26 mar 2015

¿Aprendemos algo de las catástrofes?

El sur en llamas y el norte inundado. Las catástrofes no cesan. Desde hace un tiempo los desastres dejaron de ser entendidas como hechos de la naturaleza, caprichos inesperados e inevitables para asumir que se trata de eventos socio-naturales, es decir, los seres humanos con sus acciones y omisiones juegan un rol central en la magnitud de sus efectos.

Localización de población en áreas en extremo riesgosas, carencia de infraestructura para mitigar inundaciones o medios precarios para el combate de fuegos forestales son, sin duda, responsabilidades de la sociedad y no de la naturaleza. El asunto no es sólo la respuesta, sino también como nos recuperamos y reconstruimos después de ellas. En la medida que tomamos conciencia de esto, la gestión del riesgo (prevención, reacción, emergencia y reconstrucción) se debiera transformar en una demanda ciudadana.

¿Cuánto hemos aprendido de las catástrofes recientes? Del 27F, la mayor en magnitud e impacto del último medio siglo, ya contamos con algunos diagnósticos y evaluaciones que permiten sacar interesantes conclusiones del proceso de reconstrucción.

Al menos tres reportes publicados en el último año coinciden en importantes lecciones.Desde organizaciones de la sociedad civil con apoyo de la Unión Europea se elaboraron diagnósticos de zonas costeras, rurales, urbanas y patrimoniales (1); desde la academia una iniciativa desarrollada por la Universidad de Columbia junto a varios centros académicos del país permitió reflexionar en conjunto sobre casos de reconstrucción territorial (link), y desde el Estado, el diagnóstico realizado por la Delegación Presidencial para la Reconstrucción (link) es, hasta ahora, el documento más completo que sintetiza la tremenda complejidad de este proceso. Los puntos en común de estos estudios son al menos tres.

(1)   Pasar de una visión viviendista, es decir centrada en la recuperación de la vivienda, a una multidimesional que integre al menos el desarrollo productivo, equipamiento, salud mental, entre los más destacados. Tanto desde el ámbito político como de los medios de comunicación se debiera ampliar el debate dejando atrás el reduccionismo de la asignación de subsidios que limita la discusión a una suerte de infantilismo estadístico. Central es atender las diferentes esferas de la vida cotidiana de las personas que han sido afectadas por un desastre.

(2)   El foco debe estar en las personas, son ellas los protagonistas. Esto implica que decisiones relevantes se deben tomar con ellas. Paradigmático resulta en este sentido el caso de Chaitén pos erupción. En su momento la autoridad determinó la relocalización de la población; sin embargo en los años siguientes sus habitantes han retornado, repoblando, reviviendo la ciudad. Error evidente de decisiones tomadas “desde arriba”, probablemente desde un helicóptero sobrevolando el área afectada. Parte de este aprendizaje, respecto a relocalizar o no, se ha asumido en la reconstrucción de Valparaíso pos incendio.

(3)   La urgente necesidad de crear una institucionalidad permanente que supere la precariedad actual de la ONEMI. Lo que se requiere no es sólo una agencia, subsecretaría o división, sino protocolos de acción que involucren a todos los estamentos del Estado, desde los gobiernos locales a los niveles centrales superando las divisiones sectoriales y que regule la relación con los privados y sociedad civil. Por ejemplo, el 27F demostró la importancia de los municipios, quienes al no recibir un apoyo especial, vieron superadas sus capacidades impactando directamente en la calidad del proceso de reconstrucción de la población.

La emergencia es discutir seriamente nuestra sobrevivencia frente a los desastres.Los tres estudios señalados proveen un interesante material para debatir más allá del oportunismo político y mediático y aprender de nuestras propias experiencias.

(1)http://www.surmaule.cl/informes-sobre-reconstruccion/

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25 mar 2015

Memorias contrapuestas

Buenos Aires se llenó ayer de memorias. Desde el Congreso Nacional en la Avenida de Mayo salía un lienzo de plástico azul lleno de pequeñas fotos de los más de  treinta mil desaparecidos, que arrugaba el corazón. Miles de personas lo llevaban en una suerte de procesión hasta la Plaza de Mayo donde se encuentra la Casa Rosada, sede de la Presidenta de la Republica. Las personas llevaban colgadas las fotos de sus “seres queridos”, las pancartas con las fotos, en fin.

Miles de miles de personas aplaudían a las Madres de la Plaza de Mayo que con sus pañuelitos blancos amarrados al cuello iban agarrando el principal lienzo entre la multitud de banderas celestes, fotografías de mujeres, jóvenes y viejos en pancartas orgullosamente llevadas por alguno de sus descendientes.

Más atrás un gran letrero decía simplemente “Hijos” y el lienzo era sostenido por decenas de jóvenes. Ya han aparecido 116  “hijos” de detenidos desaparecidos que fueron robados por familias militares en una de las acciones más tenebrosas imaginables.

Videla dijo en una de sus últimas entrevistas que si bien él no había dado esas órdenes, fue una acción humanitaria “con esos chicos”. Miraba a esos jóvenes y me preguntaba qué les habría ocurrido al saber que sus padres adoptivos, que los habían criado, eran los que habían asesinado a sus padres biológicos. Difícil asunto.

Ayer se conmemoraba el 24 de Marzo, el del 76 y el del 83. Día de la Memoria le llaman.  Por esas casualidades del destino, me tocó estar en ambos. En el primero nos despertó la televisión a las seis de la mañana con un Videla flaco, casi demacrado avisando que el ejército y las fuerzas armadas, se tomaban el poder, que en un casi vacío había dejado Isabelita, la viuda de Perón, manipulada hasta el  sarcasmo por el mal afamado López Rega.

Era el segundo golpe que vivíamos los chilenos que allí estábamos y el susto se apoderó de nuestra juventud de entonces, en particular al ver a Massera con su gorra achatada de marino,  su cara de pocos amigos y el odio que destilaba y que luego se concretara en esas salas malditas de tortura.  Ese día hubo un silencio mayor en Buenos Aires y solamente se veía pasar los helicópteros que llevaban y traían personas de la Casa Rosada a vaya saber qué parte.

El segundo fue el día en que Alfonsín tomó el poder y muchos chilenos viajamos a Buenos Aires al cambio de Gobierno; pensábamos en nuestra ingenuidad, que se iniciaba el fin también de la Dictadura chilena y así como nos habían tocado dos golpes, habríamos querido que nos tocaran dos finales de dictaduras. Hubo que esperar siete años más. Ese día en la Plaza de Mayo, también llena de gente, lloramos a tantos que allí ya no estaban.

Ayer las calles del centro de Buenos Aires se abarrotaron una vez más. Un canal de televisión se dedicó solamente a señalar los perjuicios que la marcha estaba produciendo en el tráfico. Un desfile interminable trataba infructuosamente de avanzar. Primero venían las agrupaciones. Me llamó la atención una pancarta con las fotos de varias docenas de japoneses desaparecidos. No lo sabía. Me decía un amigo que eran personas que habían arrancado de la guerra mundial y que fueron perseguidos.

Tras las agrupaciones de Derechos Humanos comenzaron a hacer su demostración las fuerzas políticas. La Cámpora es un sector peronista que tiene una especial relación con la Presidenta. Su hijo, un Kitchner, me dicen, es dirigente de ese movimiento juvenil. Hoy han dado una demostración de fuerza enorme. Miles de miles de jóvenes, bombos, cantando consignas, bailes y un ambiente que impresiona. Dicen, obvio,  que son incondicionales de la Presidenta. No tiene candidato hasta que Cristina, como le dicen, lo determine.

Se ven jóvenes de clase media, de secundaria y  universitarios. Su entusiasmo llama la atención a quien desde el otro lado, como quien escribe,  no ve muchas juventudes políticas militantes en las calles.

Más atrás el peronismo tradicional, cantando “Perón, Perón, que grande sos”…incomprensibles versos para los del otro lado de la Cordillera; o peor aún, “aquí están , estos son los soldados de Perón”…gritado con fervor…; le seguía gente de las villas, en una multitud  difícil de medir. Gente pobre como la de todos nuestros países, pobladores, les habríamos dicho allá. Eran muchos al ojo del observador. Cada año la marcha es más grande, escuché decir.

No hubo más discursos que de las Madres de Plaza de Mayo y la Señora Carlotto de las abuelas; ella misma ha encontrado a uno de sus nietos recientemente. La música de Víctor Heredia, cuya hermana es desaparecida, se escuchaba en los parlantes, al igual que en aquel día de Alfonsín.

La marcha seguía su curso y la tarde comenzaba a prender las luces de las calles.Acostumbrado al estilo santiaguino un cierto nerviosismo se fue apoderando pensando que algo pasaría. Nada. Los únicos humos, no eran de bombas lacrimógenas sino de las parrillas de choripanes que a esa hora bullían como locomotoras a carbón. Ni un policía en la calle; a lo menos no vi  ni uno. Ni un disturbio, ni una pelea. Se vendía cerveza por todas partes.

Las confiterías abiertas, las librerías también por si alguno de los manifestantes quisiera profundizar en sus convicciones teóricas.  La gente cantaba consignas “olé, olé, olé, los encontraremos donde estén” y cosas como “los buscaremos hasta encontrarlos”, y muchos jóvenes bailando, no pocos con músicas andinas, cartelones de agrupaciones, más pequeñas por cierto, que reivindican,aún, el marxismo leninismo. Para el observador trasandino, esto es, del lado del Pacífico, un olor a fútbol se cuela entre las consignas; las manos agitándose al estilo de las barras, y por cierto un enorme olor a siglo veinte que recorría con nostalgia la Avenida de Mayo.

Durante toda la larga tarde no podía menos que pensar en las diferencias. Allí no se veía odio, no se veía violencia, y las pruebas de las violaciones estaban en los miles de fotos y carteles. ¿Cómo procesa cada sociedad sus dolores? ¿Cuánto habría durado una manifestación de esa naturaleza por las “grandes alamedas” sin que las Fuerzas Especiales hubiesen actuado, sin que se hubiese cerrado todo el comercio aterrorizado, sin que la batalla campal se reprodujera sin cesar? ¿Porqué en Chile se le tiene tanto miedo a la gente?

No tengo siquiera hipótesis para explicarlo. Un amigo de la Universidad, me decía tomando un café, que el primer 24 de marzo fue derrocado un gobierno corrupto que nadie defendía, esto es, en Argentina y en cambio en Chile, Allende moría con esa dignidad que lo hizo pasar a la Historia. Puede ser.

Y el segundo 24 de marzo se caía una Dictadura que además de matar a mansalva perdía una guerra inicua, enviando a miles de jóvenes a morir en las Malvinas, que también como víctimas desfilaban ayer.

Muchos de esos, hoy no tan jóvenes, conscriptos en esa época, fueron también torturados por los oficiales. No sabían pelear contra el enemigo, me decía mi amigo en medio de las banderas y consignas, solo sabían torturar y matar. Nadie hoy día los defiende en Argentina; nadie se acuerda de Galtieri y sus bravatas. En cambio al otro lado de la Cordillera, aún se los recuerda con agradecimiento  y  a veces, algo más. Puede ser.

Los chilenos miramos con desdén, en política, y con respeto y admiración, en fútbol, a los argentinos. Habría que ser mucho más humilde. Porque  algo no hicimos bien en esta llamada “transición”.

No manejamos bien las memorias quizá; quisimos ( o algunos quisieron) “dar vuelta la página”, y  las páginas de las memorias son duras como de piedra y pesadas de tal naturaleza que no se pueden dar vuelta.

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25 mar 2015

Los profesores/as y los nuevos desafíos pedagógicos

Más allá de las reformas estructurales, administrativas y económicas del sistema escolar, la educación es un desafío para la inteligencia y la libertad del hombre, para la construcción dialógica y la solidaridad humana.

Como lo afirmara tan acertadamente Jean Piaget, “el objeto principal de la educación es crear hombres que sean capaces de hacer cosas nuevas, no repetir simplemente lo que han hecho las otras generaciones, hombres que sean creativos, inventivos y descubridores”.

El segundo objetivo de la educación es conformar mentes que puedan ser críticas, que puedan verificar y no aceptar todo lo que les ofrecen. El gran peligro de hoy es el peligro de los slogans, de las opiniones colectivas, de las direcciones preformadas del pensamiento. Debemos ser capaces de resistirlo individualmente, de criticar, de distinguir entre lo que está demostrado y lo que no lo está.

Esta cita nos recuerda, una vez más, que la educación es un desafío para la inteligencia y la libertad del hombre, para la construcción dialógica y la solidaridad humana.

Quizá como ninguna otra actividad humana, la educación es hoy la más grande empresa que lleva a cabo este país, con una significativa confluencia de esfuerzos públicos y privados. Y no obstante ello, ni aún privatizando todo lo privatizable y vendiendo quizá todo lo vendible, o invirtiendo grandes sumas a través del presupuesto de la nación, el país estaría cerca de alcanzar a corto plazo los niveles que se requieren para tener no sólo una buena, sino una excelente educación, como aquella que se necesita para seguir abriéndonos cultural y comercialmente al mundo y lograr internamente un desarrollo armónico y equitativo.

Por eso, pensar en alcanzar niveles óptimos de inversión en educación es una tarea para un largo plazo y los esfuerzos que hoy se realizan (de manera notable), son el inicio de un largo camino que quizá no veremos concluido, pero que es necesario construir tenaz y permanentemente mas allá de nuestros propios intereses generacionales. Sin embargo, ello no nos asegura una educación de calidad como la que necesitamos.

Pese a todas las muchas tareas emprendidas, se hace indispensable comenzar una nueva ruta, más propiamente educativa y pedagógica, quizá menos adornada de fanfarrias, mas reservada, más alejada de las nomenclaturas estructurales, económicas y anuncios públicos, pues se trata de realizar un esfuerzo a fondo en la trasformación de las capacidades intelectuales, afectivas, de interrelaciones sociales y humanas que están en juego en todo el sistema educacional.

Hoy debemos decidir que queremos hacer con la educación de nuestras nuevas generaciones de chilenos y chilenas. Ni más ni menos, pues en el fondo eso es lo que significa, en rigor, la implementación que deberán llevar a cabo las escuelas y liceos del país de sus propios objetivos y contenidos curriculares.

La construcción de los contenidos curriculares del sistema y sus finalidades deja de pertenecer y ser responsabilidad sólo del Estado y se convierte en un proceso de diseño en el cual deben participar los actores más directos de las unidades educativas.

*Los profesores, en su calidad de profesionales de la educación y conductores de los procesos de aprendizaje, enseñanza y desarrollo.

*Los padres y apoderados, que deben expresar sus necesidades y aspiraciones educativas.

*Los directivos, que deben coordinar sus propios esfuerzos con los esfuerzos de otros establecimientos educacionales de la misma comuna (los PADEM, en el caso de la educación municipal).

*Los técnicos, que con sus experiencias deben asesorar permanentemente la marcha de los procesos que se pongan en marcha.

*La comunidad circundante, que debe apoyar la marcha de los establecimientos educacionales en donde se educarán sus propios hijos o los hijos de sus vecinos. Todos ellos deben asumir la responsabilidad que les compete en estas tareas de construcción educativa, de acuerdo a como lo mandatan las actuales.

Este desafío pedagógico pendiente, no solo implica a los profesionales de la educación, sino que cada establecimiento educacional, como unidad pedagógica, deberá realizar una propuesta de su propio currículo educacional, sobre una base común para todo el país (necesaria, entre otras cosas, para preservar la identidad cultural nacional, pero sin la sobrevaloración que hoy se le da), es decir, de las finalidades, contenidos y actividades pedagógicas propias que se llevarán a cabo en la escuela o liceo para formar a las nuevas generaciones de estudiantes.

Este es un desafío de grandes proporciones, pues cada comunidad escolar deberá diseñar un currículo pertinente, adecuado a las capacidades de aprendizaje y desarrollo de sus alumnos y sus realidades, situación inédita en Chile si consideramos la generalidad de las escuelas y liceos del país.

Se pasa de un currículo único para todos (planes, programas de estudio y actividades educativas, en otros términos), a un currículo en el cual la creatividad realista de los profesores debe cristalizarse de manera cotidiana en cada establecimiento educacional.

Sin embargo, la oportunidad que se les presenta a las comunidades educativas de hacer sus propios “proyectos de desarrollo educativo institucional” seguramente no se verá coronada con el éxito si es que no existen paralelamente cambios radicales en las formas de llevar adelante la acción pedagógica cotidiana.

Los profesores entienden que esto es necesario y por suerte han demostrado históricamente, en algunos casos, su capacidad innovadora y creativa. Si esto no fuera así, ¿porqué nuestra educación es reconocida y valorada positivamente en toda América Latina y en otros países del mundo?

Por lo mismo es indispensable seguir valorándolos social y económicamente, tal como se lo merecen, pues son éstos los principales ejes del éxito o fracaso de cualquier reforma educativa que se quiera llevar a cabo, como la que hoy contemplamos como un desafío más que los profesores y profesoras de Chile, sin duda, sabrán asumir en plenitud y cabalmente.

Estamos ciertos que las sabias palabras del maestro Jean Piaget se verán bien acompañadas por los profesores y profesoras, como también por aquellas instituciones que, en su mayoría, los forman profesionalmente, mediante tiza y pizarrón.

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25 mar 2015

Ministerio de las Culturas inicia su camino

Una vez más, Valparaíso -matriz de muchas instituciones en Chile y sede del Consejo Nacional de la Cultura- fue testigo de un día histórico. Tras más de siete meses de encuentros en diversas regiones y largas jornadas de negociación, la ministra de Cultura, Claudia Barattini encabezó, el 22 de marzo de 2015, el cierre del acuerdo nacional, con que el Consejo Nacional de la Cultura culminó junto a 210 representantes de los pueblos indígenas de todo el país, la Consulta Indígena que había sido anunciada el 12 de junio de 2014.

Entonces, comentaba que “el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet daba un paso hacia lo que sería un ministerio de todas las culturas que coexisten en el territorio llamado Chile, anunciando los contenidos de una consulta a los pueblos indígenas que considerará el nombre del Ministerio y sus funciones, en especial lo referido a la cultura de los pueblos indígenas; la integración de órganos como el Consejo de las artes e industrias creativas, del Consejo del patrimonio y, eventualmente, los consejos regionales; la representación de los pueblos indígenas en el ámbito de la toma de decisiones en el área de la cultura, y la forma en que el mundo indígena determinará sus representantes del patrimonio en los consejos nacional y regionales”.

La Ministra Barattini concluyó, ante una sorprendida Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, con algunos integrantes que alcanzaron a reaccionar, aludiendo sólo al formal expediente de los plazos, que “es posible anticipar que gran parte del contenido del anteproyecto sea de interés de los pueblos indígenas”.

Lo relevante de lo ocurrido, es que los puntos acordados se asumirán como vinculantes, es decir estarán incluidos en el articulado de la Indicación Sustitutiva que se ingrese a tramitación legislativa para la creación del nuevo Ministerio, antes del 21 de mayo.

La nueva institucionalidad se denominará “Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio” e incorporará como principio el de reconocer, respetar y promover la pluriculturalidad preexistentes en el país, sostenida en la existencia de al menos nueve pueblos originarios: aymará, quechua, atacameño o licanantay, diaguita, mapuche, rapa nui, kawésqar, yagán y colla.

El Estado impulsará además, el reconocimiento de los afrodescendientes de la región de Arica y Parinacota que cumple condición tribal, de acuerdo al Convenio 169 de la OIT y es un importante aporte en la identidad cultural de Chile, el Consejo Nacional de la Cultura buscará la fórmula de incorporar su participación en las instancias de participación del futuro Ministerio. El Estado impulsará también el reconocimiento de culturas preexistentes, como por ejemplo, el pueblo Chango.

Se incorporará el concepto de “patrimonio cultural indígena”, que contemple elementos como patrimonio cultural material e inmaterial y territorial de los pueblos indígenas del territorio de Chile.

Será parte de las funciones del Ministerio proponer políticas públicas relacionadas con la salvaguardia de las expresiones artísticas y culturales de los pueblos originarios con un enfoque intercultural.

Se creará un Consejo de Pueblos Originarios, en el que estarán representados los nueve pueblos originarios reconocidos en la actualidad, y aquellos que se reconozcan en el futuro, conforme a las normas del Convenio 169 de la OIT, en igualdad de condiciones. También un Departamento de los Pueblos Originarios, que tendrá expresiones regionales, en todo el país, y también en Rapa Nui, como territorio especial.

Será función del Ministerio de las Culturas crear una instancia de coordinación interministerial permanente con el ministerio de Educación, con el fin de dar suficiente expresión a los componentes culturales, artísticos y patrimoniales en los planes y programas de estudio y en la labor pedagógica y formativa de los docentes y establecimientos educacionales, en un marco de reconocimiento y respeto por la pluriculturalidad existente en el país y el fomento y desarrollo de los derechos lingüísticos de los pueblos originarios, entre otros aspectos. Se agregará también  el crear instancias de vinculación interministerial con otros ministerios en aquellas materias propias de sus competencias y atribuciones.

Se pretende proteger y fomentar la transmisión de la cultura ancestral dentro de las familias en las formas tradicionales utilizadas por los pueblos originarios, a través de políticas públicas. Las autoridades tradicionales deben ser reconocidas como autoridades ancestrales, de acuerdo a su linaje, ancestralidad, y en especial, atendiendo sus propios usos y costumbres de sus comunidades y territorios.

Un cambio revolucionario. El primero desde 2003 cuando se aprobó la ley que creó el Consejo Nacional de la Cultura.

Como suele acontecer, el anuncio llega cuando la crítica al “desolador panorama legislativo” en cultura lo situaba entre las variopintas sequías que nos asolan como país.

Como bien ha señalado Barattini, este es sólo el comienzo, un comienzo que deja cuestiones claras: no tendremos Ministerio de Cultura, ni con ese nombre, ni probablemente durante este gobierno; tendremos en un plazo razonable, una legislación que no será -afortunadamente- la suma Consejo Nacional de la Cultura + DIBAM = Ministerio; no tendremos institucionalidad patrimonial con un pasado inicial en 1929, fecha de creación de la DIBAM, sino con una retrospectiva de quienes habitaron este territorio antes de su “descubrimiento”, la que deberá ser acogida en nuestros museos, bibliotecas y archivos y por cierto, en los idiomas que los nutren.

Toda una tarea que, en el vecindario, bolivianos, peruanos y ecuatorianos ya han iniciado.

Es relevante también la palabreja “vinculante” que viene a ratificar la necesaria existencia de consejos  que tomen decisiones y propongan políticas a la autoridad unipersonal que encabece este futuro ministerio plural.

En síntesis, como su nombre lo indica, una entidad inclusiva que debe considerar, todas las culturas; todas las artes, y un patrimonio complejo, vasto y diverso.

Es decir, que se parezca a lo que Chile es, un país multicultural.

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25 mar 2015

Los “don” ante la justicia

Me llamó la atención que los reporteros de tribunales usaran el vocablo “don”cuando nombraban a los implicados en el caso PENTA. A ninguno de los reporteros que esperamos a Jaime Guzmán cuando debió declarar ante el Ministro Dunlop- por el caso de la financiera La Familia- se nos ocurrió tratarlo con ese respeto y cortesía, pese al innegable poder que ostentaba en esos primeros años de la dictadura.

Quizás algunos de mis colegas aún no salen del asombro de que esos caballeros millonarios, pertenecientes a familias que gozan de alto reconocimiento social, educados en los mejores colegios y universidades, hayan olvidado la ética y el decoro en los negocios.

Para sus familiares y amigos ellos son víctimas de un sistema  que persigue a quienes crean riqueza, dan trabajo y engrandecen al país. Entonces algo anda mal, porque nosotros y ellos estamos en las antípodas. Citando a Shakespeare “algo huele mal en Dinamarca”, frase a la que se recurre cuando la corrupción afecta a un país.

¿Algo huele mal en Chile? Sí, para la inmensa mayoría del país, así es. No creemos que Chile haya sido siempre un país poco serio, corrupto y que la vigencia del  Estado de derecho haya sido una quimera.

Esto tiene que ver con la forma como algunos entendieron la economía social de mercado, porque está claro que en otras partes del mundo ese modelo es como en Chile. Acá hay quienes  entienden el modelo neoliberal de la libre competencia, de la eficiencia y del predominio del mercado como un campo abierto al enriquecimiento personal.

Desde la época de la dictadura hemos sido testigos de cómo se apoderaron  de las empresas del Estado; cómo usaron todo tipo de martingalas para crear empresas de papel; cómo defraudaron una y otra vez al fisco – que nos representa a todos- ; cómo usaron el dinero de todos para pagar lo que robaron en los bancos, evitando así el descalabro del sistema; cómo convirtieron la salud en un negocio donde las farmacias, las Isapres y clínicas esquilman a la gente; cómo usaron  las platas del capitalismo popular para apoderarse de empresas como Soquimich; cómo manejan las  pensiones para aumentar su riqueza,y cómo usan sus influencias para obtener leyes que los favorezcan.

Para ellos ser astutos y ladinos es sinónimo de inteligencia. Ser famosos o poderosos es una consecuencia natural del éxito. Y usan la política, el deporte, los medios de comunicación, en fin, todo lo que les permita no solo ser ricos sino también obtener el  reconocimiento del  resto de la sociedad para influir en ella.

Ellos y sus cercanos consideran que  merecen ser tratados con respeto y cortesía. Y lo más impresionante es que esos caballeros están molestos porque, en la sociedad del conocimiento,  se permite a la ciudadanía conocer la verdad sobre su proceder. Y se permiten sentirse tan lejanos de quienes burlan la ley y se apropian de lo ajeno.

¿Es está una pequeña crisis producto de unos pocos indecentes?

Lamentablemente, cada cierto tiempo en los últimos cuarenta años hemos sido testigos de una sistemática falta de ética de diversos grupos económicos. Es una forma de mirar los negocios y la sociedad que va más allá a uno u otro grupo aislado.

Superar esos comportamientos será una tarea titánica de todos. Es una oportunidad para pensar de verdad cuáles son los valores que queremos para nuestra sociedad, además de los esfuerzos que se hacen para que exista más igualdad, más respeto por todos y cada uno de nuestros compatriotas, y sobre todo para que la riqueza no solo alcance a los pocos vivarachos sino que se traduzca en una mejor calidad de vida de toda la población.

En nuestro país, históricamente mirábamos con menosprecio a las repúblicas de nuestro continente que vivían breves períodos democráticos entre golpe y golpe. Pero nosotros tuvimos uno de los más cruentos del continente. También nos vanagloriábamos de no ser un país corrupto. Cada día tenemos menos motivos para estar orgullosos de aquello.

Porque lo que estamos viviendo, la desconfianza que se apoderó de nuestra gente, no se supera solo con  volver a los fundamentos del modelo económico, como plantean algunos economistas.

Es necesario entender porqué acá en Chile, pese a que fuimos un país de gente seria, honesta, trabajadora, que amaba la democracia y la libertad, hemos terminado oliendo a descomposición moral. Si la clase política no está a la altura de las circunstancias, podremos caer aún en peores condiciones que aquellos países que hasta hoy miramos con lástima. 

Y eso va también para mis colegas periodistas, que tratan de “don” a los procesados por la justicia, dependiendo de su origen social.

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24 mar 2015

¿Catolicidad de las personas o de la universidad?

“Lo católico” acarrea problemas en el ámbito universitario. Cuando se confunde la misión de una universidad con las exigencias de la religiosidad cristiana, es la propia catolicidad de las universidades la que termina desprestigiándose. Pero “lo católico” puede contribuir efectivamente a la búsqueda de la verdad, objetivo y sentido de todas las universidades. Puede, cuando en “las católicas” se articulan debidamente la fe y la razón.

Cuando se hace depender la catolicidad de una universidad de la adscripción o devoción religiosa de sus alumnos y, sobre todo, de sus profesores, la universidad se enferma. Menciono tres patologías. Dos típicas: la simulación y la exclusión.

En lo inmediato, la invocación religiosa de “lo católico” puede generar exclusión. Esto comentan en las universidades los académicos que temen ser mal mirados, o efectivamente lo son, porque no creen en Dios, no son cristianos, tienen otro credo o no están a la altura de la doctrina de la institución.

Por ejemplo, hay personas que temen no obtener la titularidad si se separan y, peor aún, si se casan de nuevo. En las “católicas” ocurre también que académicos lucen su catolicismo para congraciarse con el establishment. Esta simulación es penosa, pero además enrarece las relaciones entre las personas, crea sospechas, genera odiosidades.

A mi juicio estas enfermedades afectan la catolicidad de las universidades católicas porque contaminan su misión. Una universidad no puede ser católica si no estimula el ejercicio libre de la razón sin el cual se hace imposible llegar a la justicia y la paz social, objetivo último del quehacer universitario en la sociedad.

El principal documento eclesial sobre el tema destaca que la misión de toda universidad es la búsqueda de la verdad (Ex Corde Ecclesiae, 30). Las universidades católicas, a este respecto, no debieran invocar título privilegiado alguno.

De hacerlo, atentarían contra su propia certeza teológica: la Iglesia cree que el Padre de Jesucristo es el Creador de la razón humana, razón de la que todas las personas gozan independientemente de su credo.

De aquí que las universidades católicas debieran entender que, de acuerdo a la misma fe cristiana, su búsqueda de la verdad no es mejor ni peor que la de los demás, sino que se caracteriza por subrayar la necesidad del diálogo y del amor de la humanidad consigo misma, lo cual se consigue con aprecio de la diversidad cultural y sujeción a los métodos que sin daño de nadie la ciencia se da a sí misma.

Las universidades cristianas, por esta razón, debieran ser espacios para aquella libertad de pensamiento que es posibilitada por una neta distinción de los planos de la fe y la razón que, paradójicamente, despeja el camino para una convergencia entre ambas. En estas universidades, los católicos no debieran pretender encontrar la verdad sin los no católicos. Se incurriría en un “pecado” en contra del Creador de unos y otros.

Donde hay falta de libertad, se estudia, se piensa, se dialoga y se enseña con dificultad. Por esta razón, el respeto a la conciencia y a la indagación científica, sobre todo mediante una institucionalidad capaz de corregir los posibles abusos, es condición para encontrar esa verdad que solo es tal cuando, por lo mismo, libera las potencialidades de todos y urge un compromiso con todos, especialmente con aquellos que no tienen quién investigue por ellos.

Menciono, por esto, una tercera enfermedad. La peor de todas. En nuestro medio la alianza entre la academia y la empresa privada debiera abrirse a una comprensión de la verdad humanamente más amplia, más humanizadora, que aquella que solo sirve para alimentar el capitalismo.

Cuando, por el contrario, esta alianza es sellada con la colaboración de un catolicismo pío y estrecho, la injusticia social se vuelve incontrarrestable. Entonces prevalecen los intereses particulares sobre la búsqueda del bien común, y la opción preferencial por los pobres que debiera distinguir a las “católicas” cede a favor de la formación de los privilegiados de siempre.

Una universidad es verdaderamente católica cuando en ella la fe cristiana favorece la libertad de pensamiento y el compromiso por incluir a los excluidos o a los estigmatizados por su credo o por su vida.

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24 mar 2015

Polo ecuestre, entra a la cancha

El Décimo Campeonato Mundial de Polo Ecuestre se inicia este martes 24 en las canchas del Club de Polo y Equitación San Cristóbal y el equipo chileno, con una generación con poca experiencia, pero apoyada en la juventud, buscará en casa seguir manteniendo el alto nivel que ha conseguido a lo largo de sus participaciones en los Campeonatos Mundiales de la especialidad.

Señalemos que estas competencias de carácter universal comenzaron a efectuarse recién en 1987 cuando la Federación Internacional de Polo determinó que los Campeonatos se disputaran con equipos limitados a Hándicap 14, lo que permitía un mayor equilibrio en los adversarios y la mayor participación de cuartetos de diferentes partes del mundo sin temor a ser apabullados.

Con estas características, el Polo Ecuestre chileno comenzó pronto a destacar ubicándose en lugares importantes y es así como de sus 5 participaciones Chile consiguió un Campeonato Mundial, un sub campeonato, un tercer lugar  y un cuarto puesto, siendo la representación de deporte colectivo que ha alcanzado el mejor nivel promedio, entre nuestros deportes federados.  

Los éxitos de nuestros poleros comenzaron  en el 2° Mundial en Berlín, en 1989, donde finalizaron en 4° lugar. Tres años después en el Mundial disputado en Santiago, Chile alcanzó la final cayendo con Argentina. Doce años después, en el 7° Mundial  se ubicó en el 3er. lugar en Chantilly, Francia, y la culminación fue el título mundial en Ciudad de México, el 2008 frente a los brasileños.

En el Campeonato Mundial conseguido por el Polo Ecuestre, en México, Chile debutó derrotando a España 6 a 5, luego a Canadá 8 a 6 y cerró el grupo imponiéndose, 5 a 6 a Nueva Zelanda. En semifinales  se impuso a los locales por 10 a 9 y el título mundial fue conseguido por 11 a 9 sobre Brasil que venía de conquistar los 2 mundiales anteriores en Australia y Francia.

En la oportunidad como es lo mas lógico, Chile estuvo formado por prácticamente los mismos jugadores que 4 años antes habían sido terceros en Chantilly, en el mundial francés. La figura máxima  fue Matías Vial que en la final frente a Brasil logró 6 de los 11 goles conseguidos. Otros integrantes fueron Alejandro Vial, Recaredo Ossa  y Romano Vercellino, el más joven del equipo.

Ese título conseguido el 2008 marcó la culminación de un gran período del Polo Ecuestre chileno. Además de haber sido tercero en Francia el 2004, Chile había tenido tanto ese año como el 2007 otras 2 notables actuaciones. Había participado en estas dos ocasiones en la tradicional Copa Coronación  encuentro que se disputa por invitación en Inglaterra con la presencia de toda la nobleza encabezada por la Reina y había triunfado en ambas ocasiones ante los dueños de casa.

Para este Mundial que por segunda vez tiene como sede el Club de Polo y Equitación San Cristóbal, la situación es diferente. Chile sólo cuenta con 2 jugadores con experiencia en mundiales anteriores Juan Manuel Labbé y Felipe Vercellino. Los otros 8 jugadores, sin experiencia mundialista, fueron escogidos entre otros 17 jugadores que también formaban la preselección nominada por los técnicos Martín Zegers y Alejandro Vial.

Se espera que en esta ocasión Chile pueda alcanzar su título mundial en Santiago, experiencia que en 1992 no se alcanzó. Chile esa vez, dirigido por José Antonio Iturrate,  derrotó en su grupo a México y Estados Unidos y en semifinales a Inglaterra. En la final que fue transmitida en directo, en un hecho inédito, por Televisión Nacional a todo el país Chile fue derrotado por Argentina por 12 a 7.

Por cierto, en esta oportunidad el rival mas difícil será Argentina que de los 7 mundiales que ha jugado ha vencido en 4, luego viene Brasil que ha disputado 7 mundiales y triunfado  en 3 de ellos. El tercer rival de nivel por antecedentes es Estados Unidos  que ha jugado 6 mundiales con un título conseguido. Los otros 2 países son Inglaterra  que ha disputado 8 mundiales pero sólo ha conseguido 2 subcampeonatos y Pakistán con 2 participaciones y un séptimo lugar en Francia.

Chile debutará en el Grupo A este martes 24 con Inglaterra,  el miércoles se enfrentarán Inglaterra y Pakistán y el jueves 26 Chile enfrentará a Pakistán. Paralelamente en el Grupo B jugarán Argentina con Brasil, luego Estados Unidos con Argentina y cerrarán Brasil con Estados Unidos. Las semifinales con los dos mejores de cada grupo serán el sábado 28 y la final será el domingo 29.

Factores que influyan en la competencia no son muchos. Desde luego en las cabalgaduras, en los campeonatos mundiales, no hay ventajas. Los animales puestos por la federación local, son sorteados entre todos los equipos por lo cual se busca distribuirlos en forma equilibrada. En este caso se repite la situación y cada equipo dispondrá de animales similares para que cada jugador pueda usar en cada periodo o chukker, de 7 minutos,  el más adecuado.

El apoyo del público, el clima, el conocimiento de la cancha, y fundamentalmente las ganas de una nueva generación de hacer historia deportiva ahora en casa, han entusiasmado a los chilenos seguidores de este deporte, el  más antiguo practicado en caballo, nacido 700 años A.C.  en China y difundido a occidente por Inglaterra y que Chile ha adoptado y desarrollado con éxito .

Esperemos que nuestras autoridades deportivas tanto estatales como federadas aprovechen este gran acontecimiento para impulsar la difusión de este deporte con grandes logros internacionales en forma masiva.

Sin irnos lejos, tomemos el ejemplo de Argentina con los mas grandes cultores del Polo Ecuestre mundial, con buenos escenarios, importantes asistencias de público a sus campeonatos y la gran difusión en los medios de comunicación.

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24 mar 2015

Por extraña coincidencia

Cuando los medios de comunicación informaban la designación de la presidencia de la comisión de Derechos Humanos del Senado chileno al partido Unión Demócrata Independiente (UDI), en la persona de la Sra. Jacqueline Van Rysselberghe, un partido que aún defiende las barbaries cometidas durante la dictadura y que tanto daño causó a nuestro país, recordé un hecho extrañamente coincidente ocurrido hace algunas décadas.

En la década de los ochenta, siendo responsable para América Latina de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), en Bruselas,  recibimos una llamada telefónica que nos informaba del arresto y desaparición de 17 sindicalistas salvadoreños y nos solicitaban con urgencia nuestra solidaridad e interceder ante las autoridades correspondientes para ubicarlos y así salvar sus vidas.

Fuerzas de seguridad, fuertemente armadas, habían irrumpido violentamente en  las dependencias de una parroquia de la iglesia católica, en las afueras de San Salvador, donde se encontraban reunidos los máximos dirigentes, hombres y mujeres, de una federación sindical nacional.

El Gobierno de ese entonces, que presidía el Sr. Alvaro Magaña, negaba la detención.

Una delegación internacional integrada por sindicalistas europeos y de América, miembros del “Comité de Defensa de los Derechos Humanos y Sindicales” de la CIOSL, arribamos a San Salvador cuatro días después de ocurrido el hecho. El Salvador estaba sumido en una guerra civil que dejó un saldo de muertos y desaparecidos sin precedentes en su historia.

Nos dirigimos de inmediato a la casa presidencial, donde un cartel advertía “depositar las armas aquí”.

Fuimos recibidos por el Presidente de la República, quien después de escuchar nuestras demandas, las pruebas irrefutables de la participación de fuerzas de seguridad en el secuestro, y finalmente nuestra petición de libertad inmediata de los sindicalistas, reconoció el arresto, que al inicio había negado. Nos confesó, ante nuestra sorpresa, sus dificultades para gobernar de manera independiente de las fuerzas armadas. Entonces nos derivó a su ministro de Defensa, un general que recientemente había viajado a Chile para condecorar al dictador Pinochet.

No era suficiente el reconocimiento del arresto de los 17 sindicalistas. Planteamos al general la necesidad de visitarlos en sus lugares de reclusión. El general, después de varias consultas, aceptó y nos dirigimos al cuartel central de la policía donde fuimos recibidos por el oficial a cargo. Un capitán del ejército, que además era el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de El Salvador.

Luego de varias horas de espera logramos encontrarnos con los 17 detenidos en una sala que los carceleros apresuradamente habían habilitado. Pedimos estar a solas con ellos, los carceleros nos dieron cinco minutos.

Sucios y golpeados nos miraron primero con desconfianza, luego uno de ellos me reconoció, nos habíamos conocido en un acto de solidaridad con Chile. Nos abrazamos y lloramos, todos nos miraban sorprendidos. Estaban vivos. Nos relataron brevemente como habían sido capturados y tratados. Todo el tiempo permanecieron vendados e interrogados con violencia, obligados a firmar declaraciones por escrito que nunca pudieron leer.

Pasada esta primera emoción, los carceleros irrumpieron en la sala premunidos de cámaras fotográficas y de televisión que registraban este encuentro, mientras uno de sus oficiales leía en voz alta los nombres de algunos de los detenidos que quedaban en libertad inmediata.

Sin duda intentaban utilizarnos y aprovechar este hecho para su propaganda. No nos importó, lo esencial era proteger la vida de 17 sindicalistas.

“Salimos todos en libertad o no sale ninguno”, fue la categórica y unánime respuesta de los detenidos, hasta algunas horas atrás desaparecidos. Después de deliberar brevemente entre ellos se pusieron de acuerdo y finalmente aceptaron… “con solo una condición”, dijeron, debíamos esperar a los liberados a la salida del cuartel. Ya se hacía de noche. Temían ser ajusticiados en la calle, como era la práctica en esa época.

Así lo hicimos después de despedirnos del capitán carcelero y presidente de la Comisión de Derechos Humanos, que continuaba asegurando que en El Salvador se respetaban los derechos humanos, que no se torturaba. Su cargo y sus palabras constituían un agravio intolerable para nosotros, pero en particular para el pueblo salvadoreño que se debatía entre la vida y la muerte, que continuaba luchando por alcanzar esa paz que emerge de la justicia.

Horas después abandonamos El Salvador en dirección a Guatemala. Donde nos esperaba un país con más de treinta mil desaparecidos, entre ellos innumerables sindicalistas. Directivas de sindicatos completamente diezmadas por las dictaduras que se sucedían unas a otras en el poder.

Posteriormente regresé a El Salvador, todos los sindicalista habían sido liberados; sin embargo, la mayoría de ellos tuvieron que abandonar el país para resguardar sus vidas.

Esta vez la solidaridad del movimiento sindical internacional había funcionado con éxito, como funcionó en varias oportunidades en Chile durante la dictadura.

Años después en El Salvador se firmaban los Acuerdos de Paz entre el gobierno y la guerrilla.

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24 mar 2015

Corrupción, una hipótesis

En la sociedad chilena se estaba hablando poco de religión y de política.  Últimamente los hechos nos llevan a conversar y discutir diariamente sobre lo que pasa con el Obispo de Osorno o los múltiples hechos que están afectando gravemente la convivencia política y el valor de las instituciones republicanas. Antes de estos hechos las conversaciones versaban sobre deporte,  farándula y en general otras materias.

Desgraciadamente de lo que se habla hoy día es de un aspecto negativo de la religión y de la política y se habla de corrupción y a veces con algo de sorna  de errores involuntarios o administrativos o simple mala suerte por haber sido descubierto.

Corromper tiene muchas significaciones en el diccionario, pero todas ellas son negativas, significan echar a perder, depravar, dañar, pudrir o trastocar la forma de algo o sobornar a alguien o pervertir, en fin viciar alguna cosa.

De la definición concluimos que lo que está pasando en Chile es efectivamente corrupción y es el momento de indagar cuáles son sus causas y lo primero sería advertir que lo que se ha develado hasta  ahora son los signos de la enfermedad no su origen.

En efecto,  Chile en general y sus servidores públicos en particular no son normalmente corruptos y por regla  general las personas que viven en el país, no siendo santas, cumplen con sus deberes con dosis aceptables de responsabilidad. Lo que vemos  hoy a primera vista es micro corrupción generalizada con lo que quiero decir que hay más corrupción y se visualiza de forma más masiva por obvias razones, los medios de comunicación y el morbo.

Conviene hacerse la pregunta qué puede haber cambiado tanto en Chile para llegar al estado actual. Vemos grandes y poderosas  empresas y grupos económicos que requieren comprar conciencias o capturar parte del Estado en cualquiera de sus formas y se llega a la conclusión, más o menos rápido, que ello resulta casi consustancial a la enorme concentración  económica en los mercados y en la sociedad.

Esos cuerpos gigantescos llenos de meandros necesitan seguros de vida para muchas de sus operaciones, a veces simplemente para poder seguir controlando los mercados o a veces para aumentar su poder en otras áreas de la economía con el fin de transformarse cada vez más en conglomerados más poderosos y más temidos.

Podrán decir quienes lean este artículo que la respuesta es un poco simple, pero muchas veces las cuestiones complejas tiene respuestas simples y éste puede ser un caso en el que podamos descubrir que el poder excesivo privado, como en otras latitudes y épocas fue el público, corrompe la sociedad poco a poco.

Sin duda que esto no explica directamente la forma en que se dejan corromper los ciudadanos comunes y corrientes, y algunas autoridades pero ello resulta explicable como se ha leído en algunas opiniones de psiquiatras, psicólogos y sociólogos, que nos dicen que al final se trata de adquirir estatus de vida a cualquier precio. La apariencia sería el sustrato sicológico social.

El aparato político chileno está desacreditado, pero siempre ocurre que mientras algunos pierden credibilidad otros lo adquieren y en este caso serán los que actuando prontamente pongan orden como el Ministerio Público, la Contraloría, el Poder Judicial y alguna Superintendencia.

El problema  es  sistémico y una corrupción micro tan grande  obedece a que se ha corrompido en forma macro el modelo competitivo de libertad económica con alto contenido social que pudo estar en el origen o en la cabeza de algún ideólogo, pero hace mucho rato que se perdió la ruta de navegación  y el problema se escapó completamente.

Este riesgo de la concentración económica  lo hemos venido advirtiendo sistemáticamente y lo hemos denominado un cáncer y a estas alturas habrá que aplicarse mucho para extirpar un mal cuya metástasis  ya afectó al gobierno central y al poder legislativo cuestión demasiado grave y extremadamente urgente que atacar.

Debo decir, sin embargo, que estoy pesimista. Hace 20 años escribí un artículo en el desaparecido diario La Época (1), devorado por no poder competir en el negocio de la publicidad, titulado Enfrentar la concentración económica. En consecuencia, hace ya mucho tiempo que existía el problema y nadie hizo nada y lo que estamos viendo no afectará el poder económico en los mercados, a lo sumo cambiarán los dueños, a menos que ocurra un milagro.

 (1)  La Época, 12 de noviembre de 1995.

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23 mar 2015

La iglesia santa y pecadora de todos los días

Los católicos estamos sufriendo. No queremos una Iglesia en donde se produzcan enfrentamientos en un templo destinado a  adorar a Dios. La catedral de Osorno fue profanada por unos y otros.

La Conferencia Episcopal y la Nunciatura tenían el deber de informar a la Santa Sede que ello podría ocurrir, puesto que estaban al tanto de los sentimientos mayoritarios que afloraban en el alma de los católicos chilenos, quienes desean una Iglesia Santa conducida por sacerdotes santos que miren a Jesús y su mensaje sin hipocresías y sin cálculos de ninguna especie. Lo ocurrido en Osorno era previsible.Sin embargo, se quiso imponer con autoritarismo, una decisión que a todas luces divide a la feligresía y genera un ambiente nocivo, perjudicial y desesperanzador a miles y miles de católicos.

Escudarse en que fue el Papa Francisco quien tomó la decisión final, es una forma muy cobarde de endosar un problema que afecta muy sensiblemente el alma de los católicos chilenos. La Conferencia Episcopal, con prudencia y sabiduría, tenía la obligación de informar lo que necesariamente ocurriría en Osorno.

En mi reciente libro, “La Iglesia Santa y Pecadora de Todos los Días”, tengo hermosas expresiones para la Iglesia Santa cuando digo:

“La Iglesia que yo  amo

es la Iglesia solidaria y humana

que me mostró el Cardenal Silva.

La Iglesia del padre Gumucio

inspirador de este poema.

La Iglesia del padre Berríos

sacerdote consecuente y ejemplar

la del padre Aldunate

lleno de coraje y humanidad  

la de monseñor Enrique Alvear

de monseñor Hourton y Ariztía.  

La Iglesia de monseñor Valech  

de Mariano Puga y André Jarlan.  

La de los mártires  

que entregaron su vida

por mostrarnos a Jesús

el Salvador de la humanidad.

La Iglesia educadora

en los valores cristianos.

La Iglesia a la que pertenecen

miles y miles de laicos

y religiosos que procuran

día a día construir

la civilización del amor

con fe y ternura

sin mayor recompensa

que sentirse útiles

al servicio de Dios y sus creaturas

¡todos los días!

Pero también tengo duras expresiones para la Iglesia Pecadora cuando digo.

“Escandalizan a esos pequeños  

algunos de los cuales

se iniciaban en su vocación religiosa  

la truncan y la destruyen mediante  

sus depravaciones y deseos incontrolados

pasan por encima de todos sus juramentos  

voluntariamente aceptados.

Antes que nada está la satisfacción

de sus apetitos sexuales desenfrenados.   

Provocan suicidios

dañan psicológicamente  

a esos inocentes niños

y también a sus familias  

creyendo quizás

que se les perdonarán

todas sus fechorías

por el Dios eterno de la misericordia

¡de todos los días!”

Todos los católicos tenemos  la responsabilidad de contribuir a que nuestra amada Iglesia se una en una sola voz que glorifique a Dios y su mensaje de amor.

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