculpante.

En efecto, nuestro legislador con el objeto de mejorar la situación de la mujer víctima de violencia domestica, permitiendo “la exención de responsabilidad de la mujer que, cansada de malos tratos “acumulados” y temerosa de ser víctima en cada momento de nuevos maltratos, ataca a quién la ha martirizado sistemáticamente.

El profesor Enrique Cury, fue quién en la comisión mixta propuso la actual redacción, naciendo el numeral 11 del artículo 10 del Código Penal, que dice:

“El que obra para evitar un mal grave para su persona o derecho, o los de un tercero, siempre que ocurra”:

1.- “Actualidad o inminencia del mal que se trata de evitar”.

En el caso de Karina el mal era actual, se probó en juicio que era víctima del delito de maltrato habitual, amenaza de carácter permanente. Pero también el mal que se trata de evitar era inminente, había una situación de peligro próximo, que se concretaría con seguridad.

2.- “Que no exista otro medio practicable o menos perjudicial para evitarlo”.

La profesora Myrna Villegas en su trabajo (Homicidio de la pareja en violencia intrafamiliar. Mujeres homicidas y exención de responsabilidad penal, página 62), señala “llamar a la policía, abandonar el hogar, llamar al vecino, son vías legitimas, pero improcedentes para ser exigidas cuando carecen de posibilidades reales de impedir el mal que se trata de evitar”.

3.- “Que el mal causado no sea sustancialmente superior al que se evita”.

Se trataba de vida por vida, Karina y su hijo, además de su integridad física. Son los mismos bienes jurídicos en juego.

4.- “Que el sacrificio del mal amenazado no puede ser razonablemente exigido a quien lo aparta de si”.

No era razonable que se le exigiera a Karina ser una víctima más de femicidio, que siguiera tolerando las agresiones, que sacrificara su vida e integridad física y la de su hijo.

Se daban todos los requisitos a juicio de la defensa, cuestión que los magistrados concordaron, en dos juicios orales, ya que en el primero contra Karina Sepúlveda, también había sido absuelta, pero se anuló, y fue necesario, un segundo juicio oral.En total, conocieron esta causa seis magistrados del Tribunal Oral en lo Penal de Puente Alto.

Es importante que este sea el primer caso en que se aplica esta eximente, creada a propósito de la ley de femicidio (ley 20.480) de 18 de diciembre de 2010, lo que dará lugar a una serie de discusiones académicas y jurisprudenciales, pero que sin duda en el juicio de Karina, por la gravedad de la violencia sufrida y el perfil del agresor, resultaba ser un caso de libro, que justificaba aplicar esta eximente de responsabilidad penal y que se hiciera justicia.

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22 jun 2013

Quiero entrar

Estimados la verborragia que intentaré controlar a continuación es provocada ni más ni menos, fruto de la balacera de la que fui víctima luego de atreverme a visionar la propuesta audiovisual interneteada por Vimeo, opera prima del querido colega actor Roberto Farías Morales ( “Mi Último Round”) titulada “Quiero Entrar”.

Producto cinéfilo en el que su realizador se ve motivado y alimentado por una estética desbordada e inatrapable, sin lugar a dudas muy propia del autor y bastante sui generis.

Intenta en su película dar forma a un cúmulo de desechos que todos y cada uno de nosotros amontonamos de manera frenética en nuestros infinitos intentos por llegar a ser felices y escapar del patetismo vital. Desechos orgánicos e inorgánicos domésticos, amorosos, espirituales, laborales y culturales.

Basura que muchas veces creemos erróneamente entregársela al camión basurero día por medio, pero que la mayoría de las veces acumulamos cual culposo asesino hitchcokiano , bajo la alfombra del living.

Farías ha tenido el coraje de montarse una cámara al hombro y reciclar esta basura.

Basura propia , nuestra y de otros, sacarla del tacho y plasmarla en el soporte digital, para luego invitarnos ,siendo el maestro de ceremonias , a un carrete psicotrópico visual y de paso narrarnos los anhelos ilusos de fama televisiva, de un personaje, también de desecho y extremadamente sui generis llamado Orellana, que no es más que el eterno extra de TV.

Ese que se asoma en la cámara de TV furtivo y deseoso entre el público de un estelar noventero o bien de una teleserie o un comercial, ese que tal vez busca la fotito con la actriz, el actor o el cantante de turno luego del corte.

¿Qué es lo que alimenta y que hay detrás de este personaje que nos devela Farías, que hay en los entresijos de sus anhelos y afanes de cosas intangibles, sueños y deseos que ni siquiera él es capaz de aterrizar verbalmente y mucho menos de llegar a cristalizar algún día?

¿Qué simboliza este híbrido personaje?

¿Qué provoca neurológicamente en su cerebro la pantalla de TV? Dejo abierta la pregunta, ya que no tengo la respuesta, tal vez por el miedo a verme en su reflejo una vez que el televisor se apaga.

Inquietante, incómodo, culposamente cómico, risible, brillante y rallador de cancha, resulta ver el arranque de la película, con un largo monólogo a cámara, realizado al estilo casero, en el que las palabras y la corporalidad de Orellana se atropellan y cantinflean entre sí.

Las frases de Orellana sin sentido alguno, cual frondoso bosque, no dejan ver los árboles del conflicto de este personaje que lo único que desea es ser visible. !Sólo quiero que me vean! parece gritarnos.

Me aventuraré a decir que estamos frente a un documental con tintes de recreación y ficción, el que a mi juicio reúne, según la receta y posterior plato final de Farías, los elementos e ingredientes necesarios para una cazuela audiovisual enjundiosa y muy chilena. Tome nota.

-Surrealista.

-Naturalista.

-Hiperrealista.

-Guión dramatúrgicamente desvariado.

-Aristotélicamente des construído.

-Ejercicio de improvisación Brechtianamente grosero, eterno y sin límite.

-Anacrónico viaje socio político turístico al cerebro de un anónimo atemporal.

-Radiografía que desnuda, devela y cita a los bufones borrachos, fantasmales, malditos y horrorosos que alojan en la lúdica cerebral iniciática que acompañan la creación actoral.

-Se nutre de una fuente:

Artísticamusicalhumorísticatelevisivacinéfilanovelescacuentísticapoéticateatral, lo escribo todo junto ya que el montaje sin concesiones de Roberto Farías así lo propone lo resalta y lo juega.

Cierro con la frase final que propone el autor “La realidad es un lugar muy incómodo para vivir”.

Posdata: la película “Quiero entrar” se puede ver en Vimeo con la clave tatatatan. Para los que se atrevan.

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